La publicación gratuita donostiarra Husmee ha obtenido el reconocimiento de los especialistas del diseño, ya que sus autores se han hecho con un accesit en la cuarta edición de los Premios Anuaria.
Los Anuaria, considerados los Goya del diseño gráfico, se han fallado en el marco de la feria Viscom-Sign España, que acaba de tener lugar en Madrid. Estos galardones recogen las iniciativas de los diseñadores, desde grandes agencias a pequeños estudios, en un certamen que reconoce los mejores trabajos de la industria de la comunicación visual.
El concurso cuenta con 19 apartados en los que premian el mejor anuncio en prensa, el mejor cartel o la mejor publicación periódica. A esta última categoría se presentaron los integrantes de Husmee Studio Graphique! con su publicación gratuita Husmee.
El estudio gráfico con sede en Donostia está gestionado por el donostiarra Alain Villastrigo y el venezolano Ernesto Arnáez. No consiguieron levantar la estatuilla vencedora, pero el accesit fue toda una sorpresa para los socios de esta empresa creada en 2007 y especializada en temas de identidad corporativa, el trabajo editorial, la creación web y el mundo audiovisual. «Para un estudio joven es una suerte poder estar dentro de unos premios en los que el jurado está compuesto por muchas de las asociaciones de diseñadores del país. Además, es un honor para un proyecto humilde y de escasa tirada como nuestra revista».
La publicación galardonada es gratuita y es una de las actividades más conocidas de esta compañía donostiarra. «Es nuestro grano de arena a la escena cultural local. El Husmee de papel busca separarse de los conceptos de la modernidad mal entendida, el feísmo provocado y la obsesión por el diseño y el arte que no se entiende».
Husmee Studio Graphique! fue una de las seleccionadas para participar en el concurso de la imagen corporativa del Centro de Cultura Contemporanea Tabakalera. Ofrecieron una imagen moderna y berlinesa que claudicó ante la propuesta del Estudio Lanzagorta. «Del ganador nos gusta la marca, ejemplo de sencillez y rotundidad. Nuestra idea buscaba darle un carácter europeo al centro. Acercarlo a la gente y que se convirtiera en una ventana a una nueva forma de ver de la ciudad».
Una ciudad, que en palabras de Villastrigo y Arnáez, «es bastante normalita en cuestiones de diseño. Tanto por los diseñadores como por la ‘educación’ que tienen los clientes y el miedo que existe a cambiar. Con las habituales y honrosas excepciones, claro está. Son los pequeños detalles lo que diferencia un buen proyecto de otro. Hoy en día existe una tendencia al barroquismo en el diseño. Nosotros preferimos transmitir el mensaje de la manera más directa y sencilla posible».
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