NY 77. The Coolest Year in Hell

Y vaya si era un hell. De los buenos. El Bronx medio derruído o en llamas, Times Square tan pacífico como una lucha de valetudo, un Broadway en el que los letreros de puticlub oscurecían los de las obras de teatro y musicales. Bowery repleto de extras de «Cowboy de Medianoche». Úna grave crisis fiscal municipal. Los clubes de intercambio (super poco apetecibles) y el libertinaje sexual de aquellos años. Y a pesar de ello, o sobre todo por ello, NY se reinventó y sufrió una explosión artísitica.

El Hip hop y los Sound systems en la zona negra, la música disco (Disco Fever, Studio 54) entre la peña más elevada, el CBGB como antro que siempre fue y cuyo mito, de nuevo, ha aumentado su peso real.

Un entrevistado, creo que un Ramone, lo dice: «Allí ibamos músicos a ver músicos. Si tocaban Ramones abajo estaban Blondie o Taling Heads». La frase también encierra otra de nuestras carencias actuales: ¿Cuantos músicos había en la proyección donostiarra de esta película? A veces equivocamos gustos estilísticos con inquietud, ganas de aprender y de conocer. Y así nos va.

Con el asesino del calibre 44 como nudo central y el apagón de ese año como gran explosión artístico-choricera, la película del canal VH1 refleja estilos muy diferentes pero con algunos puntos en común: Punk y Hip hop muestran la rebeldía que poco a poco ha ido inundando el mundo, la música Disco y el sonido del Bronx ofrecen las ganas de fiesta.

La cinta recoge divertidas aportaciones (la de una actriz porno, la guerra de Soundsystems,…) dando el conjunto como resultando una obra de colores muy brillantes y bastante completa en sus aportaciones.