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Juan Luis Etxeberria Entradas

Los Bracco: Bendita locura

Son viejos conocidos. Andan por la treintena y en el CV de los miembros de este quinteto ya hay nombres pateados (The Inductions, Rouge, Charly & Pavlyuchenko). Pero su aparición como Los Bracco en la escena local ha sido un soplo de aire fresco, uniendo a cabreados y sensibles alrededor de su tarima y reventando todo garito que pisen. Su pop británico, estilo que en directo se ensucia hasta niveles de festividad tabernaria, cuenta con un EP de estreno titulado ‘Bendita esquizofrenia’. “La educación jesuítica hizo estragos en nuestras perturbadas y enfermizas mentes’, nos cuenta el cantante Pablo Fernández, un ‘frontman’ más que resultón. ‘La locura a la que nos referimos es la nuestra y también la de esta ciudad, demencia que nos salva de caer en el aburrimiento y la apatía’. Nosotros nos unimos a la reivindicación y titulamos el artículo como la biografía del “Beach Boy” Brian Wilson.

La primera sorpresa del disco viene precisamente del lado corista. Los Bracco (“un guiño al personaje de Lorraine Bracco en ‘Goodfellas’. Y su sonoridad recuerda a grupos como Los Brincos o Los Bravos”) se visten de escolanía en algunos temas. Sobre el escenario también las agasajan, pero suelen pillar tonos pub-rock más cercanos a Rory Gallagher que a los Gallagher de Oasis. “Cualquier tío que se apellide Gallagher cuenta con nuestro respeto. Mas nos chiflan The Stone Roses, algo que se tiene que ver reflejado en las canciones”. Bingo. Hay extractos del tema ‘Traficantes’ que parecen sacados del ‘Second Coming’ de los de Manchester. Sin olvidar el toque más folk y beatle de ‘Te buscaré’, “una melodía muy marcada por dos canciones de Lennon: ‘Tomorrow Never Knows’ y ‘Rain’”.

A todos los aciertos sumen el de las letras, pegadizas “y ambiguas. Son frescas porque pensamos que si no has conseguido hacer una canción en cinco minutos puede que no merezca mucho la pena”. El disco se puede comprar en bandcamp y en el stand de los conciertos. Este fin de semana tienen cita doble en Donostia para poder adquirirlo físicamente. Los Bracco están mañana en la atractiva celebración de El Día de la Música y más tarde presentando este primer disco en el Bukowski (¿dónde sino?). “El concierto de la mañana será en versión acústica y ‘para todos los públicos’ a las once en la FNAC. El de la noche tendrá un toque más golfo y eléctrico”.

Twerps: Range Anxiety

Pop
2 estrellas

Al abrigo (vintage) del “normcore” brota la nueva hornada de grupos que practican un pop muy sencillo al que no le importa la edad de sus miembros. Los “aussies” Twerps aciertan cuanto más destartalados (y emocionantes) se ponen. Los temas mejoran cuando canta ella y el pop de Sarah Records los acerca a las capillas y cursillos de guitarra. En la otra vertiente, más floja, la banda se arrima a los Pastels, K Records o The Go Betweens.

Ash: Kablammo!

Pop 3 estrellas

Como en ese pelotazo titulado “cocoon” que abre el disco, los miembros de Ash vuelven con un CD repleto de energías juveniles tras 8 años de inactividad (si exceptuamos la maravillosa bizarría de “The A-Z Series”). Los de Tim Wheelan siguen elaborando “radio-friendly tunes“ que dicen los ingleses y que aquí traduciríamos como “grupo de festival veraniego”. Pop rápido, rock algo afilado, baladas con cuerdas y muchas melodías coreables.

Lo nunca visto

No se asusten con el titular, “melendiebers”. Este no va a ser un texto de pegarle al muñeco. Sobre todo cuando el del viernes fue un concierto correcto para unos y maravilloso para otros. No, el encabezamiento en letras grandes no va sobre el acto. Va sobre ustedes. Pero cada cosa a su tiempo.

El ovetense llegaba al ruedo capitalino, ese espacio con más nombres que un aeropuerto madrileño, para presentar su nuevo disco “Un alumno más”. Con un montaje que no desentonaba en el lugar. Luces y escenografía que al fin huyeron de los encajonados auditorios para mostrarse en todo su esplendor y embellecer aún más la figura central. Ese muchacho de barrio, pícaro y canalla pero no mala persona. Con un pasado notorio en los derrapes y un presente acicalado por los tubos catódicos, que además de engordar te hacen más mono.

Warm Soda: Symbolic Dreams

Pop
4 estrellas

Menuda gozada de disco. Fresco y directo. Sin comerse mucho la cabeza – todas las baterías parecen patrones de serie-. Grabado con la suciedad de los años 70, la jovialidad del glam, el chicle del mejor pop y repleto de intachables estribillos, como en los mejores The Strokes. Warm Soda hacen que cualquier día de la semana tenga la alegría vital de las vísperas de festivo. Lo demostrarán el próximo lunes en el Dabadaba donostiarra.

Havalina: Un nuevo manual

Los madrileños presentan un CD impactante y abierto que sigue uniendo con acierto momentos casi heavies y el rock gótico.

Pillamos a Manuel Cabezalí, cantante y guitarrista de la banda Havalina, en un tren entre Andalucía y Madrid, ciudad en la que reside. Viene de colaborar en un nuevo proyecto con músicos que tocan con Medina Azahara o Fuel Fandango. ‘El grupo no tiene un nombre definitivo aún, acabamos de terminar de grabar las baterías y está sonando increíble. Además, son una gente maravillosa con la que pasar el tiempo, y me alegro de que hayan querido contar conmigo para este proyecto’.

Estos madrileños nunca han dejado pasar un tren. Aunque siempre han montado en los vagones que mejor se adaptaban a sus traseros. Su disco “H” (Origami Records, 2012) les puso en el mapa. ‘Fue un momento muy dulce. Es verdad que ha sido nuestro punto de mayor reconocimiento, pero teníamos claro que la atención se basaba en toda nuestra carrera y no sólo porque en “H” hubiésemos sabido tocar una tecla distinta o especial’.

El enfoque del siguiente lanzamiento de Havalina, este “Islas de cemento” que ahora presentan en Donostia en un concierto de 120 minutos, consistió en seguir jugando y explorando como lo habían hecho hasta ese momento, ‘sin pararnos a pensar en términos como “éxito” o “repercusión”. Ha sido todo muy espontáneo. Las nuevas melodías se gestaron improvisando en el local de ensayo, y después fuimos dándole forma de canción a todo aquello’. Tonos que ya han empezado a calar entre los oyentes, quienes definen el nuevo lanzamiento como “complejo”. ‘Me lo tomo como un halago. Lo bonito de estos paseos complicados o poco evidentes es que el espectador encuentra en ellos una satisfacción inmensa que le acompañará durante el resto de su vida. Al menos así me ha sucedido a mí con mucha música a priori “compleja” que se ha cruzado en mi camino’.

Lo que se cruzó en la vida de la banda fue “Manual para conductores borrachos”, el libro de poemas de JJ Cabezalí (hermano del cantante) en el que se han basado las líricas de este nuevo trabajo. ‘Ya habíamos colaborado en el pasado. Y ahora tenía todo un libro increíble a mi disposición, de esos que te ponen los pelos de punta cuando los lees. De hecho, la idea inicial era que todas las canciones fueran extractos de esta obra, pero en mitad del proceso me sobrevino la inspiración y no quise negarme a aportar algunas de mi cosecha (“Ulmo”, “El Olmo Centenario”)’.

Esta última es la composición más abierta de un CD que mezcla guitarrazos casi heavies y momentos muy oscuros o góticos. “Sí, el del árbol es el tema más luminoso y optimista. Una canción que habla de la infancia y los recuerdos. Ese olmo existe, está en una plaza de mi pueblo, Cortelazor; una villa muy pequeña y preciosa en la sierra de Huelva”.

En la sección más cercana a las guitarras de flecha y las melodías rockeras podemos encontrar composiciones como “Dónde” y “Cementerio de coches”, tonadas en las que es sencillo acordarse de una de las principales influencias de la banda: Billy Corgan y sus Smashing Pumkpins. Personaje que, en palabras de nuestro entrevistado, ‘sigue siendo un autor genial, pero al que le cuesta encontrar la paz mental para desarrollar artísticamente su creatividad’.

Limitaciones que no tiene Cabezalí, quien pasa de esos sonidos afilados a la emoción oscura con estilo e impactante elegancia. La fantásticamente titulada “Un reloj de pulsera con la esfera rota” podría ser el mejor ejemplo de ese amor por los Cure y bandas más cercanas como Nudozurdo. ‘Es un sonido que me encanta, y que me gustaría que estuviese más presente en el futuro sonido de Havalina. Y qué decir de esos grupos que nombras. The Cure forman parte de la banda sonora de mi vida. Y Nudozurdo es mi banda favorita española de todos los tiempos. Es perfectamente comprensible, y un piropo para mi persona, que algo de nuestra música te recuerde a ellos’. Si además tienes la suerte de poder currar con tus amados (Cabezalí produjo el EP “Ultrapresión”) la dicha ya es completa. El autor tiene aplausos para más bandas patrias. ‘He disfrutado mucho de los últimos trabajos de The New Raemon y El Columpio Asesino. Y me atrevería a afirmar que “Nueve” de Rufus T. Firefly es uno de los discos importantes del momento’.

Devendra Banhart & Andy Cabic: poli bueno, poli malo

Intérpretes: Manett, Devendra Banhart & Andy Cabic. Lugar: Sede del 2016 (Calle Easo, Donostia). Día: 17 de mayo del 2015. Asistencia: Lleno, unas 400 personas.

Elegante estreno de la propuesta “Music Box”, idea de la capitalidad 2016 que busca organizar conciertos en sitios especiales. La cita permitió a más de uno conocer por dentro la sede de la calle Easo, lugar de celebración del evento. Y sacar pros y contras al lugar . Una pena las columnas que no permitían disfrutar del concierto en plenitud. Y una alegría que el local pueda ser una nueva sede de conciertos.

Claro que, en cuestiones sonoras, los protagonistas fueron otros. ¡Madre mía qué murmullo generaron los presentes! Llegan a ir los municipales a medir los decibelios humanos y quizás hubieran cerrado el local hasta el 2017. Pobres Manett. Los bilbaínos inauguraban certamen ante un público que, como suele ser cada vez más habitual, pasaba completamente de ellos. Esperemos que la dichosa capitalidad traiga algo de decencia auditiva. Fue una pena ver diluirse sus sentidos acordes folk, esa triste alegría que tanto gusta a los “indies”, entre el bestial murmullo.

La cosa mejoró con la llegada de Devendra Banhart y Andy Cabic. Si fueran parte de una serie de televisión podríamos decir que el dúo hacía de “poli bueno-poli malo”. Devendra añadía simpatía y jovialidad a la cita. Cabic y su maravillosa voz le ponían el punto folk más clásico. Ambos dos ofrecieron en alegre compañía una serie de canciones preciosas, momentos que unían la complicidad y relajo de un ensayo con la ejecución de melodías a cada cuál más bella, pisando terrenos bossa, soul o ragtime cuando el tema los pedía.

Mikel Erentxun: aires de clásico

Intérpretes: Mikel Erentxun (guitarra, voz) , Joseba Irazoki (guitarra), Fernando Macaya (bajo), Karlos Aranzegi (batería). Lugar: C.C. Intxaurrondo (Donostia). Día: 16 de mayo del 2015. Asistencia: unas 300 personas.

A grandes males, pequeñas alegrías. Tras un pequeño (gran) susto de salud el donostiarra Mikel Erentxun ha publicado uno de sus mejores discos, “Corazones”. No lo decimos sólo nosotros. Buena parte de los medios musicales más relevantes han aplaudido esta nueva colección de melodías, escritas de su puño y letra y que se adentran en el mundo de los creadores de canciones norteamericanos.

Siempre fue Mikel buen amigo de aquellos sonidos. No hay más que recordar su CD “Te dejas ver”. Pero ahora todo es distinto. Mejor, se entiende. El guipuzcoano entrega unas creaciones con cierto olor a clásico. Hay mucho de Neil Young y buena pizca de Wilco o Calexico. Pero sin dejar de ser uno mismo. Un ejemplo: “Vas a cansarte de mí”.

Pero en las dos hora de concierto hubo espacio para muchos momentos reseñables. En “Ojos de miel” se acercan a los Pulp del “Common People”. En “Corazón de huesos” todo se torna oscuro y atractivo. Recupera “Tu nombre en los labios” del local Rafael Berrio y la lleva al Nueva York de Lou Reed. Tira de oficio Beatle en “Quién se acuerda de ti”, se viste acústico en “Veneno”, enfada la clásica “A un minuto de ti” hasta hacerla irreconocible…

La banda, que suena más compacta que nunca, sigue siendo un alarde sonoro y visual. A la fiesta se unieron dos invitados especiales. Leire, hermana del artista principal, que subió a cantar “Ahora sé que estás”, y el productor Paco Loco. El asturiano “guitarreó” como un animal salvaje tirando de las cuerdas con rabia juvenil y añadiendo unos elegantes teclados allá donde convenía.