Interpretes: Groove Trotters, Alice Russell. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Día: 31 Octubre 2008. Asistencia: unas 300 personas
Hay que tener valor y ganas (y un perfecto impermeable) para salir de casa con la cortina de agua que estaba cayendo el pasado viernes. Menos mal que las ofertas musicales hacen mover de los sofás hogareños a los ciudadanos donostiarras, pamplonicas y vitorianos, que de esos también hubo muchos en la cita guipuzcoana de la británica Alice Russell.
Como acto previo y posterior se pudo disfrutar de la sesión a los tocadiscos de los pinchadiscos Groove Trotters, agrupación que recolectó lo mejor de la casa donostiarra (Javi Pez, David Navascues, Mikel Afromage) y navarrica (Budin). Los amantes del surco musical se encargaron de elevar el tono al comienzo, con una sesión en la que abundó el chocolate oscuro y el calor soul.
Un calor que en manos de la británica Russell alcanzó cotas más que animosas. Con una populosa banda de impoluto blanco en la tez y en los ropajes en la que destacaba el enorme compañero de voces, la chica de Suffolk abandonó las elegancias pomposas que este tipo de músicas suele traer consigo y se enfrentó de manera directa y efusiva a los temas, con una voz recia y enérgica que potenciaba su lado comunicador.
No es una diva, ni es una reinona. No se esconde en la benigna falta de rabia que maneja Duffy. Ni llega a extenuarte emocionalmente como lo haría Amy Winehouse. La antigua colaboradora de Will Holland y la Quantic Soul Orquestra es una currela que interpreta la música de manera muy festiva. Casi diríamos, quitándole todo poso negativo y cutre al término, que aquello parecía una verbena por las ganas de hacer bailar a la gente y de contagiar la alegría de su música.
Unos sonidos clásicos, de gran arraigo en las islas que exportaron al mundo el acid-jazz, con el pasado bien asentado en el northern soul. Etiquetas o estilos que, como afirmamos al comienzo del texto, tiene en las provincias limítrofes a la nuestra un generoso número de seguidores.
La banda supo picar y mezclar todos estos elementos y algunas cosas más blues, gospel, funkies y calmadas, ofertando una actuación que conectó con las ganas de jolgorio de los asistentes. Gentes que sonrieron sorprendidas cuando los intérpretes atacaron una versión libertina del “Seven Nation Army” de los White Stripes.
Quienes tuvieron ganas de seguir con la diversión se quedaron a la segunda sesión de los Groove Trooters, quienes ahondaron en las píldoras añejas y negroides ofrecidas al principio de la noche con la calidez y la pureza que les caracteriza en sus actos en solitario. El resto abandonó el lugar con los músculos bien estirados de tanto meneo y la sensación de que abandonar el calor del hogar para asistir a la fiesta melódica de Gazteszena había sido una gran idea.
¿Cómo sería el country en manos de un galés antes sicodélico? Euros Child tiene la respuesta: reflexivo, tranquilito y mezclando clasicismos del pop y lo campestre.
La publicación gratuita donostiarra Husmee ha obtenido el reconocimiento de los especialistas del diseño, ya que sus autores se han hecho con un accesit en la cuarta edición de los Premios Anuaria.
El pasado sábado echaba la persiana el Festival Donostikluba 2008 con buenos números y elegante oferta global: Una media de 500-600 asistentes por día (exceptuando la velada hip-hopera, que dejó los números en la mitad) basándose en bandas poperas y rockeras nacionales y algún puntal foráneo de renombre se puede considerar un rotundo éxito en los días que corren.
La gente había ido a ver a Sidonie, y disfrutaron de lo lindo con las tonadas del grupo barcelonés. Con sus continuas jaleadas en busca de palmas y su pop en castellano a ratos sicodélico y otras melódico (los fans pueden cambiar de párrafo aquí), su propuesta se asentaba en la radiofórmula de estilismo maqueado pero tan monótona como el resto de convites musicales que nos abrasan la vida. Su camino es muy similar al que ha tomado Deluxe, concentrando sus virtudes en mostrar un concierto impecable sobre un modelo de canción sin apenas variaciones.
Lo mejor vino al final, con la performance hooligan del Happy Monday Bez. El hombre que tocaba las maracas en la formación de Manchester sigue con su rol de animador.
Half Foot Outside