Saltar al contenido

Pet Fennec: «Cuando se te pega una canción lo que cantas es la melodía»

El bar de nuestra primera cita con Urko Eizmendi (Donostia, 1986), cantante y compositor de la banda Pet Fennec, está impracticable. Nos movemos a otra tasca con un listado gigante de cervezas artesanas. Urko se toma su tiempo y analiza todas las opciones mientras el camarero le demanda una respuesta rauda. Cuando se ha tardado siete años en grabar un álbum como ‘Mount Pleasant’ y se ha pasado un lustro intentando sobrevivir en Londres, diez minutos para elegir el trago no parecen gran cosa. Ni para el camarero, ni para el entrevistador.

Eizmendi ha sido, como su nota de prensa indica, «la comidilla dentro de la escena pop de la capital guipuzcoana. Uno de esos tipos con un sentido innato para la melodía». El autor se encoge de hombros. «Qué quieres que te diga», me responde risueño. «Lo que sí te puedo decir es que he intentado hacer el mejor disco posible».

– Más de cinco años para poder publicar estas canciones. ¿No hubo ganas de abandonar?

– Muchas. Me empujaba la cabezonería. Y tenía un estímulo personal. Acabarlo era una especie de homenaje a mi padre, ya fallecido. Una persona que siempre me apoyaba y me animaba a seguir porque sabía que esto es lo que me impulsa en la vida.

– ¿Por qué a Londres?

– Me fui a la aventura, a empaparme de influencias y disfrutar de la cultura musical. Luego había que sobrevivir a la ciudad y pagar las facturas. Ensayar un día, por ejemplo, salía a 40 euros por grupo. Echa cuentas.

– Algo habrá bueno en Gran Bretaña…

– La escena musical es impresionante, pero a la vez muy precaria en los escalafones más bajos. Lo que menos me gustaba era el tema de las escenas, lo de subirse todos al mismo carro por modas. Donostia está más disperso en lo estilístico, y me gusta. Además en Euskadi los promotores te llaman para dar conciertos aunque no seas de su catálogo.

Pues su CD casi sale antes allí que aquí.

– Empecé a trabajar con un pequeño sello inglés. Pero es difícil que las cosas funcionen a distancia. Al final lo he autoeditado. Pero las cuestiones posteriores (buscar actuaciones, gestionar ventas) acaban quemando mucho. Lo siguiente con Pet Fennec será más espontáneo en este sentido.

– Poca espontaneidad se ve en sus coros y voces.

– Es que me alucinan. Me encanta el ritmo, y cada vez más. Pero luego cuando se te pega una canción lo que cantas es la melodía. Es algo más inmediato.

– ¿De dónde viene el título de ‘Mount Pleasant’?

– Así se llamaba la parada en la que me bajaba para ir al curro. Al verlo me entró una serendipia optimista: ‘Monte del placer’. Lo estaba pasando mal, y me tomé ese nombre como una señal de que todo iría mejor. Como así ha sido.

– Habiendo tocado todos los instrumentos del disco, ¿no se planteó grabarlo en casa?

– Sí, pero quería algo elegante, distinguido. En casa puedes grabarte medianamente bien, pero luego me daría palo invertir en promoción y agencias con un álbum hecho en mi cuarto.

– Y acabó en los estudio Muir de Yon Vidaur

– Su aportación fue fantástica. Le mandé 30 demos de mis creaciones y él hizo una selección buscando el denominador común. El resultado es homogéneo y melancólico.

Un trabajo clásico en su mejor acepción que puede recordar a Fleetwood Mac, Teenage Fanclub o The Posies

– No puedo esconder que me guste el power-pop. Y me encanta el indie-rock de los 90. Supongo que algo de eso hay en estas canciones.

– Composiciones niqueladas que en directo ganan en potencia e impacto.

– En concierto me parece importante que los músicos estén cómodos. Estoy tocando con cuatro amantes de la música, y les gusta por razones muy parecidas a las mías: es una parte muy importante de nuestra vida aunque no sea la manera directa de ganarnos el pan.

– Remarcables también las diferencias: el folk del tema inicial, el cierre electrónico de ‘Mount Pleasant’.

– Es algo voluntario. Lo primero es porque adoro a Mark Kozelek. Y la electrónica es mi segunda pasión. Tengo decenas de creaciones de ese enfoque en mi ordenador. Lo cual me recuerda que debo hacer una copia de seguridad cuanto antes (sonríe).

Publicado en El Diario Vasco
Publicado enEntrevistas

Sé el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *