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Kutxa Kultur Festibala: ¡Que empiece la fiesta!

La jornada del Kutxa Kultur Festibala en Tabakalera permitió conocer la nueva sala de conciertos de la ciudad.

“Apertura oficiosa”,“Fiesta de bienvenida”, “Prólogo”, “Jueves universitario” (en boca de un padre de familia con dos nenes, ahí es nada), “Calentamiento”, “Off-Festival”. No me negarán que somos buenos a la hora de ponerle etiquetas a las parrandas que rodean un evento relevante como el festival Kutxa Kultur.

Todas esa definiciones se las escuchamos a los asistentes a la hora de presentar la fiesta que ayer ocupó Tabakalera bajo el nombre de “Fiesta Bienvenida Donostia Kutxa Kultur Festibala”, un cartel de músicos y DJs que sirvió para entrar en calor con lo que nos viene encima este fin de semana y, de paso, conocer la nueva joya escénica de la ciudad, el Kutxa Kultur Plaza.

No fue la primera cita de este trote festivo. Esta semana se paseó por la capital la exposición de las ilustraciones del festival, una muestra en la que 12+1 autores (Iker Spozio, Mikel Casal, Amaia Arrazola, Mercedes Ballard,….) dibujan lo que les han sugerido otros tantos nombres relevantes del Kutxa Kultur Festibala (Berri Txarrak, Young Fathers, Cat Power,….). Un repaso -con copias a la venta- que pueden ver quienes estos días se acerquen a Tabakalera. Su compra tendrá poso solidario: parte de la recaudación se destina a la Fundación Zaporeak que trabaja en las costas de la isla Chios ayudando a los refugiados que llegan por mar.

El guateque de ayer comenzaba lejos del Centro Internacional de Cultura Contemporánea. La mallabiatarra Izaro, una de las promesas más exportables que ha dado la región este último año, cortaba la cinta inaugural en la nueva oficina que el “requetenombrado” banco tiene en la donostiarra Calle Arrasate. En Tabakalera los honores preliminares le correspondieron a DJ Mato, con una selección de melodías impepinables que incluyó selecciones modernas a rabiar (Car Seat Headrest) con otros grupos como Stone Roses, Morrissey o The Pains Of Being Pure At Heart.

En la cercana azotea Iñigo Serrulla, otra perla de nuestros imberbes constructores de canciones, acercaba sus portentosas melodías a los asistentes. Curiosa estampa del moderneo presente, con jubilados echando tragos de Keler y portando la bolsa playera (tote bag) que regalaban. La “nueva” juventud, a tope con el festival.
Ambos conformaron un perfecto entrante de las actuaciones que vendrían a continuación en el Kutxa Kultur Plaza, un espacio que ya conocen quienes se acercaron a las jam sessions del Jazzaldia. La nota técnica habla de “un nuevo espacio situado junto a la sala de cine de Tabakalera que va a ofrecer una programación moderna dirigida al público amante de nuevas propuestas. Con aforo para 300 espectadores de pie y 100 sentados, preparada para recibir espectáculos escénicos de pequeño-medio formato y todo tipo de música.

Un lugar diseñado adecuado para la música electroacústica”. No se asusten por el “palabro”, se refiere a la música eléctrica y acústica. ¿Acaso esperaban una explicación completamente comprensible de algo que se haga en este edificio modernete? Seguimos. “El escenario es desmontable y permite variaciones, lo que dota al espacio de mayor versatilidad a la hora de acoger espectáculos de diferentes formatos”.

Y traducimos: La nueva sala de la ciudad suena de maravilla y nos dará muchas alegrías. El algodón de la “electroacústica” del jueves no engaña, y el concierto de Ane Leux fue una gozada. La donostiarra, recién llegada de Colombia para realizar una residencia artística, presentaba su segundo disco “Sense” publicado hace apenas tres semanas. Un CD de raíces norteamericanas, cierta oscuridad y tonos cercanos a Norah Jones que supo elevarse en concierto, el primero que daba en su ciudad natal. No sufran si se lo perdieron. Tendrán más ocasiones de verle este fin de semana en el festival.

La parranda continuó con Dan Wilson & The Counterfactuals, un combo temporal que se estrenaba ayer. El líder de la banda inglesa Cubical ha sacado un disco intimista, y ha llamado al varios músicos locales para presentarlo estos días en la ciudad. El arranque festivalero se cerró con momentos más digitales. La culpable fue la canadiense Jessy Lanza y sus sintetizadores flotantes, la música disco y el rock de los ochenta. Ella es una de las sensaciones internacionales con su disco “Oh no”, trabajo alabado en medios de tendencias como Pitchfork.

Publicado enCríticas de conciertos

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