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Rock cosechero

Nueva edición del festival “Salda Badago”, título de canción de Hertzainak (además de bajorrelieve tasquero por excelencia) empleado para nombrar un certamen que une lo jovenzuelo y lo asentado en lo referente a bandas que cantan en euskera. Pero este año les bailó el toque juvenil. El grupo Eraul se cayó del cartel, siendo sustituidos por unos “anglocantantes” músicos de Donostialdea, The Young Wait. Banda que nos aturdió en el pasado festival Kutxa Kultur. El viernes, sin embargo, no hubo tanto empaque desde la mesa de sonido. No fue tan grave como para no disfrutar de sus canciones basadas en la Norteamérica más rocanrolera y sureña.

Tras ellos llegaron Petti y sus Etxeko Uzta, y la cosa se puso seria. El suyo fue un concierto espectacular. A una semana de entrar en el estudio para grabar su nuevo disco, la banda está más compenetrada que los equipos circenses de lanzadores de cuchillos. Joseba Irazoki es el mejor segundo espada estatal, y sus fechorías guitarreras viajan ahora más adheridas al conjunto.

Y qué decir de Petti, nuestro Mark Lanegan. Qué maravilla escuchar ese chorro de voz vagando por los tonos graves. Sobre letras propias o del sempiterno Harkaitz Cano, la formación ofreció un oscuro paseo por las enseñanzas de Lanegan, Neil Young y Tom Waits, haciendo que no pudiéramos etiquetar ninguna canción como “la mala” del recital.

La fiesta acabó con Balerdi Balerdi, grupo que defendió el powerpop en Euskadi y Navarra – son pamplonicas- cuando muy poca gente sabía de él. Tienen esa manera antigua (y festiva) de hacer canciones. Un estilo que sigue sonando magnífico en celebraciones jaraneras. La única pena, la falta de gente para disfrutar del caldo. Porque vigorizante y reconstituyente fue un rato.

Publicado enCríticas de conciertos

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