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Rock avasallador

Intérpretes: Miguel Pardo (voz), Fernando Pardo (guitarra), Marta Ruiz (órgano Hammond), Javier Vacas (bajo), Roberto Lozano (batería). Lugar: Sala Dabadaba (Donostia). Día: 12 de febrero del 2016. Asistencia: Lleno, unas 200 personas.

Como en esas películas en las que nadie puede parar el tren, la banda Sex Museum llegó a Donostia y arrasó con todo a su paso en sus cien minutos de concierto. Ellos fueron la máquina – setentera- que convirtió un txoko tan hiperactivo como la sala Dabadaba en un garito rock de ubicación polvorienta y paredes desconchadas.

La fórmula de estos madrileños lleva invariable treinta años (están de aniversario en esta gira) y no tiene visos de flaquear. Los puñeteros parecen vivir en formol y salir de la cápsula sólo para actuar. Es la única explicación racional que le encontramos a su avasalladora energía tras tantos años de carretera.

Seguro que los acólitos pueden dar nombres más certeros de bandas y épocas, pero los lectores entenderán si comparo al quinteto castellano con la canción “Born To Be Wild” de Steppenwolf (melodía principal del film “Easy Rider”). Rock de pelo largo y algo lisérgico, entre el blues y las fierezas que brotaron en los años posteriores al movimiento hippie. Una fórmula que aquí viaja acolchada sobre las teclas del órgano Hammond de Marta Ruiz. Un sonido que machihembra perfectamente con las ensuciadas cuerdas guitarreras del combo capitalino. Eso sí que es dialogar, demonios, y no lo que hacen las esculturas de la costa donostiarra.

A su ejercicio de estilo – ejemplarizado en la tema “Two Sisters”- le vienen bien unas gotas de otros licores para airear el sonido pétreo que defienden. Muchos evocamos a los Doors por momentos, y sonreímos con el toque power-pop ramoniano de “Enjoy The Forbidden”. El disfrute fue casi verraco a la hora de las versiones: “Fight For Your Right” de Beastie Boys (con riff de Led Zeppelin, claro) y el contagioso “Danger, Danger” de la formación Electric Six. Que la receta sigue funcionando a las mil maravillas quedó demostrado en la camisa del cantante de la banda, adherida a su cuerpo tras la sudada que se había pegado sobre el escenario.

Publicado enCríticas de conciertos

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