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El festival que te reconcilia con la música

Grupos: Single, Hidrogenesse, C Tangana…y hasta 21 formaciones musicales. Día: 29 y 30 de enero. Lugar: Salas Dabadaba y Gasteszena (Donostia). Asistencia: En total, unas mil personas

“Un Lurrazpiko Festa que hay que defender con los puños si hace falta”. Así se elevaba apasionado un conocido musiquero local en las redes sociales ayer. Y no se me ocurre mejor resumen de este certamen que, en ese peligroso balance entre arte y parranda que son los macrofestivales, nos reconforta con la zona más idílica de la creación sonora. Una “Festa” coqueta – es un puntazo que se realice en salas de aforo medio- pero peleona y admirable. Un autentico espejismo en el panorama nacional.

Quizás por eso gente de media España se ha acercado este fin de semana a nuestra pequeña urbe. Algo especialmente reseñable la jornada del viernes, donde era realmente difícil toparse con los nativos habituales en estas citas. Pero los turistas sonoros no vinieron solo a ponerse tibios a pintxos, que también. Su motivo principal era el de emocionarse con las actuaciones de alguna de las veintiún formaciones del Lurrazpiko Festa 2016.

Siempre hay sorpresas en los carteles de estas festividades, pero en este caso se conviertieron en iluminaciones (Sauna Youth). No faltaron las visitas acertadas de viejos conocidos que mantienen un eterno estado de forma y a los que, inexplicablemente, no les acompaña la popularidad (Single, Hidrogenesse). No nos referimos a esa fama de saludar en la barra del bar tras tu concierto, que eso Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin (el dúo donostiarra que forma Single) lo hacen mejor que nadie. Ver la cara de felicidad suprema de una muchacha manchega tras cumplir su sueño de hablar con la siempre divina Teresa transmitía más alegría que cualquier regalo de cumpleaños.

Lo mejor de este festival es que no existe esa sensación de “yo iría, pero solo me gustan dos cosas”. Lurrazpiko consigue, porque se la ha ido labrando a razón de dos citas musicales a la semana durante los últimos dos años, una confianza casi ciega en su oferta. Unos levitaron con las divertidas e irónicas composiciones de Hidrogenesse y otros compraron el abono para no perderse a raperos como El Coleta o C Tangana. El primero bordó el rap “quinqui”, con unas letras magníficas para retratar el pensamiento cultural y social. Lo de C Tangana es un pelotazo a la vista. Suave R&B bien hilvanado que pronto sonará hasta en los tonos predeterminados de los móviles.

La escena vasca estuvo muy bien representada. Los pamplonicas Kokoshca metieron a medio público en el escenario, algo que empieza a ser costumbre en el Lurrazpiko – el año pasado sucedió los mismo con la banda Discípulos De Dionisos-, en un set que fue de menos a más. También navarro, pero con un trueno cósmico, era Joseba Irazoki. El afable autor que cuando se calza una guitarra parece un endemoniado Mr Hyde presentaba nuevas canciones en las que vuelve a su época experimental, abandonando un poco las estructuras cuadradas y manidas.

Tampoco es malo basarse en esas cosas de estrofas y estribillos. Grupos como Les Grys Grys – y su potente rollo beat- o los tensos Betunizer lo cuadraron en esa embarrada categoría. Mención especial merece la banda Sauna Youth. Un auténtico terremoto sonoro que parecía provenir directamente de las bandas que había en el Berlin inmediatamente posterior a la caída del Telón de Acero. ¡Qué frescura!¡Qué potencia!¡Cuánta rabia!¡Que libertad compositiva! Frases exclamativas que Ayo Silver, la promotora de este certamen, ha hecho suyas. Como bien podremos seguir comprobando en las programaciones semanales. Ahora toca aplaudir muy fuerte por la edición del 2016, y saber que el año que viene será igual. O mejor.

Publicado enCríticas de conciertos

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