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Año: 2015

The Mountain Goats: Beat the Champ

Pop 4 estrellas

¿Se puede hacer un disco conceptual sobre el Wrestling y salir victorioso?. La respuesta es sí. The Mountain Goats le cantan al Chavo Guerrero con la pegada de Fountains Of Wayne. Ensalzan Texas, el estado, con aires de Prefab Sprout. Se visten de Half Japanese en “Choked out”. Homenajean el molinillo aéreo como lo haría Bright Eyes y reverencian a Apache Bull Ramos en formato folk. Y así hasta 13 victoriosos rounds. Un KO sin amaños.

Dry The River

El cuarteto británico acerca sus nuevas canciones de folk-rock épico en un concierto al que, si espabilas, puedes ir gratis

Fueron unas de las bandas revelación del 2012. Siguiendo la brecha de popularidad abierta por Mumford & Sons, las canciones del debut de Dry The River pronto alcanzaron escenarios tan relevantes como los festivales de Glastonbury o Reading. Unas melodías que nacieron como deseo de tranquilizar las creaciones de sus integrantes, curtidos en bandas de mayor potencia sonora (punk, metal, rock progresivo) y que ya alcanzan más de tres millones de escuchas en Spotify (caso del tema “No Rest”)

La canción mencionada, una fiesta de tintes épicos y casi progresivos, puede servir de base para explicar la personalidad de aquellas primerizas composiciones. Una especie de “folkplay” (folk + Coldplay). Maneras que mezclaban instrumentos de corte tradicional con épicas cuerdas y una intensidad que rompía los medidores. “En aquellos años buscábamos que las canciones simplemente fueran creciendo hasta llegar al final, donde todo explotaba”, afirma su guitarrista Matthew Taylor.

Ahora llega “Alarms in the Heart”, “un título que habla de remordimientos y ansiedad ante hechos inesperados”. El disco se grabó en Islandia, un emplazamiento ideal para los nuevos contrastes de la formación. “Estamos empezando a tener muy en cuenta el medio ambiente, la localización del estudio de grabación. La calma de aquél país ha influido de manera muy positiva en estas composiciones. Los glaciares, las montañas, la soledad y la tranquilidad… Fue maravilloso. Como lo fue el hecho de grabar con el material de Sigur Rós”.

El nuevo CD recupera aciertos pasados y avanza en la personalización de su propio camino, jugando a mezclar partes sin mayores vergüenzas: “Med School”, por ejemplo, empieza como un tema del último Morrissey para saltar a un estilo más cercano a The National. En “Roman Candle” cuentan con la colaboración de Enma Pollock, quien da un contrapunto perfecto a la narración sentida del cantante de la banda. Aunque lo que les funciona de perlas es lo grandioso. Ahí están “Gethsemane”, “Everlasting Night” o “Rollerskate” para demostrarlo y elevar de paso los ánimos de su creciente legión de seguidores.

La cita del lunes en el Doka donostiarra viene patrocinada por Budweiser. Cervecera que, buscando que la música de sus patrocinados suba como la espuma, ofrece invitaciones gratis en su web. Aprovechad las ventajas que da la cercanía de estos espacios, que la próxima vez que lo veas puede ser rodeado de 30.000 almas festivas. “Adoramos girar por salas. Cada vez nos ocurre menos, pero nos sentimos mucho más a gusto”.

MOON DUO: Vuelta al barro

El ahora trío norteamericano vuelve a Donostia para presentar su disco más garajero y sucio.

“Nosotros giramos más”. Así responde Ripley Johnson, la mitad creativa de Moon Duo, cuando se le pregunta por las diferencias entre este proyecto y su otra gran formación, Wooden Shjips. La réplica, en apariencia trivial, no lo es tanto. Moon Duo se ha basado en la facilidad a la hora de empaquetar los bártulos para vivir en la carretera (Johnson y Sanae Yamada, los socios principales del dueto, son pareja en la vida real) e ir germinando el mundo flor a flor, garito a garito. La antigua forma de ir ganándose el corazón de los fans, quienes veían crecer a sus grupos favoritos en esa especie de “Boyhood” sonoro y emocional. “Hombre, si nos cuadra tocar en un festival gigante lo hacemos. En términos de exposición pública sería de locos no hacerlo. Pero preferimos trabajar con gente más enrollada, más musiquera”.

Moon Duo quizás estén pensando en Ayo Silver, la promotora donostiarra, cuando expresan esa idea de cercanía y colegueo. Fueron ellos quienes les trajeron a nuestra capital hace un par de años, dejando tras de sí mil y un comentarios positivos y alucinantes. Como su música. Presentaban “Circles”, su álbum más accesible, el que les puso en el mapa más allá de los medios especializados y los espeleólogos de cubetas de discos. Aquella noche guipuzcoana del 2013 Yamada elevó a los altares el concierto de Siesta!, el impactante combo valenciano con el que compartían cartel. Y la gorra de la promotora local ha salido en más de una foto del Instagram de la banda.

Por aquel entonces ya viajaban con la persona que se ha convertido en la tercera pata de la silla, el batería John Jeffrey. Su inclusión ha sido beneficiosa para los conciertos, aunque marido y mujer no hayan variado sus modos compositivos. “Seguimos trabajamos en el sótano de nuestra casa de Portland. Yo en formato mañanero. Yamada es más creativa en el turno de noche. Las baterías no han dejado de crearse con cajas de ritmos, y luego Jeffrey las graba en un santiamén en los discos”.

El nuevo CD, “Shadow of the Sun”, también parece haber vuelto a los orígenes, al sótano creativo. La música no ha dejado de girar alrededor de los ya conocidos clásicos (Suicide, Velvet Underground, la psicodelia, Spacemen 3, Kraut Rock), aunque en esta nueva tacada de melodías el conjunto parece haberse embrutecido un poco. Adiós tonos brillantes, hola Stooges. El aire garajero, directo, sucio, se cuela por cada nota del disco. No hay más que atender al fondo sonoro del vídeo del tema “Animal” protagonizado por Richie Jackson, skater profesional que camina como un cavernícola y patina sobre todo lo que se menea en el montaje. “Nuestro disco ”Mazes” se elaboró en la soleada California. “Circles” en la espectacular Colorado. Aquellos fueron álbumes cuya inspiración ambiental fue muy clara. En este no lo veo tan claro, o está tan expuesto. Creo que hay una relación con el medio ambiente más allá del título, pero creo que es más interna. Cuando grabamos las canciones estábamos dejando atrás el invierno y pateábamos mucha carretera. Ripley Johnson vivía en una época muy existencial”, nos cuenta la dama.

El mencionado toma la palabra. “Buscaba algunas respuestas en los libros. “Todos los hombre son mortales” de Simone de Beauvoir me dejó aturdido. Y la canción “Ice”, por ejemplo, está inspirada en el clásico distópico de Anna Kavan del mismo título – obra traducida aquí como “Hielo” y editada por la valenciana El Nadir Ediciones- ”.
Lejos ya de los focos de la novedad y los medios que todo lo encubran si es fresco y/o imberbe (Pitchfork y allegados), el mayor gancho de este “Shadows Of The Sun” es su creciente atractivo. Un “grower”, que dicen los británicos. Algo que mejora con el tiempo y las sucesivas escuchas.

Las canciones siguen teniendo dos notas, tres a lo sumo. Embriagadoras en cortes como esa inicial “Wilding” a la que le deseas maracas en directo y le intuyes un aire yé-yé. Concepto ampliado en la casi bailarina “Night Beat”. Fiestas de corcheas contantes, pétreas. Oscuras cual Joy Division (“Zero”). Sobre voces con algo de vapor. Nada nuevo. Y a la vez, muy adictivo. Moon Duo ha elevado a la categoría de arte los viejos paradigmas de la psicodelia más cíclica. Con punteos que te pueden llevar a los Doors más astrales (“Slow Down Lown”). Y espacio para el pop sucio y ensoñador de la Velvet Underground, caso del tema “In a Cloud”. “El debut de los neoyorquinos me marcó, fue uno de mis discos de juventud. Aún me sigue pareciendo alucinante”, nos cuenta Ripley Johnson. Y a nosotros vuestro talento, tan monolítico, tan fascinante, tan bello.

Mojo Workin’. Mujeres de armas tomar

Rhythm & Blues. Soul. Blues. Músicas que han movido el mundo y lo seguirán meneando, más allá de modas pasajeras o pelotazos momentáneos. Arkaitz Kortabitarte (persona que responde a nuestro cuestionario) y Jokin Arizmendi, los principales impulsores del Mojo Workin’ que este fin de semana se celebra en Donostia, son unos defensores de las virtudes de los sonidos afroamericanos de la primera mitad del siglo XX. “ Es una época que te atrapa: Las grabaciones, el tipo de artistas que había, el sentimiento que esos cantantes y músicos imprimían a sus obras. Y esos ritmos, ay…”.

En la sexta edición del certamen han querido homenajear a las damas del soul de la década de los 60. “Se nos ocurrió que sería bonito agasajar a las mujeres que ayudaron a poner los cimientos de la música negra y que no han tenido el reconocimiento que sí han logrado muchos artistas masculinos”, nos cuenta Kortabitarte, quien menciona la película “A 20 pasos de la fama” como posible paralelismo. ”Al final nos ha quedado un poker de reinas. Tendremos desde el soul más bailongo y festivo de las Velvelettes, al blues de Mable John, el R&B más informal y divertido de Dee Dee Sharp y el alma melódica y preciosa de Maxine Brown. Y curiosamente, a pesar de ser estilos bastante diferenciados, todas tienen una notable pincelada de gospel”. Autoras ya entradas en años, lo cual aumenta el riesgo de posibles cancelaciones. “Si quieres traer a este tipo de artistas tienes que jugártela. Además vienen en exclusiva. Es una de nuestras filosofías, no traemos gente porque esté de gira, traemos a los que queremos traer”.

Las señoras llevan desde el martes en los locales de Pasaia Musikal, afinando los tempos con la Home Band, una formación local de 12 miembros montada exclusivamente para este festival que incluye coristas, sección de vientos y pianistas. Puede sonar raro, pero el tener una banda fija de fondo era de lo más habitual en los años de la STAX y Motown. “Va unido al ADN de esta música. De esa manera conseguían imprimir un sonido característico que se convertía en sello de la casa”.

El certamen ha agotado los abonos a la venta. Ya solo quedan entradas sueltas. “La fecha nos viene impuesta, y el puente parecía que iba a ir en nuestra contra, pero la cosa ha ido mejor de lo esperado. Hemos vendido pases en Reino Unido, Irlanda, Italia, Francia, Rusia y EEUU. Y sin pasar de los 60 euros que valdría este festival en cualquier otra parte”. Lo celebraremos en alguno de los alldayers/allnighters, fiestas de DJs que rodean al evento. Para más información pasen por la web oficial www.guregauza.com

Matthew E White: Fresh blood


Pop

2 estrellas

En ocasiones ocurre, es la maravilla de la música. Unes grandes producciones impolutas, música añeja de calidad intachable, enfoques soft de los setenta y una voz casi susurrada y te sale un bostezo del tamaño de un single de siete pulgadas. Elementos que Divine Comedy o Josh Rouse pueden elevar a los altares aquí suenan falsos cuan trampantojos. Un disco ideal para viajes de ascensor, juntas de accionistas y sitcoms románticas. Y ya.

Julian Maeso: una mezcla fantástica

El teclista toledano acerca a Donostia su aclamado segundo disco en una fiesta que unirá rock, jazz, blues y funk

Tras un par de días gestionando esta entrevista que ahora leen consigo dar con el autor volviendo de un viaje. Así es la vida en la carretera. Conciertos, kilómetros de furgoneta,…”Bueno, no exactamente. He estado ayudando a mis padres a hacer una mudanza”. Bueno, así es la vida en la carretera si lo que te gusta es el rock. Adiós romanticismo, hola realidad.

Y eso que su último disco ha sido elegido como el mejor del 2014 para una revista tan lustrosa como Ruta 66. “Que la única publicación con criterio rockero te aúpe a lo más alto me hace una ilusión tremenda. Y esa mención ayuda a conseguir conciertos. Promotores y asistentes acaban leyendo este medio especializado, y te sirve de pequeño empujón. Aunque ésta es una carrera de fondo. Hay que ir como el Cid Campeador. Pueblo a pueblo, ciudad a ciudad. Y en eso hay una clara mejoría respecto al año pasado, con salas cada vez más llenas”.

Claro que, más allá de felicitaciones de público y crítica, lo que más ayuda es tener un buen álbum bajo el brazo. Y “One Way Ticket To Saturn” lo es. Una mezcla fantástica de soul, funk, blues y rock de los años 70 que suena más brillante que su aplaudido debut, aquel “Dreams are gone” escrito bajo la influencia de nubes grises. “Era una mala época. Me desnudé en las canciones para explicar lo que me pasaba, y el resultado fue algo denso. Ahora estoy mejor, más positivo, y eso se nota.”

La variedad de estilos ha sido voluntaria. Y realizada con ese mimo que busca unir los amores musicales con el enfoque festivo y variado de tu propuesta. “Es que luego vas a Estados Unidos y ves cómo en los festivales agrupan bandas de jazz, funk, soul, rock. Y entre los asistentes hay gente de 80 años y niños de 10. Eso es una gozada, te permite descubrir cosas, gozar con las sorpresas… Aquí se tiende a especializar estos certámenes en exceso”. Aunque en esto Euskadi tiene un color especial. No cuesta mucho imaginar a Maeso en los escenarios más abiertos del festival de blues de Hondarribia o del Jazzaldia capitalino. “Tenéis en pocos kilómetros los mejores festivales nacionales. Los que has mencionado, el Azkena, el BBK live…”

Al Bukowski donostiarra se trae la formación de cuarteto potente, ese que se fuerza para hacer olvidar las ausencias de las coristas y la sección de viento que aparece en escena cuando los cachés son más elegantes. Aparcando el Hammond que ha caracterizado las creaciones de este antiguo miembro de Sunday Drivers. “Ahora viajo con teclados que emulan muy bien su sonido. Hazte cargo, ese órgano es un mueble de 200 kilos. No hay un concierto en el que la gente que te ayuda a montar y desmontar no me diga “macho, haberte comprado una armónica” (risas)”.

Iron & Wine: Archive Series Volume No. 1

Folk
2 estrellas

Sam Beam airea su armario. Su nuevo sello se centrará en publicar demos, versiones y tomas en directo de sus Iron & Wine. La colección arranca en este primer volumen con canciones desechadas del disco “The Creek Drank the Cradle”. 16 cortes con sonido de cuatro pistas que, tal y como pasa con los “crudités”, a unos les sonará falto de condimento y a otros les encantará porque las melodías se muestran menos cocinadas.

Lurrazpiko Fest: 20.000 leguas de indie submarino

Uno imagina a los rectores de Ayo Silver, los organizadores del Lurrazpiko Festa, como doctores de laboratorio sonoro. Investigando los blogs más recónditos para dar con la banda sorpresa, analizando todas las canciones del mundo con vitalidad juvenil. Jugando al gozoso prueba/error en la sala Dabadaba donostiarra. Garito que, atentos, ha programado a 130 actuaciones en apenas ocho meses. “Es más sencillo de lo que parece”, nos cuenta Borja Martin, uno de los socios Ayo. “Vivimos una época de explosión creativa. Y eso sumado a la desintegración de la industria discográfica hace que todos los grupos estén compuestos y sin novia. En todo caso la pregunta sería… ¿Por qué carajo nos liamos a juntar 19 artistas (6 más que el año pasado, 14 más que en 2012) que todavía no son populares?”. El muchacho se responde a sí mismo. “Ayo Silver! nació para fotografiar el panorama musical underground, ser una especie de revista de lo que está pasando cuando está pasando. Nuestra humilde intención es contribuir al crecimiento de proyectos artísticos de valor”.

Y en el fondo no hay tanto nombre desconocido en ésta la tercera edición del evento. “El atractivo del festival radica en que es una degustación sónica a precio de saldo. Una oportunidad de pasar revista al estado de la nación del pop. Igual no conoces a Biznaga, Pablo Und Destruktion o El Ultimo Vecino, pero sabes que sus discos han sido elegidos entre los cinco mejores del año por toda la prensa especializada. Que levante la mano quien estuvo en la gira de presentación del primer disco de La Buena Vida”.

Pues sin levantarla, pero cogiendo la mano del promotor, comenzamos el repaso por el jugoso afiche parando en la primera gran cita: Espanto (sábado, 21:00 horas). Un dueto popero libre, único e irrepetible. Los únicos que te pueden recordar a Suicide, Single, Go Kart Mozart, Jesús and Mary Chain y Vainica Doble a la vez. La banda con, en palabras del promotor, “el mayor ‘savoir faire’ donostiarra” ha elegido nuestra capital tras duras negociaciones. El esfuerzo habrá merecido la pena. Sus letras, divertidas y ácidas, merecen ser conocidas y aplaudidas por los asistentes. En la misma cuerda del pop atractivo deberíamos colocar a El Último Vecino, la sensación nacional de la temporada. Hasta las pizpiretas Deers/Hinds (entrevista en página contigua) los eligen como la mejor banda del la noche. Su oscuro crear ha calado entre la chavalería más inquieta, gracias sobre todo a las buenas maneras de su impagable cantante.

Siguiente parada, la fiesta guitarrera. Lurrazpiko se lanza al rock más bravo con la inclusión en el cartel de las formaciones Discípulos de Dionisos y Los Chicos. “El espíritu del evento es ser algo heterogéneo. Queremos que haya rock and roll frenético, pop saltarín, electrónica analógica, propuestas vanguardistas. Queremos un Arca de Noé lleno de bafles”. De Los Chicos poco se puede añadir. Es una de las mejores fiestas posibles de soul, rock y funk. Y los donostiarras DDD han ido pasando del porno punk al power pop acelerado sin perder exceso en sus líricas. Ambas formaciones están programadas cuando la vitalidad ya está asentada, entre las 00:45 y las 02:30 del sábado.

Eten (mañana, 20:30 horas) es la otra pata de la representación vasca. Sin necesidad de tirar de cupos. “Con los grupos locales somos exigentes, les pedimos lo mismo que al resto. Personalidad artística, discurso propio, universo personal “. En el caso de Eten hablamos de guitarras y baterías enrabietadas, voces chilladas y pegada poderosa.

Aplausos para quien decidió programar a Joe Crepúsculo (sábado, 03:20) cerrando el programa de actuaciones antes de la llegada de los DJs El Coloso de Roda y Chelis. El mallorquín, autor de canciones tan siderales como “Ritmo mágico” o “Mi fábrica de baile”, acaba de regresar de una gira por Sudamérica. Un continente que empapa sus sonidos digitales y agitadores. Y ya anuncia lo que será su séptimo disco, titulado “Nuevos Misterios”, para el que promete cumbia, bacalao y sonidos más diversos.

No podemos olvidar la fiesta del viernes en el Dabadaba, con Biznaga y Beach Beach como atractivos. Ni la merendola del sábado con Sacramento y Huías en idéntico local “buscando picotear antes de la larga jornada nocturna y para que los padres con hijos que no puedan pegarse la farra se puedan desfogar”. A destacar la presencia de Pablo Und Destruktion, un alma libre y oscura. O el rock caníbal de los norteamericanos Pop. 1280. y las buenas maneras de Forever Pavot, “los tapados del festival. A estos franceses no los conoce ni el tato. Pero van a epatar. Se hablará de ellos”. Mas nos quedamos sin sitio. Así que, como proponen los organizadores, recomendamos dejarse llevar y disfrutar de formaciones que ahora mismo agitan el subsuelo sonoro de las músicas populares y rockeras.