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Amaral: La noche de los coristas

Y a la segunda fue la vencida. Amaral pudo por fin actuar en Zarauz tras tener que suspender a última hora su visita programada para la semana pasada por un virus estomacal que afectó a su cantante. Al segundo “round” de la cita pareció repetir todo el mundo, aunque la villa costera tuviera más actos musicales previstos para la noche del viernes. Unas 3000 personas – con unas vejigas dignas de los cabezudos, dado que apenas encontramos 3 baños portátiles en un recinto por lo demás muy bien dispuesto – se acercaron a la explanada zarauztarra para disfrutar de las canciones del dúo maño y su bien engrasada banda.

Pero vayamos por partes, que el artista invitado también tuvo su miga. El getxotarra MobyDick, ganador de un certamen celebrado en Facebook para ocupar este espacio actuante, fue el encargado de calentar el ambiente durante los primeros sesenta minutos de la noche. El, su guitarra acústica y su habitual vozarrón, esa potencia digna de Eddie Vedder (Pearl Jam) o Mark Lanegan, sonaron excelentes. Como siempre, vamos. Empezó suave y pausado para, con el paso de los chupitos de pacharán que se iba tomando, ir elevando sus composiciones hasta maravillar a los presentes. Demostrando que en los escenarios grandes su oferta es igual de magnífica que cuando le vemos en la cercanía de los garitos taberneros.

Serio y socarrón entre temas, tocó versiones de Mikel Laboa, Pink Floyd y Bonnie Prince Billy (impresionante su adaptación del ‘I See A Darkness’) mientras atacaba esas composiciones de blues-folk cantando en inglés que componen su aún breve discografía.

Y tras el habitual guiño “indie” y clásico (en esta ocasión sonó el “All Tomorrow Parties” de la Velvet Underground) llegó el turno de la banda creada en Zaragoza. Su repertorio comenzó con una sentida disculpa por la ausencia de hace siete días para más tarde atacar el penúltimo de sus éxitos, ‘Hacia lo salvaje’. Un páramo que buscan en ocasiones sin llegar a pisarlo del todo. Solo en un momento a mitad de su actuación, cuando la banda se viste de rock setentero, parecen hollar los mundos sonoros más rudos. Pero ellos hacen pop. Bastante suavecito en general. Sin muchos brincos. De mover el pie y ya. Lo saben, lo sabemos. Y todos contentos.

Eva Amaral, su voz principal, es la reina del escenario, el foco de las miradas. Si la afección de la semana pasada hubiera sido vocal su visita podría no haberse suspendido. Los asistentes hicieron las veces de coristas durante buena parte de la noche, cantando en cuanto se les presentaba la ocasión. El chico del gorro, el donostiarra Juan Aguirre, tiene su pequeño momento al micro principal, un tema acústico bien bonito que no desentona en la lista.

Y precisamente eso, el orden y elección de las canciones, es lo mejor de su propuesta. Saben conjugar éxitos pasados y temas nuevos en su extenso minutaje, dejando hueco para versiones como la de la Creedence Clearwater Revival -aunque el archiconocido “Have you ever seen the rain?” sea una composición dificilmente personalizable- y contentado a todos los presentes, que abandonaron el recinto más que satisfechos.

Publicado enCríticas de conciertos

Un comentario

  1. Estanislao Lem

    Tocaron su «versión» del rebel rebel de Bowie? (you know….toda la noche en la caaaaallle)

    Por lo menos podrían ponerle en los créditos.

    grrrr….

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