Revista de fiebres

• La tecnología te hace feliz, hasta que te hace falta tecnología para saber dónde está tu felicidad
• En Cuatro, la cadena progre, el otro día le dedicaron a Russian Red y Depedro el cierre de su informativo. Todo iba bien. De maravilla. Hasta que la becaria redactora, del fondo de armario de la redacción, decidió cerrar la noticia con un “Lourdes cuenta con una voz muy personal, que recuerda a la de Nawja Nimri”. A veces los halagos – y la estrechez del mundo personal- son puñaladas en el corazón.
• Yo al menos aluciné en colores con lo de los premios del «disco del año» en TVE y sus mil finales distintos. ¿Alguien ha sacado el equilibrio de fuerzas discográficas presentes en dicha gala? ¿cuantas empresas gordas, y en qué porcentaje, estaban casualmente representadas en esa gala teóricamente objetiva?
  
• Seguimos con la tele, aunque ahora de buen rollo. Adoro The IT Crowd. Capitulos cortos, concisos y muy divertidos. En VOSE, claro.
• El interesantísimo indie-mp3 (sniff, que buenos ratos me hizo pasar. El último, con The Pains of being pure at heart) desapareció de nuestros rss estos días. 2001-2008. Ahora ha mutado en http://lostmusic.co.uk/blog/. No es lo mismo, no será jamás lo mismo. Dicen que http://indiepopnews.com/ va a cubrir esa baja. Veremos.
• Ayer paseaba dentro de un coche por el Antiguo. Una patrulla de la Guardia Municipal le pedía los papeles a un señor bastante normal, vagabundo pero estiloso quizás. Parece ser que dormía en una sucursal bancaria. Recordé otro cajero llenísimo de gente por el suelo durmiendo, cual matanza de zombies, la mañana del 1 de enero. Claro que el que vi yo no estaba en la manzana en la que se sitúa la vivienda del alcalde de la ciudad. Amigos necesitados, si váis a echar un sueño, que no sea donde el jefe del tinglado, donde las reglas son iguales pero mejor leidas.
• Escuchar música media hora al día mejora la circulación sanguínea. Extractos interesantes y parciales:

Sin embargo, no sirve cualquier tipo de música, sino que deben ser canciones que le gusten al individuo y que no le causen estrés mental al escucharlas.

Los voluntarios que escucharon música que encontraban agradable durante el estudio vieron cómo el diámetro de sus venas crecía hasta un 26 por ciento, reduciendo tanto los coágulos que podrían haberse formado como el LDL, una forma de colesterol relacionada con el colesterol dañino.

Miller asegura que no es tanto el tipo de música que se escuche como el grado de aceptación que ésta tenga en cada persona. Sin embargo, señala que ciertos tipos de música más ‘estresante’, puede llegar a provocar que las venas se constriñan un 6 por ciento, el mismo efecto que tendría comerse una gran hamburguesa, según el estudio.

Del mismo modo, aconsejan que se evite escuchar cualquier tipo de música que resulte irritante para los oídos, porque sus efectos son similares a ser fumador pasivo.