Ellos lo tienen

Con media Euskadi en Bilbao viendo al trío de Hoboken al que le robamos la inspiración del título, los donostiarras de bien, los amantes del pop, las que se pirran por las letras fabulosas y los grupos siempre frescos se arremolinaron en el evento de Espanto, incluido en la programación del festival Dock Of The Bay.

Los donostiarras bien, decíamos, disfrutaron de la duración del concierto (50 minutos), la hora de arranque (las nueve de la noche), el sonido de la sala (kutxa Kultur Kluba, que encandiló a los músicos) y el ambiente risueño que se respiraba. El dúo de Logroño visitaba la ciudad, y eso siempre es motivo de alegría.

Su última visita al Daba nos los había y traído rabiosos, bailongos, tecno-rockeros y festivos. La visita de ayer fue otra vuelta de tuerca, otra pirueta de 9,995. Otra reinvención, otra sorpresa, otra felicidad. Otro acierto. Con las letras que se abrían paso a través de Single y Vainica Doble. Con la música que le guiñaba al futurismo de Parade y acolchaba su rabia. Espanto fueron ayer el grupo favorito de Carl Sagan, de aquel pop que en los 70 y 80 le cantaba a los coches voladores con la esperanza y el temor al futuro.

Sucumbimos ante la belleza de “Había un árbol”, dejamos nuestra “Lágrima de Glitter”, fuimos «atravesados por el rayo Bayo» “Panteras” mudando de piel, nos reímos con la actualidad de “Fotos con las autoridades”, se nos hinchó el pecho con “El último día de las vacaciones”, vimos que ha pasado un año más de la vieja de “Rock and roll” y nos regalaron Capri(chos) en “Ragazzi e noi”. Y como vinieron se fueron. Dejando tras de sí esa felicidad tan esquiva y vaporosa que solo está en manos de los más grandes.