Algo delicado y difícil

Ese impulso. El que te hace abandonar la fiesta mayor de tu pueblo con ínfulas de ciudad para hacerte 550 kilómetros. Y parar en un coqueto garito, precioso, y ver uno de los pases que un conciudadano tuyo va a dar. Y engañarte pensando que es conciudadano tuyo. Sabiendo que es un hombre de mundo, el hombre que levita y hace levitar. Con ese mundo interno, torturado, canalla, socarrón. Y so cabrón. De líricas inabordables por el resto, pero gozosas para cualquiera.

El Rincón del Arte Nuevo de Madrid acogió la noche del 19 de enero los dos pases toreros que Rafael Berrio ofreció en la capital española. No pudimos llegar al primero, y los conocidos que lo vieron afirmaron que fue excelente. Pero no les crean. Algunos de ellos se quedaron al segundo, y dijeron lo mismo.

Ese es Berrio. El autor que te hace asistir a un momento único, para luego deshacer esa idea en favor de otro momento único. Lo decía Jesus Miguel Marcos, jefe de sección cultural del diario Público, en su twitter, “Eramos 30 y todos pensábamos que tendríamos que ser 3.000“.

Uno se siente avanzadilla de algo en tamaño contexto. Periodistas (sumen uno de el Mundo), músicos: Ese Javier Sanchez de AMA que alucinó con alguno de los nuevos temas (“Es un clásico desde ya, me lo imagino con cuerdas y me vuelvo loco” decía sobre “La alegría de Vivir”), un Tontxu con ganas de darle un bocao a cada estrofa escuchada, Jabier Muguruza y su socio Mikel Azpiroz (quienes actúan hoy en idéntica ciudad), el cinéfago Victor Uriarte,…

O Diego Vasallo, a quien Berrio homenajeó una vez que el ex Duncan, presente en el primer pase, hubo abandonado la sala. ¡Por estar estaba hasta Will More, el protagonista de Arrebato! Cascado y con bastón, delgado hasta parecer de otra quinta anterior, el actor asistió atento y encantado al concierto de su amigo.

La mencionada y sencillamente ESPECTACULAR “Alegría de Vivir”, con ese guiño tramposo de presentarla como recién estrenada cuando en SS ya sonó, y ese brutal giro velvetiano a “Como Cortés quemando naves” fueron mis dos highlights de una noche llena de luces. Con ese “este Album” que nunca toca en directo y casi siempre se la escucho.

Una noche iluminada, sí. Estrellada. Que arrancó con un tamborradus interruptus, unos escasos segundos de Marcha de San Sebastián mientras la pantalla ofrecía imágenes en vivo de Azpeitia y Donostia. Una velada de redobles artísticos. Y repleta de envidias. Porque nadie, repito, nadie en esta tierra hispana, ya esté gobernada por Bildu o el PP, es capaz de hacer esas letras tan maravillosas, tan certeras, tan dolorosas y reconfortantes a la vez.

Nadie es capaz de, cantando lo mismo pero ofrecido con la sola compañía de una guitarra eléctrica, generar otros sentimientos complementarios a los que gozaste la primera vez. Cada vez tengo más claro que Berrio transmite, agita, aturde y arropa. Y que lo haría igual o mejor si se acompañara de una orquesta de marimbas.

Sí, ojalá que fuéramos 3000. Pero siendo 30 uno es capaz de tomar al resto de los presentes como su nueva familia. La que adora a Berrio como si fuera una extremidad de su cuerpo, un narrador de nuestra almohada, un sincero truhan que encuentra la palabra exacta.

2 comentarios en «Algo delicado y difícil»

  1. The artist y eso que no se llevó al canelo.
    Alegría de vivir, la gardenia en el ojal
    la de Berrio, que nos da y nos quita

  2. Gracias por tan intensa crónica. Si yo tuviera el Arte que tienes escribiendo (encanto, cuando cantas) no diría nada mejor. Has clavado el sentimiento de AMAR el trabajo (que no las espantás de Artista de Culto que es dicho sea d paso) de Gafael, digo, Rafael. Perdón, que de tanto escuchar Bagbagá, se me ha pegado el acento

    Perfecto en soledad. Así es como se viven bien sus conciertos. En las masas se perdería su Poesía. No podríamos disfrutar una y otra vez, de esas letanías Como Cortés ni lloraríamos de pura evocación cada vez que suenan los acordes de Esa Canción que nunca Toca… Se necesita el respeto, la solemnidad y el silencio que merece la escucha.
    Leí que en Gasteszena invitó, cortesmente, sin duda, a salir a una dama de la sala por interrumpir, fijo, alguna rima asonante que le costó noches y resacas y rosas, conseguir…

    Solo quiero que se llene la sala para que cobre muchos derechos de autor.
    Por lo demás, Virgencita, Virgencita que se quede como está. Pequeñito y Venerado con toda su generación en aforo…

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