¿Por qué coño hacemos esto?

Si esta pregunta no ha brotado en tu mente al menos 3 veces al año es que tu acción/agitación/proyecto cultural no es tal. Ayer la escuchamos en “From Austin to Boston”, la road movie indie folk USA que vimos en el Dock Of The Bay, y no pudimos sino darle mentalmente la razón .

La película recoge de forma bienintencionada (ni una bronca, oiga) y bastante certera lo que viene siendo un tour underground. En este caso muestra la gira de 4 bandas por los Estados Unidos en furgonetas volkswagen. Una máquina de problemas cuyo romanticismo parece superar toda tara, roce o pequeña reparación. Hablo de las furgonetas.

De entre las formaciones destaca Ben Howard (cuyas borracheras son conocidas en nuestro Bukowski y un poco más allá), un constructor de armonías maravilloso. Y las chicas de The Staves, tres hermanas que controlan los juegos vocales de maravilla. Vaya versión de Sufjan Stevens que se cascan, maremeua. Todo bajo el sello de Communion y con un Munford & Sons por ahí poniendo caritas de “blue steel” y haciendo de productor de la peli. Destacar a Gill Landry en el papel de narrador y futuro protagonista del musical sobre Messí.

Las protagonistas de “Qué caramba es la vida”, el siguiente momento a concurso, seguro que también se han hecho la pregunta que titula este post. Porque no será nada fácil ser mujer mariachi en México. El film intenta recogen sus experiencias, sentimientos, actuaciones y deseos. Desde la dura “Maria del Carmen” ( puritita Kima Greegs “The Wire” ) a la que no le sienta del todo bien entonar grave como los hombres hasta las maravillosas “Las pioneras”, que como su nombre indica abrieron camino en esto de llevar pendientes y cantar mariachis. Ellas sí que son un canto a la vida, y no el día de los muertos que aparece en el film.

“Qué caramba” ganará el premio del público del Dock salvo hecatombe (una peli de Carlos Iturgaiz y sus inicios al acordeón, por ejemplo) porque la sala estaba llena, gustan las historias de superación y las protagonistas son mujeres que luchan por su espacio en es(t)e mundo tan masculino