I Am Trying To Break Your Heart (y casi lo logras)

Foto: IG de Juan G Andrés (@foteropanico)

1,2,3,4,5…joder, creo que aprobé Barrio Sésamo. Pero juraría que aquí me falta uno. 1,2,3,4,5. ¿No eran seis? No me jodas. A ver quién falt…NELS CLINE. ¿El guitarra solista? Espera, que igual sale ahora, que estaba de pintxos. Que no, que no sale. No me jodas.

Así nos pasamos varios minutos y temas, dividiendo el foco entre las – maravillosas- canciones que Wilco estaba tocando en el Kursaal y la ausencia de la pata de la mesa, el Oyarzabal del equipo, el Andrew Ridgeley de Wha…bueno, vale, no todas las comparaciones funcionan igual. Pero se hacen una idea, como nos la tuvimos que hacer nosotros. La COVID cazó a Cline esa misma mañana en Donostia, después de pasearse el domingo por la ciudad con sus colegas y cenar en nuestra urbe antes de alojarse en el hotel. “Es el primer concierto sin él en 18 años”, dijo el cantante.

Xabi Alonso, presente en el auditorio, bien pudo inspirarles hablándoles de la final de Estambul. O los Bide Ertzean, allá sentados, el día que Fran Iturbe se fue a hacer las Américas. O Audience en la marcha de Hannot. Porque ayer estaba todo pichichi en el cubo donostiarra. Si llega a pasar algo ayer no solo se acaba el pop adulto en Euskadi sino que desaparece del mapa esa audiencia de la que habla Vidondo en su artículo sobre los cambios de hábito asistencial

A veces despistábamos el vacío y veíamos un escenario alfombrado, a Jeff Tweedy de Coronel Tapioca con la acústica pintarrajeada y un fondo de letras floreadas que ayer pintaban de funeral. De fondo, “Cruel Country” sonaba cariñosa y “I Am My Mother” desplegaba su elegancia en una lista de temas distinta a la paseada por Europa. Por bemoles y porque el grupo va cambiándola según el país que pise.

Ayer, por una cosa y la otra, predominó la calma frente al ímpetu. Con los teclados y voces despegando en “Sunken Treasure”, Tweedy vestido de Santana punteando en “At Least” y acongojando al personal en la acústica “Ambulance”. Hubo country como para estar nominado a los Premios ACM (“Lifetime”, “Flowers”), power pop de sacar pecho (“Box Full Of Letters”) y temas pop acojonantes. Repito, acojonantes. “Hearts Hard to Find”, la jovial “Poor Places”, la sicodélica “How to fight” o la tonada con gotas espaciales “Kamera”…

Claro que nos acordamos de los más grandes, categoría por la que ya camina Wilco. Bob Dylan pasó por Gros mejor que en su visita playera, The Beatles pararon un buen rato (“Humminbird”), The Byrds pajarearon (“Story To Tell”) y CSN corearon de lo lindo (“Passenger Side”). Hasta Can, que sonaron en la previa ambiental con “I Want More”, se colaron en “War On War”. Sobre todas ellas, la intachable “California Stars” de Woody Guthrie.

De los totems, los andamios, «Impossible Germany» fue impossible de tocar in Spain, hombre, que faltaban los momentos más tormentosos. “Jesus, etc”, esta sí, mantuvo el tremendismo, “I´ m Trying To Break Your Heart” tuvo un agradecido “nachocanismo” a los teclados y “Heavy Metal Drummer” sostuvo el tipo. Por cierto, al batería le aplaudieron más en la presentación que a la mitad de los temas que sonaron ayer. Todos merecidos, claro.

Del largo bis previsto se cayeron temas. ¿Se notó la baja? Claro, no somos tontos. ¿Fue un concierto mayúsculo? Por supuesto, las canciones lo permitieron. ¿Soñamos con Irazoki cubriendo el hueco de Cline? Me voy sacando el abono del ALSA para hacerme el resto de la gira. Cuando hay calidad de fondo, melodías impresionantes y un carisma intachable es muy complicado que el barco se hunda. Y ayer, por supuesto, no lo hizo.