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Etiqueta: Sonic Trash

Donostikluba: Un club abierto

El festival donostiarra abre sus puertas al movimiento local sin olvidar llenar su cartel de citas atractivas y gratuitas.

Sergio Cruzado, promotor del Donostikluba que se celebra este fin de semana en la capital guipuzcoana, empieza fuerte la charla. “No existe la música indie. Eso es una estética temporal. Independiente es la actitud, no buscar el pelotazo, no venderse”. Una idea que alcanza su mayor cota de popularidad en el Kutxa Kultur que él mismo coordina y que tiene en este certamen de otoño la consecución real de su proyecto. “Igeldo quiere ser una cita veraniega urbana, especial e identificativa. El festival de estos días maneja otros conceptos: tiene nueve años de vida y una idea de potenciar la cultura del club. Montando circuitos para que los grupos crezcan y la música independiente estatal e internacional llegue a la ciudad”.

La edición del 2014 es especial. No por acercarnos grupos que jamás hayan pisado Donostia ni por programar bandas vascas que cuentan sus conciertos por llenazos, que de todo eso ya hay en esta plancha. La cita de este año es diferente porque abre sus escenarios al magma cultural donostiarra. Algo que siempre se ha hecho en mayor o menor medida. Pero nunca de una manera tan variada y numerosa. Porque lo de este fin de semana parece un circo de seis pistas.

Para Sergio no es más que la traslación a lo sonoro del funcionamiento del equipo de sus amores, la Real Sociedad: ”Gente de fuera que marque la diferencia, jugadores estatales que hacen las delicias de los espectadores y la apuesta por una cantera que nos da muchas alegrías”. Con las puertas abiertas a todo el mundo, para demostrar que la urbe bulle. “Cuando empezamos esta ciudad era un desierto. Mirábamos a Bilbao con envidia. Parecía que la solución era hacer estudios sobre necesidades culturales o construir nuevos recintos mientras en los ya existentes apenas se programaba. Nosotros planteamos acción. Éramos colectivos que si trabajábamos en red íbamos a generar un público que nos iba a beneficiar a todos. Esto se puede ver este fin de semana, fecha en la que colaboramos Ginmusica, Revolutionary Brothers, Gure Gauza, Nimu, Beltza Records, Ayo Silver, Bukowski, Staaf, Musikagela y Garoa Kultur Lab”.

Hechas las presentaciones vamos al cartel que se inaugura con el estreno de los donostiarras Ghost Number & The Gipsy Gipsies. Un arranque sureño en el Bukowski antes de subir a Gasteszena a disfrutar de una noche en la que destaca la actuación de los británicos Is Tropical, banda a la que entrevistamos en la página siguiente.

El resto de formaciones de hoy también visitan Donostia por primera vez. The Free Fall Band llegan desde Barcelona apadrinados por Miqui Puig. Practican un pop suave a lo Belle and Sebastián ideal para el comienzo de la velada. Beezewax vienen de Noruega y defienden la emoción electrónica, el guitarreo vital y el pop apoyado en digitalismos. Tras ellos llegan Trajano, la última sensación madrileña. Sobrevuelan espacios de oscuro optimismo influenciados por Joy Division o Golpes Bajos. Y al cierre nos toparemos con el colectivo Ni MU, pinchadiscos defensores de los sonidos negros más tórridos antiguos o modernos, pero siempre enfocados a ponernos en danza.

El sábado es el día grande. Por actuaciones. Por el cartel. Por la variedad. Y porque es gratis. Algo que los promotores han conseguido “implicando a la gente en una idea en la que creen”. El escenario principal se llenará de formaciones contundentes que cuentan sus apariciones por victorias: Los bilbainos Cápsula, ese dúo Niño Coyote eta Chica Tornado que suena como una banda de 5 miembros, los llena-salas Willis Drummond. A su vera se acercarán otros dos grupos vizcaínos menos conocidos. Yellow Big Machine defienden el rock impactante distorsionado y libre de la escuela de Sebadoh, Fugazi, Sonic Youth o Patrullero Mancuso. Y Sonic Trash volverán a nuestra tierra con su rock de carácter festivo onda Girls Against Boys.

Pero lo más atractivo del sábado, más allá de esos grandes nombres, es perderse por la casa de cultura de Egia. Un espacio que por un día va a abrir sus pasillos y estancias convirtiendo cada uno de ellas en una sala de conciertos. Empezando por la biblioteca, lugar en el que actuarán los getxotarras Fakeband, fans de los Eagles o Big Star que llegan en formato acústico.

Si el clima es benévolo podremos subir a la terraza de Jareño. Allá repiten Ni Mu a los platos, y los donostiarras Bracco demostrarán que su canalleo blues-rock es harina de otro costal. También podremos hacer pasillos. En los de Musikagela se escuchará a Los Hormigones capitaneados por ese multidisciplinar artista denominado Roskow. O atender al rock and roll de los locales Watxuwei.

Nos queda el salón de actos, auténtica pasarela de las asociaciones locales. Desde las diez de la noche a las seis de la mañana se podrá disfrutar de la presencia de los responsables de otros festivales urbanitas (Soul Supreme, Mojo Workin) pinchando las músicas que les caracterizan: dub, soul, funk, ska… El Lurrazpiko Festa acercará a Egia un showcase propio: Elephant Stone y Allower. Atentos a estos elefantes, que prometen ser una de las actuaciones de la noche. Pop de toques sicodélicos, coros a lo Primal Scream y más adictivo que un paquete de golosinas recién abierto.

Cerramos con un aviso a los navegantes que quieran acercar su txalupa mañana a Gasteszena. La entrada es libre hasta completar aforo. Vayan pronto, no dejen los deberes para el final. Y ya de paso picotean un poco de la oferta local. Venga, que ya saben cómo se hace. Es como lo de los pintxos, que a todo mundo gusta, pero con canciones.

Ruedas rockeras

Intérpretes: Sonic Trash, The Lookers, Red Kross. Lugar: Casa de Cultura de Intxaurrondo (Donostia). Día: 18 de enero del 2014. Asistencia: lleno, unas 500 personas.

La comunidad rockera volvió a responder a la llamada del promotor Juancar García, el vitalista dueño del establecimiento irundarra Bloody Mary, una de las pocas tiendas de discos con solera que tenemos en la provincia. La donostiarra Casa de Cultura de Intxaurrondo se llenó el pasado sábado para disfrutar de un triple cartel que tenía como nombre más relevante el de la banda norteamericana Red Kross, de larga gira por la península estos días.

La fiesta comenzó puntual, a las diez, con la irrupción de los bilbainos Sonic Trash. Aún se recordaba su última visita a la sala Gazteszena de nuestra capital, en aquel homenaje a sus conciudadanos Cancer Moon. En esta ocasión trajeron temas propios, a medio camino entre el rock de Seattle y las correrías de Nashville. Cumplieron la papeleta con oficio y dedicación.

Tras ellos llegaron los imberbes The Lookers, desde la vascofrancesa población de Ciboure. Un trío de niñatos con mucho morro que reivindicó el rock británico más respondón, ese que va desde los Jam hasta los Sex Pistols, el mismo que a ratos recuperaron The Strokes. No descubren la rueda, pero la hacen girar con gran velocidad y descaro.

La fiesta finalizaba con la actuación de Red Kross. Comandados por los dos hermanos Macdonald y con un batería tan potente como animoso, su lista de canciones nos trasladó a los mil y un sonidos de Los Angeles. La ciudad de los clubs canallas, el hard rock de voces empastadas, la región soleada de los Byrds. Flaqueó un poco su cantante en algunos tramos, quien sabe si fatigado por la acumulación de fechas. Pero su música sigue siendo impactante y vigorosa. Los donostiarras tuvieron más suerte que los bilbaínos, quienes tuvieron un set de menos de una hora el pasado jueves, y consiguieron sacarle un bis al cuarteto. Formación recibida con vítores a la hora de acercarse al puesto de merchandising. La mejor señal de la satisfacción del personal, que dio buena cuenta de los vinilos puestos a la venta.

Lurrazpiko Festa: Vive el underground

Sin ánimo de sentar cátedra, que me faltan kilómetros e ínfulas. Y con todo el respeto a los eternos combatientes de garitos como el sonoro Mogambo, el de Trintxerpe. Pero lo que el sábado discurrió en la sala Gazteszena de Egia, el llamado Lurrazpiko Festa, ese vendaval de bandas que nos resguardaba del temporal climático que sucedía en el exterior, fue todo un ejemplo de lo que es o debería ser la independencia. Creativa, se entiende.

Porque indie es dejarte las manos aplaudiendo a una de las propuestas más cercanas. Violeta Vil, afincados en Logroño, ofrecieron un concierto sublime. En su tercera visita actuante a la ciudad (su estreno como banda se realizó un Jazzaldia ¡en una de las tiendas del Kursaal!), sus nuevas canciones suenan a gloria. Si como tal consideras la música oscura, las voces bien regadas de reverb y delay, la electrónica con gran peso de la percusión – y a la vez poco discotequera- o los guitarrazos a lo Jesus And Mary Chain. Han conseguido un sonido compacto y certero. Una pena que por problema ajenos su disco de debut aún no exista físicamente, porque hubieran aligerado la furgoneta de vuelta a La Rioja.

Disfrutamos mucho de la sesión rockera de Sonic Trash. Los bilbainos llevaron a su terreno el cancionero de otros ilustres del underground, Cancer Moon, dotándolo de una vida “noisy” melódica. A ratos parecíamos volver a los 90, cuando Sonic Youth y los suyos nos enseñaban cómo unir suciedad y tonos bonitos. Pero el viaje sónico no tuve ningún achaque nostálgico. Fue puro gozo guitarrero.

Lurrazpiko Festa: Zombies indies

Arrancamos con una anécdota de la banda principal del sábado, una historia tan de ultratumba como el nombre del festival donostiarra. ‘Tocamos en Brixton la noche en la que Michael Jackson pasó a mejor vida. Justo antes de saltar al escenario recibimos un mensaje que nos informaba de eso. Y lo soltamos por el micro, pensando que era una coña. La atmósfera de la sala cambió de repente. Quien sabe, igual conectamos con su espíritu o algo así. Pero podemos jurar que el concierto no fue de los normales’. Esperemos que no haya que recordar la noche de mañana por algún deceso famoso, y que el Lurrazpiko Festa sea memorable por otras razones más culturales y sociales.

Mimbres tiene para ello. Lo primero, la entrada. Nueve horas de atractiva música, acabando a las cinco de la mañana, por solo doce euros en anticipada (corre, hoy aún llegas) es un precio de muerte. Y, por supuesto, las bandas y DJ que completan el cartel

La lista la encabezan los potentes Verónica Falls, plenos de actualidad con la publicación el próximo lunes del soberbio “Waiting For Something To Happen”. Ya esta semana pudimos escucharlo en streaming en la red, confirmando que es una brillante – en todos los sentidos- continuación de su aplaudido debut y en el que ya podemos confirmar pelotazos del calibre de “Teenage”.

El título del disco recoge el sentimiento colectivo de banda respecto a estas canciones’, nos cuenta Roxanne Clifford, guitarrista y cantante de la banda, mientras recordamos que su primer CD tuvo que volver a grabarse porque la primera sesión no les convenció, ya que les sonaba “demasiado profesional”. ‘Nos dimos cuenta que muchas de estas nuevas melodías hablaban de deseos, de la búsqueda de esa idea invisible que puede que no llegue nunca’.