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Etiqueta: Los Hormigones

Musikagela Fest: Unos locales muy entonados

La segunda edición del festival Musikagela mostró la buena salud de los grupos donostiarras

La capital guipuzcoana cuenta con locales de ensayo de carácter público (Donostia Kultura) gestionados por una asociación (Buenavixta Prollekzion). Esos “txokos” situados en los centros culturales de Intxaurrondo y Egia reciben el nombre de Musikagela, y son espacios en los que el pop y el rock siguen encontrando un espacio de entrenamiento. Musikagela Fest, el certamen celebrado ayer, es la reunión juerguista que busca visibilizar los proyectos que tienen relación con estos locales.

Con una primera edición celebrada el año pasado en Riberas de Loiola, el segundo capítulo de este certamen colocó dos escenarios en los alrededores de la céntrica Plaza Easo. Uno, el principal, situado en el kiosko de este espacio de Amara. El segundo, una carpa portátil, sonaba cuando el principal se callaba.

El cartel arrancó de la mejor manera posible con la actuación de Los Willys. Unos preadolescentes de entre 11 y 14 años que tatuaron una sonrisa en las caras de los asistentes. Con una edad en la que aún se mira al semáforo antes de cruzar y reciclar es una cuestión innata al ser humano, su ataque al pop discurrió por similares caminos de pureza y satisfacción.

Tocaron un tema propio, otro de Ed Sheeran, uno más de Beirut y un tercero “que hemos visto en internet pero no sabemos de quién es”, nos dirían al finalizar su set mientras admitían que lo suyo era “el indie”. Se disculparon por tener la voz algo fastidiada y se despidieron abrazados todos juntos tras hacer un bis. Quién sabe si de estos Willys saldrá la próxima La Oreja de Van Gogh, pero poco importa cuando la creatividad se toma de una manera tan sana, divertida y bien ejecutada.

Tras el impacto inicial el resto del cartel corrió por derroteros más habituales. Los locales Latitud 43 llevaron “el rock and roll a la plaza del pueblo”, como cantaba Tequila. Los posteriores Hot Potato Blues Band invocaron el espíritu de La Gatera, la ya desaparecida tasca “blues” que durante años se ubicó en la cercana Calle De La Salud. Su set fue puro a rabiar, e hizo las delicias de los ciudadanos que ocupaban las terrazas de la zona triangular de la explanada. “No sé quienes son, pero me encantan”, dijo a nuestro lado una usuaria del corto corredor peatonal “Parada del Topo – Playa de La Concha” que paró unos minutos a disfrutar del “Hard to Handle” de Otis Redding interpretado por este quinteto.

Tras el descanso para comer el festival retornó a las seis de la tarde. Una plaza cada vez más llena acogió a un Gartxot que se apoyó en su pedal de efectos, a los “oldies” instrumentales Ladrones De Guitarras, al particular cachondeo de Los Hormigones y a una Raitx bien emocionante. La tarde prosiguió con la rabia juvenil de Baiona, los tonos clásicos de Radiocaster y un fin de fiesta a cargo de los catalanes The Sick Boys.

Bigott: ¡Qué felicidad!

Intérpretes: Bigott y banda, Los Hormigones. Lugar: Casa de Cultura de Intxaurrondo (Donostia). Día: 4 de febrero. Asistencia: unas 250 personas.

Pocas personas hay más felices que el zaragozano Borja Laudo, el hombre que se esconde bajo el sobrenombre de Bigott. No había más que verle antes del concierto trasteando, saludando y bailando sobre el tablado la música ambiental previa a su show. Una felicidad a la que supo sacarle partido, con su particular forma disolver cualquier atisbo de “fila vasca” (así llaman a ese hueco de varios metros entre el público y el escenario que, dicen, solo hacemos aquí).

Bigott es el Obelix del pop, la persona que se cayó en la marmita de la alegría y el desparrame verbal – hay ratos que ni se le entiende lo que dice entre canciones-, quién sabe si fruto de una excesiva vida de la que se apartó hace cinco años. Es un gustazo verle y sentir su júbilo, ese gozo que anima al más acatarrado.

Pero no le definamos como un tipo al que hay que ir a ver porque es divertido. No caigan en esa injusta simplificación. Bigott tiene temas maravillosos, pildorazos de menos de 3 minutos capaces de hacerle sombra a cualquier moda foránea. Su composición ha ido variando del pop más saltarín hacia la nueva sicodelia mundial con un acierto intachable. “Echo Valley” deja en agua de borrajas media discografía de Allah Las. “God Is Gay” demuestra que la frescura de The Pains Of Being Pure At Heart también se puede mejorar. Sin olvidar los guiños a Jesus And Mary Chain, France Gall o Velvet Underground. Y si en las versiones recupera una de The Feelies poco más se puede añadir.

Bigott vive en otro universo, sin duda. El del buen gusto y la calidad impecable. Y todo eso sin perder la sonrisa de la cara. Si no han ido a verle, háganlo cuanto antes. No se arrepentirán.

Donostikluba: Un club abierto

El festival donostiarra abre sus puertas al movimiento local sin olvidar llenar su cartel de citas atractivas y gratuitas.

Sergio Cruzado, promotor del Donostikluba que se celebra este fin de semana en la capital guipuzcoana, empieza fuerte la charla. “No existe la música indie. Eso es una estética temporal. Independiente es la actitud, no buscar el pelotazo, no venderse”. Una idea que alcanza su mayor cota de popularidad en el Kutxa Kultur que él mismo coordina y que tiene en este certamen de otoño la consecución real de su proyecto. “Igeldo quiere ser una cita veraniega urbana, especial e identificativa. El festival de estos días maneja otros conceptos: tiene nueve años de vida y una idea de potenciar la cultura del club. Montando circuitos para que los grupos crezcan y la música independiente estatal e internacional llegue a la ciudad”.

La edición del 2014 es especial. No por acercarnos grupos que jamás hayan pisado Donostia ni por programar bandas vascas que cuentan sus conciertos por llenazos, que de todo eso ya hay en esta plancha. La cita de este año es diferente porque abre sus escenarios al magma cultural donostiarra. Algo que siempre se ha hecho en mayor o menor medida. Pero nunca de una manera tan variada y numerosa. Porque lo de este fin de semana parece un circo de seis pistas.

Para Sergio no es más que la traslación a lo sonoro del funcionamiento del equipo de sus amores, la Real Sociedad: ”Gente de fuera que marque la diferencia, jugadores estatales que hacen las delicias de los espectadores y la apuesta por una cantera que nos da muchas alegrías”. Con las puertas abiertas a todo el mundo, para demostrar que la urbe bulle. “Cuando empezamos esta ciudad era un desierto. Mirábamos a Bilbao con envidia. Parecía que la solución era hacer estudios sobre necesidades culturales o construir nuevos recintos mientras en los ya existentes apenas se programaba. Nosotros planteamos acción. Éramos colectivos que si trabajábamos en red íbamos a generar un público que nos iba a beneficiar a todos. Esto se puede ver este fin de semana, fecha en la que colaboramos Ginmusica, Revolutionary Brothers, Gure Gauza, Nimu, Beltza Records, Ayo Silver, Bukowski, Staaf, Musikagela y Garoa Kultur Lab”.

Hechas las presentaciones vamos al cartel que se inaugura con el estreno de los donostiarras Ghost Number & The Gipsy Gipsies. Un arranque sureño en el Bukowski antes de subir a Gasteszena a disfrutar de una noche en la que destaca la actuación de los británicos Is Tropical, banda a la que entrevistamos en la página siguiente.

El resto de formaciones de hoy también visitan Donostia por primera vez. The Free Fall Band llegan desde Barcelona apadrinados por Miqui Puig. Practican un pop suave a lo Belle and Sebastián ideal para el comienzo de la velada. Beezewax vienen de Noruega y defienden la emoción electrónica, el guitarreo vital y el pop apoyado en digitalismos. Tras ellos llegan Trajano, la última sensación madrileña. Sobrevuelan espacios de oscuro optimismo influenciados por Joy Division o Golpes Bajos. Y al cierre nos toparemos con el colectivo Ni MU, pinchadiscos defensores de los sonidos negros más tórridos antiguos o modernos, pero siempre enfocados a ponernos en danza.

El sábado es el día grande. Por actuaciones. Por el cartel. Por la variedad. Y porque es gratis. Algo que los promotores han conseguido “implicando a la gente en una idea en la que creen”. El escenario principal se llenará de formaciones contundentes que cuentan sus apariciones por victorias: Los bilbainos Cápsula, ese dúo Niño Coyote eta Chica Tornado que suena como una banda de 5 miembros, los llena-salas Willis Drummond. A su vera se acercarán otros dos grupos vizcaínos menos conocidos. Yellow Big Machine defienden el rock impactante distorsionado y libre de la escuela de Sebadoh, Fugazi, Sonic Youth o Patrullero Mancuso. Y Sonic Trash volverán a nuestra tierra con su rock de carácter festivo onda Girls Against Boys.

Pero lo más atractivo del sábado, más allá de esos grandes nombres, es perderse por la casa de cultura de Egia. Un espacio que por un día va a abrir sus pasillos y estancias convirtiendo cada uno de ellas en una sala de conciertos. Empezando por la biblioteca, lugar en el que actuarán los getxotarras Fakeband, fans de los Eagles o Big Star que llegan en formato acústico.

Si el clima es benévolo podremos subir a la terraza de Jareño. Allá repiten Ni Mu a los platos, y los donostiarras Bracco demostrarán que su canalleo blues-rock es harina de otro costal. También podremos hacer pasillos. En los de Musikagela se escuchará a Los Hormigones capitaneados por ese multidisciplinar artista denominado Roskow. O atender al rock and roll de los locales Watxuwei.

Nos queda el salón de actos, auténtica pasarela de las asociaciones locales. Desde las diez de la noche a las seis de la mañana se podrá disfrutar de la presencia de los responsables de otros festivales urbanitas (Soul Supreme, Mojo Workin) pinchando las músicas que les caracterizan: dub, soul, funk, ska… El Lurrazpiko Festa acercará a Egia un showcase propio: Elephant Stone y Allower. Atentos a estos elefantes, que prometen ser una de las actuaciones de la noche. Pop de toques sicodélicos, coros a lo Primal Scream y más adictivo que un paquete de golosinas recién abierto.

Cerramos con un aviso a los navegantes que quieran acercar su txalupa mañana a Gasteszena. La entrada es libre hasta completar aforo. Vayan pronto, no dejen los deberes para el final. Y ya de paso picotean un poco de la oferta local. Venga, que ya saben cómo se hace. Es como lo de los pintxos, que a todo mundo gusta, pero con canciones.