Saltar al contenido

Etiqueta: Havoc

Havoc y su banda regresan para confirmarse en su ciudad con un ‘pop macarra’

Al grupo donostiarra Havoc les pilló de lleno la pandemia. Su último álbum, “Espíritu” (Subterfuge Records) salió poco antes de los cerrojazos obligatorios para esa cultura que poco a poco va despertando. Tras una presentación doble en la sala Dabadaba en marzo de este año toca la revalida en el ciclo “Bataplan (Udan)” de la discoteca donostiarra de mismo nombre, en lo que debería ser un despegue en su lista de conciertos.

Atendiendo a aquellos eventos primaverales la banda se confirma en ese giro contundente que ha dado su lista de canciones. Tras unos inicios folk y unos paseos más indies sus nuevas composiciones apuestan por la pegada casi hard-rock. “Un álbum electrocutante y electrizante”, dice su hoja de promoción. Nosotros lo definiríamos como “pop macarra”. Con un conjunto de elementos guiado por el cantar de Pedro Gracia Pérez de Viñaspre. Unas melodías sentidas y figurativas, afectadas y directas, que marcan a fuego las canciones del quinteto.

Para animar el concierto de hoy han publicado un nuevo vídeo (“Doble cuerpo”) y nos confirman que tocarán 60 minutos fusionando piezas de su último lanzamiento con otras más antiguas (“Hélices”, “Un día”, “La chica del tiempo”). Todas ellas adaptadas al estilo aplastante de guitarras fieras que manejan ahora. La cita será esta tarde en la sonoramente brillante sala de fiestas costera, y si adquieres una entrada te regalan uno de los discos de la formación guipuzcoana.

Publicado en El Diario Vasco

Katiuska Festibala

Dicen que en Donostia el verano es un sinvivir porque debes salir de casa con tolla, jersey, chancletas, chubasquero, bañador, rebequita, zapato cerrado y paraguas. Quitando los elementos netamente veraniegos, que el frescor del viernes no invitaba a llevar sugerencias textiles, el resto del paquete bien podría haberse entregado a los asistentes a la primera jornada del Kutxa Kultur Festibala celebrado ayer en el hipódromo de Lasarte.

Pack en ristre nos dirigimos al transporte público que nos iba a llevar al espacio de conciertos. Los viajes no son tan dedicados como antaño. Así, el nerviosismo y la felicidad cómplice de quienes subían a Igeldo en una de aquellas lanzaderas viajan ahora diluidos en un tren o un autobús que acoge también el regreso a casa de los currelas, el fin de la jornada estudiantil y el retorno de los ciclistas que se han pegado una paliza. A cambio, el recorrido deja de estar focalizado en Donostia para extenderse hasta Tolosa, Zumaia e Irún. Fue divertido intentar adivinar quienes iban al evento, una especie del “”quién es quién?” versión festival vasco. ¿Lleva botas?¿Va de ropa técnica o de noche?¿ Va en un grupo animado de gente?

La entrada al recinto se realizó sin mayores problemas. La zona verde que dominaba el área abierta por donde habitualmente compiten los jamelgos se presentaba asequible pero se fue embarrando con el paso de los aguaceros ocasionales, los cuales parecieron aguantar hasta el inicio de los actos para hacer acto de presencia. Los acordes de los guipuzcoanos Havoc sonaron regios mientras la gente se cobijaba cuando el agua hacía acto de presencia.

Zapatos de zarzuela

La gente se sobrepuso a la realidad con humor. Que los chaparrones sean una faena o un acto que añade tintes épicos al momento es cuestión de la vitalidad y la edad del encuestado. Atenta a los guitarrazos del artista local nos topamos con Marta Lorenzo, una donostiarra embutida en unas Hunter a la que no le faltaba chispa en el tema de las denominaciones alternativas. “Hemos venido preparadas para la fiesta. Ni ´kutxakultur´ni gaitas, este es el primer año del Katiuska fest”. Por cierto, ¿Sabían que el nombre de ese calzado viene de una zarzuela de los años 30? La obra se titulaba ‘Katiuska, la mujer rusa’ y la protagonista principal aparecía en escena provista de unas botas altas de media caña, las cuales recordaban a las utilizadas comúnmente en los días de lluvia.

La zona de ferias prevista no llegó a montarse. Pero la gente siempre le ve cosas positivas a las ausencias. “ Ahora, tras las lluvias, también podríamos montar peleas en el barro”, nos cuenta divertido el lasartearra Gorka Lopez, quien ya más serio nos confirma que ya sabe que el K.K.F. se caracteriza por la ausencia de actos vandálicos.

Comida rápida en formato camión

Nos aventuramos a la zona de “food-trucks” que iba a saciar nuestros ardores alimentarios y, de paso, darnos cierto descanso musiquero. Shawarmas, sushis y sandwiches ocupaban el lugar. Lo que viene siendo la comida rápida de toda la vida, pero en formato sano y elegante.

Recuerden, eso sí, que en el Kutxa Kultur Festibala nada se apoquina con dinero contante y sonante. En este festival todo se paga con la pulsera “cashless” que dan al acceder al recinto. Un brazalete que además sirve para entrar y salir del hipódromo. Las cargas de la dichosa son sencillas a rabiar. Otra cosa son las descargas. “Un saco sin fondo. No consigo llevar las cuentas nunca bien con estos modernos sistemas”, nos dice un joven farrero que prefirió no identificarse.

La música no fue la única de las artes que se desarrolló en el estadio deportivo. #LiveArt fue la propuesta de los artistas Amaia Arrazola y Txemy, creadores que realizaron en riguroso directo dos enormes murales a ambos lados de la pista principal. Y para pintas modernas -y creatividad con las tijeras-, las que nos podía dejar el barbero presente. Landry Agres, peluquero de la selección islandesa en la Eurocopa de 2016, ha instalado su salón Milk San Sebastián para todo el que quiera cambiar su look durante el certamen. No vean el tirón que tenía.

A su vera tiendas de joyas, diseño, cerámica , piezas decorativas de cemento y stands de chulos carteles o fotografías de la Norteamérica profunda se repartían la zona más cubierta del Kutxa Kultur Festibala. Y el stand oficial del evento, claro. Donde pudimos adquirir una camiseta para poder demostrar con el paso de los años y los lavados aquello de “¿Recuerdas aquél primer año de Lasarte? Pues yo estuve allí”.

Subterfuge Party: Una fiesta brillante

La caravana musical del sello madrileño llega a Donostia con The Bright como jefes de pista

Han pasado más de quince años desde que la última fiesta Stereoparty pisara Donostia. Fue en el Festival de Cine y Fantástico y Terror. Corría el año 1997 y en el cartel, que hace viejo a cualquier aspirante a Peter Pan, se anunciaban las actuaciones de Fangoria, Los Fresones Rebeldes. Y dos bandas locales: La Buena Vida y Purr.

Carlos Galán, director de esta discográfica madrileña, nos presenta la versión actualizada de dicha celebración, en la que tampoco faltan nombres guipuzcoanos: ‘Tendremos la intensidad de Autumn Comets, quienes la próxima semana actuarán en el Primavera Sound. El folk rock de The Bright, el donostiarra Havoc estará presentando un nuevo EP que pronto verá la luz en nuestra casa. Y todo acabará en un gran desmadre “electropical” de la mano de un personaje de fama mundial, el guatemalteco Meneo. Adoramos Donosti y hemos preparado una gran fiesta de música independiente que esperamos haga disfrutar a la gente’.

Subterfuge siempre ha sido buen pescador en los caladeros vascos, con una lista que sorprenderá a más de uno. ‘Hemos trabajado con un montón de bandas vascas, caso de Purr o Electrobikinis. Actualmente publicamos los discos de McEnroe y Tulsa, además de Joe La Reina. En nuestra referencia 1, que era un EP que acompañaba al fanzine en el año 89, ya había una formación donostiarra: La Perrera. También presentamos la primera grabación de El Inquilino Comunista’.

Y del pasado al futuro, porque anuncian los CDs de Neuman y los DJs catalanes Buffetlibre. Pero sienten especial satisfacción por The Bright, quienes han llegado a ser Top 50 en la lista de ventas, algo ‘realmente estimulante’ para el jefe del sello.

Y para los propios músicos, claro está. ‘Fue una gran noticia que “Estados”, nuestro nuevo trabajo, llegara al puesto 47. Y también una sorpresa, claro, porque no nos lo esperábamos’, nos cuenta el dúo leonés. Una buena acogida para un lanzamiento que supone su debut en castellano. ‘La gente manifestó cierta desconfianza con el cambio de idioma. Pero en cuanto lo escucharon se despejaron las dudas, porque nos hemos mantenido muy fieles al sonido del grupo’.

Un cambio que suele tener aristas en los comienzos, pero The Bright ha sabido solventarlas con elegancia: ‘Con el castellano todo es más fácil y más complicado a la vez. Se puede jugar mucho con las palabras y buscar imágenes evocadoras. Por el contrario cuesta acostumbrarse a la métrica, y a encajar las palabras en los versos’.

La producción suena fronteriza y directa. Evocando aquel delicioso EP de Armistice, los rasgados de Calexico o la arena más melódica. ‘Quizás por llevar la contraria respecto del primer disco, que era muy frío e invernal, hemos querido darle un toque polvoriento’.

Le damos un repaso al tracklist: El estepario paseo a la sombra de “Ela”, la angelical simplicidad de “Estados”, el toque country de “Donde todo es luz”, la larga avenida folk de “Hexágonos”, los contrastes de “Cero” y “De los que pueden dormir”. Abundan los temas que refuerzan la vertiente rabiosa de los castellanos. “A veces hay que explotar y dejarse llevar. Nos gusta mucho jugar con la tensión contenida. Aunque al final lo que hacemos no deja de ser pop. En un sentido muy amplio, como cuando bajo esa etiqueta se agrupaba tanto a Nancy Sinatra como a Black Sabbath”.

El haberlo compuesto con toda una banda a la que no vamos a ver el pelo en nuestra ciudad también ha contribuido a que sus canciones de habitación hayan tomado un lustre más impactante. “Iremos en formato de dúo, algo que hacemos a menudo y que funciona muy bien. Nos gusta la intimidad que logramos con el público. Y nos da más libertad musical”.

Unos tonos acústicos que arroparán el brillante cantar de Miryam Gutiérrez – Aníbal Sánchez es la otra mitad de esta formación- . Un buen hacer vocal que nos recuerda a Christina Rosenvinge, pero mejor desayunada. “Es una comparación curiosa. Puede ser, y como la comparación podría haber sido mucho peor, nos la tomaremos como un cumplido”.

Para seguir atentos a su gira y sus diferentes estados de ánimo, que es a lo que se refiere el título de su último CD, nada como seguirles en la red social Instagram. “Ser músico ejerciente, y más en la carretera, hace que tengas un montón de cosas interesantes que contar. Y ahora no hay que esperar a juntarlas todas y escribir un libro, podemos ir goteando nuestro día a día para compartirlo con el público, que siempre es muy agradecido”.