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Etiqueta: Belako

Boga Boga Festibala: remando en la buena dirección

Belako y Panda Bear & Sonic Boom fueron las propuestas más interesantes de la populosa jornada del festival Boga Boga

De las cenizas del Kutxa Kultur Festibala, el certamen indie que se celebraba en el Monte Igeldo, llega estos días a Donostia el Boga Boga Festival. Un proyecto que lanzaba ayer sus primeras grandes propuestas en la playa de Ondarreta. Sobre su arena se desfogaron los seguidores de las bandas Dharmacide, Irenegarry y Simona. Aunque la primera gran cita de los “Bogabogers” se iba a realizar en el Palacio de Miramar, escenario que recogía en enfoque cuqui del Parque de Atracciones “vintage” de Igeldo.

La tacada, ésta de pago, comenzó con la actuación de Pongo. Un trío femenino que puso en danza a los asistentes con sus ritmos africanos cantados en portugués. Acercándose a la música urbana e invitando a bailarines profesionales (y otros sacados del público) a la hora de completar la fiesta. En ese entrenador de fútbol que todos tenemos dentro muchos comentaban que mejor bailarlas a las tres de la mañana.

Quiso la suerte que Belako tocara en Donostia el día que se publicaba su último trabajo, ‘Sigo Regando’. La banda vasca es una de las de mayor proyección musical, con giras por medio mundo. Un combo que ha hecho de la defensa de la oscuridad y los tonos graves (fue fácil acordarse de Siouxsie ayer) su razón de ser. Con fuerza juvenil, descaro, rabia punk e impacto. Encontrando la pegada en una canciones que, salvo alguna cosa, lograron su objetivo y encandilaron al personal que menos despistado andaba.

La posterior actuación de Panda Bear y Sonic Boom fue la delicia del festival. El pequeño lujo para los musiqueros que peleaban ante el evento social – más de 1000 entradas vendidas- escuchando las canciones de ‘Reset’, el disco que han sacado estos dos autores de gran poso musical.

La magnífica voz del Panda flotaba entre “samplers” ajenos reconstruidos para la ocasión en evocadores temas repetitivos. Un bombón sonoro que picó de Beach Boys, lo latino y el pop de los años sesenta para reconstruirse de manera romántica y feliz. Al cierre de este texto el combo francés La Femme comenzaba a cerrar la jornada palaciega con una mezcla de sonidos franco-españoles que disparó los ánimos de los presentes.

El festival continúa hoy con los eventos playeros gratuitos, programación de tarde en la que destaca la presencia de Lukiek y el techno-jaleo pop de Joe Crepúsculo. En la rama “paganini” (45 euros) encontrarán la cita en el Museo Chillida-Leku de tres autoras de irresistible atractivo creativo: Verde Prato, Anari y Julieta Venegas.

Y la gente dirá “Yo vi a Izaro en el Velódromo”

La autora vasca se confirmó anoche en San Sebastián con un concierto repleto de gente, felicidad e invitados ilustres.

No vamos a descubrir la rueda si afirmamos que Izaro Andrés Zelaieta (Mallabia, 1993) se doctoró anoche en Donostia. La que fuera el mejor expediente en la carrera de Comunicación de su año ratificó que, artísticamente, es una autora de las ligas mayores. Porque llenar el Velódromo, cifrado ayer en seis mil personas, está hoy en día en manos de muy pocos autores. Lo han podido hacer cantantes más promocionados que las colonias en Navidad. Y también algún que otro grupo punk que abandona el formol para pasar la gorra. Pero como ella, con apenas tres discos en la calle y una carrera sin prisa pero sin pausa, pocas o ninguna.

En la cita donostiarra de dos horas de duración y veinte canciones abundaron la chavalada (aplicando la etiqueta con benevolencia hasta pasados los 30 años) en formato cuadrilla y los planes familiares. Dos horas antes ya había gente haciendo cola para entrar, en una hilera que llegó más allá de la parada del Topo de Anoeta. “Íbamos a verle en Vitoria pero el concierto al final se suspendió”, contaban Nerea Manso y sus amigas, llegadas directamente desde la capital alavesa en lo que fue también su primera visita al recinto. De Irún era Amaia Illera, quien tampoco había podido ver a la autora afincada en Donostia y eligió ‘Paradise’ como su tema favorito. Coro Villar y Jaione Soro andaban gestionando los pasos de cinco niños. “Me gusta poner ‘La Felicidad’ a la mañana, para irnos cargando las pilas”, contó Coro mientras su hijo Unax Gamón se decantaba por ‘París’.

Una vez dentro la música ambiental de Jorja Smith o Victoria Bigelow se mezclaba con las charlas y murmullos de la gente. Con media hora sobre el retraso previsto la autora y su banda habitual comenzaron con ‘Er(h)ori” y ese aire a The Cramberries tan elegante. Hubo momentos más melosos (‘Hainbeste’), jaleados a rabiar (‘Errefuxiatuena’), electrolatinos (‘Un poquito más’), colchones oscuros muy actuales (‘You’) y aires celtas algo épicos (‘Ihintza’). Algunos temas fueron acústicos, usando la pasarela presente para acercar la intimidad de la melodía (‘Eskaleok’).

¿Y el sonido? Bien, gracias. El oval ciclista no es el mejor espacio para gozar de los detalles pero la voz de Izaro, perfecta toda la velada, sonó clara y alta sobre una música que en todo momento pudo reconocerse. Como reconocibles fueron los distintos invitados a esta fiesta de confirmación. Pedro Pastor cantó sobre unas ‘Ventanas cerradas’ de explosivo estribillo bailarín. Y Amaral, recibidos por un público entonando el estribillo de ‘Marta, Sebas, Guille y los demás’, aportaron su granito de euskera a la suave ‘Argia’. La suma de Cris Lizarraga (Belako) a la apropiada ‘Libre’ fue uno de los momentos álgidos en el ranquin de palmas.

Esta crónica de urgencia llegó al papel mientras el grupo ejecutaba “Astelehenak” y esperábamos las anunciadas apariciones restantes (Xoel López, Gartxot y Eñaut Elorrieta) en un recital que fue horadando el cerebro de los presentes. “Yo vi a Izaro en el Velódromo”, se dirá dentro de unos años desempolvando el bolsillo de anécdotas de un día grande.

Publicado en El Diario Vasco

Andoaingo Rock Jaialdia: buenos amigos

Intérpretes: Audience, Rüdiger, Angel Kaplan, Inoren Ero Ni, Belako. Lugar: C.C. Bastero y Colegio Ondarreta (Andoain). Día: 19/06/2021. Asistencia: lleno en todos los conciertos.

El certamen Andoaingo Rock Jaialdia volvía a las agendas de los amantes de las guitarras tras el obligado parón pandémico. Cinco conciertos, todos a cubierto y en horario diurno, llenaron con variadas melodías los dos escenarios de la población guipuzcoana.

La cita la inauguró el grupo Audience en horario de vermú. Los de Gernika acercaron a la ciudad que vio nacer al portero José Ramón Esnaola y la escritora Ana Jaka su nuevo disco «Tolesdurak». El rock que practican es diverso como una “copa de la casa” de postre. Hubo aires mexicanos, country agitado, zonas más oníricas, berrinches y arrebatos dignos de John Spencer.

Le siguió el estreno como banda de Rüdiger. El batería Felix “Buff” ha abandonado las baquetas en este proyecto para coger la guitarra y crear sosegados pasajes cantados en inglés. Hicieron de la sobremesa de Buruntzaldea un espacio apacible y maravilloso. Sofisticados como el dúo Air, sus canciones tuvieron dulce sicodelia y guiños al folk eléctrico de los años 70 del siglo pasado.

El asturiano Ángel Kaplan y su formación le siguieron en la lista. El pop de guitarras que ofertaron fue más británico que el té de las cinco. Escuchando sus armonías era sencillo acordarse del sello Creation, del combo Boo Radleys y de los Lighting Seeds. Como ellos defendió el pop feliz y melancólico.

El programa se cerró con las actuaciones de Inoren Ero Ni y Belako, los dos grandes nombres del cartel. Ambos quedaron fuera de estas letras para que usted pueda leerlas hoy con calma. Y en el aire quedó flotando la sensación de que el festival de Andoain es como los buenos amigos: siempre te reciben con buena música y los brazos abiertos.

Publicado en El Diario Vasco

V Irun Rock Jaialdia: Bidasoa Rock

El festival presenta su edición más ambiciosa, con varios conciertos gratuitos y un cartel en el que destacan Bigott y WAS.

Actuaciones a pie de calle en distintos emplazamientos fronterizos, tanto en el turno de tarde como acompañando la ingesta de ese vermú que vuelve a cobrar fuerza entre los paseantes. Y con un centro de operaciones, el Auditorio Ficoba, como espacio de pago que albergará los conciertos de los nombres más relevantes de esta quinta edición del festival. Quién le iba a decir a Iñaki Estevez, uno de los organizadores del Irun Rock Fest, que la idea iba a alcanzar semejante altura. “Es nuestro año más ambicioso, sin duda. Creemos que después del éxito de la anterior edición, en el que contamos con gente como Sex Museum, Arizona Baby o Angel Stanich, en 2015 debíamos dar otro paso adelante. Ahora hemos mirado hacía el rock más actual, el indie. Apostando por bandas que funcionan muy bien en directo e incluyendo a las formaciones vascas que más ruido están haciendo fuera de nuestro territorio”.

Un caminar festivalero que comenzó en 2009 de la mano de la asociación fronteriza Men of Rock Musika Elkartea, una agrupación de la que Iñaki es miembro. “Queríamos apostar por una cita como las que hay en Hondarribia o Donostia. Al principio nos tachaban de locos y creo que aún hay gente que lo sigue pensando”. Para quienes duden les recomendamos echarle un vistazo al cartel, repleto de nombres atractivos.

Comenzamos el repaso con We Are Standard y su meneo al cancionero de The Clash. Los bilbaínos han presentado con cuentagotas esta mezcla de sonidos de baile y fondo rockero respondón. Una gira que empezó en Bomberenea (Tolosa) y que tras visitar Madrid o Barcelona y elevar los ánimos de los asistentes al Sonorama anuncia su última fecha en el Irun Rock Fest.

Le sigue en la enumeración el barbudo Bigott, exitoso autor que acaba de presentar esta semana “Baby Lemonade”, canción de adelanto de su próximo trabajo. Una melodía pausada y algo ácida que le coloca cerca del puente de San Francisco. No se asusten, que el autor de Zaragoza sigue siendo sinónimo de fiesta y alegría. Sobre todo como en ocasiones como la de este sábado, cuando viene acompañado de su banda habitual.

De Bilbao llegan Zea Mays, formación que aterriza en la ciudad guipuzcoana para hacer las delicias de quienes gusten de escuchar tonos vascos, sonidos contundentes pero poperos y una voz espectacular, la de su cantante Aiora Rentería. Su último CD es el paseado “Da”, cuyas presentaciones pronto les llevarán a Berlín.

De Belako y Cápsula poco nuevo y mucho bueno se puede contar. Los primeros están repartiendo desparpajo guitarrero y efervescente en escenarios tan relevantes como el BBK Live, DCode o Primavera Sound. Son harina de otro costal, la banda vasca más deseada de este momento. Los segundos acaban de grabar un disco en vivo esta misma semana. Un trabajo que seguro rezuma glam, rock, estilazo y apostura. Si todo esto fuera poco, decir que ahora cuentan con Guantxe (Lobo Eléctrico, Inoren Ero Ni) a la batería. Algo digno de ver.

Como disfrutable será el concierto de Tania de Sousa. La guipuzcoana ha publicado este mes un disco de canciones atractivas e impactantes, con gran variedad de estilos. Como los que se podrán encontrar en las actividades callejeras que el festival ofrece en esta edición. “El Irun Rock nació gratuito, en la calle, con bandas locales”, apunta Iñaki Estevez. “Y es una idea que no debe perderse, porque son momentos que todo el mundo puede disfrutar”.

El paseo al aire libre comenzó ayer con Lee Junior y seguirá esta tarde con la rabieta punk pop de Pantones, la elegancia folk de Frank y el rock clásico de los locales La Bona Dea. Porque esta programación sirve también como presentación de las nuevas bandas irundarras, una ciudad que “fue un referente musical del rock radical en los años 80, en los 90 arrancó con bandas rockabillys o poperas. Y tras el bajón posterior la cosa ahora comienza a renacer con un par de salas que han abierto sus puertas en las últimas semanas y formaciones como La Bona Dea, Inductions o Kasermarat”.

Fuera de esa categorización amateur, por más que su forma de vida la defienda de alguna manera, queda Oskar Benas (sábado, Crepería Hiruki, 19 horas), un alma libre de creatividad imparable. Para cuando uno quiere hacerse con el último de sus discos este guitarrista, habitual en los conciertos de Fermin Muguruza, ya ha editado otro. “Es que a veces no me sigo la pista ni yo”, nos cuenta divertido Benas. “Realmente no siento la necesidad de hacerlo, pero me gusta hacer lo que hago. A veces me gusta más, a veces menos, a ratos no sale nada y a ratos no paro. Es incontrolable y al mismo tiempo no-premeditado”. Bonita definición de la creatividad, querido Oskar.

Sus últimos discos, todos colgados gratis en su bandcamp, recogen el amor del autor por los temas instrumentales. “Cada vez me aburro más de las letras, de lo escrito, del imposible al que caen las palabras cuando quieren expresar algo inexpresable”. En principio su concierto del sábado seguirá ese camino libre de voces cantadas, aunque la cosa puede variar como el clima de nuestra región. “Creo que improvisaré bastante. Igual el mismo día tengo más o menos clara una colección de temas pero luego puedo cambiarla para ver la reacción en la gente”.

Irun será el comienzo de un otoño muy ocupado. “He empezado a tocar de nuevo con mi historieta en solitario, llevando unos cascabeles en los pies, un ruan (un tipo del laúd chino, uno de los instrumentos musicales tradicionales más antiguos de China) y guitarras muy tuneadas. Pronto estaré en el Kabigorri de Irun y el Teatro Zorrilla de Valladolid. Y planeo un viaje a sudeste asiático. Vivo con la pasta justa. Pero no hay hijos, ni hipotecas ni grandes derroches. Tras la excursión tocará currar, pintar – es mi pasión- y tocar un montón, montar una huerta y autogestionarme al máximo”.

El certamen se cierra con la actuación vermutera el domingo (11 am, Plaza San Juan) a cargo de Howdy. Y un recuerdo de los organizadores referente al transporte público nocturno. Que su ausencia no va a ser excusa para quedarse en casa mañana. “Habrá euskotrenes toda la noche. Ficoba está a 500 metros de la parada del Topo. Sin olvidar que el parking de Ficoba será gratuito. Animando a los irundarras a que se acerquen al evento, que está a solo diez minutos andando del centro de la ciudad”

Kutxa Kultur Festibala: Chaparrón de sonidos indies

El Festival Kutxa Kultur regresa este fin de semana al emplazamiento único del donostiarra Parque de Igeldo con un ojo puesto en la climatología y mucha calidad en el cartel encabezado por Dinosaur Jr, Delorean y Crystal Fighters

Con una clara diferenciación sonora por días (hoy se baila y mañana se guitarrea) y a la sombra del éxito de su edición inaugural del pasado año, la fiesta indie vuelve a nuestra programación con un atractivo listado de bandas, fiestas posteriores en otra sala de la ciudad, espacio para las formaciones locales, y un taquillaje agotado para la jornada inaugural de hoy

Y dado que una de las mayores características del Kutxa Kultur es su localización, con los escenarios dispuestos a lo largo y ancho del parque de atracciones, hemos jugado a emparentar las ferias presentes con algunos de los sonidos que se podrán escuchar estos días. La lista completa de bandas y actividades la podrán encontrar en www.kutxakulturfestibala.com.

Montaña suiza: Es la atracción que más respeto impone en el mundo por el ruido de sus herrajes. En esa categoría caben algunos de los grupos de la noche del sábado, la más eléctrica y rabiosa. Aunque, como sucede con la mencionada montaña, el paseo finalice con gran satisfacción.

A la cabeza de esta clasificación, por bramido y calidad, se encuentran Dinosaur Jr. El grupo de J Mascis ha hecho de la distorsión su religión, siempre con el pop como ingrediente principal. No le van lejos los Crocodiles, ahijados de los Jesus And Mary Chain y amantes de enterrar las melodías bajo efectos de suciedad sonora.

Built To Spill es una banda única a la hora de hacer canciones. No llegan al cabreo de los mencionados, pero sus creaciones son toboganes melódicos en los que acabas levantando los brazos (para aplaudir). Dover cerraría la sección guitarrera con la interpretación de su más famoso trabajo, “Devil Came to Me”, la bandera del grunge nacional.

Taga-J. La web de Igeldo presenta este juego con las siguientes palabras: “Pásatelo en grande saltando y botando con tus amigos en esta atracción de la que no te querrás bajar”. Una descripción ideal para la noche del hoy, en la que los asistentes no tendrán excusas para estarse quietos.

Crystal Fighters ofrecerán un concierto a cielo abierto (o encapotado) tras el éxito de su actuación en Zugarramurdi, donde hicieron bueno el título de su disco “Cave Rave” encandilando a la selección de fans presentes.

Delorean, en la única actuación peninsular del 2013 – su gira norteamericana es la envidia de medio mundo musical- presentarán “Apar”, un nuevo CD que ya puede escucharse en streaming en la web de Pitchfork. Un disco soberbio que confirma que la calidad de los guipuzcoanos va más allá de modas.

Camas elásticas: “Bota, bota y bota. La diversión y el ejercicio están asegurados”. La descripción de esta feria viene que ni pintada para hablar de la sección DJ que suele aparecer en este tipo de eventos.
Crystal Fighters y Calor Djs (con parte de Delorean en sus filas) estirarán su aparición festiva de hoy hasta la fiesta posterior en Gasteszena. En idéntico emplazamiento brillará mañana con luz propia DJ Coco. El también programador del Primavera Sound es uno de los pinchadiscos alternativos más elegantes de la actualidad. Su selección de temas asegura una buena colección de agujetas los días posteriores.
Budin y Makala formarán el Bukowski Team, equipo que amenizará la estancia festivalera de los presentes en la denominada Terraza Panorámica.

Kosmikar: El “paseo en el que las sorpresas te esperan detrás de cada puerta” nos sirve para este párrafo de “tapados”. Sería injusto considerar a Belako como tales. Son el pelotazo del 2013 y vienen de actuar en el escenario más grande del Jazzaldia donostiarra.

También moverá las patitas (y, si me apuran, prender su mecheros o las pantallas de los móviles o lo que se encienda ahora) todo asistente al concierto de Shannon & The Clams, trío norteamericano que recupera la música de los 50 para presentarlo con un calmado envoltorio garajero. Su cita será el sábado a la noche en Gasteszena.

Wyliam Tyler merece ir a primera hora al recinto. El guitarrista de Lambchop y Silver Jews cabalga sobre los arpegios con una elegancia folk embriagadora. La definición también se ajusta como un guante a las características de Luke Amstrong. El inglés residente en Donostia aparecerá en el “escenario sorpresa”, actuando a su vez en algunos de los autobuses de subida a Igeldo. Su socio Tristán Crowley repite fórmula doble, ofreciendo en su caso un pop más lírico y emotivo.

Estanque: Los paseos más románticos del recinto se dan en esta pequeña laguna al calor de los vapores de las barcas. Puede ser un buen sitio para escuchar las delicadezas de Junip, el grupo comandado por el vaporoso José González. Los suecos han editado este 2013 un álbum homónimo que ahonda en los aciertos de su debut: ensoñaciones apoyadas en teclados nebulosos y una voz muy personal.

Conocida es la capacidad de conmover de Damien Jurado, quien vuelve a la ciudad en solitario, con la guitarra como única arma y su tono grave como perfecta fábrica de emociones.

Y si quieren algo más pizpireto pero igual de sensible no se pierda la cita con Allo Darlin, una de las bandas de indie estricto más disfrutables del momento. Los encontrarán la noche del sábado en Gasteszena.

Boca della veritá (el oráculo): ¿Que pasa si llueve?¿Se suspenden los conciertos? Esas son las preguntas más habituales que se pueden leer en las redes sociales del Kutxa Kultur Festibala.
La organización confirma que “habrá conciertos. Los escenarios están cubiertos y no hay alertas por viento, que es lo que puede complicar las cosas “. Anuncian estar “preparando un nuevo espacio cubierto con bastante capacidad. En él se realizarán algunos de los conciertos sorpresa previstos y será el refugio de quien busque resguardarse de algún chaparrón”.

Y hablando de bocas (que alimentar), nos recuerdan que no se podrá acceder al recinto con comida o bebida. Que para eso hay “Terrazas Gastronómicas del Mundo”, espacios de comida zampada al vuelo con sabores argentinos, talos locales, gustos africanos y zonas especialmente cárnicas.

Tren de Igeldo: No será un recorrido tan entretenido como el del propio parque, pero el desplazamiento hasta la zona festiva al menos seguirá siendo gratuito: Dbus ha puesto un servicio especial desde las 3 de la tarde hasta el cierre, con una frecuencia nunca superior a los doce minutos y paradas en la Calle Easo y el Hotel Eceiza. Sin olvidar el clásico Funicular, también gratuito si se presenta la entrada.
Y quien quiera asistir a la fiesta posterior de Gasteszena también contará con viajes gratuitos en bus desde el parque.

Laberinto: El Kutxa Kultur consigue dar una salida a la encrucijada que suelen tener los padres con niños, ofreciendo un servicio de guardería a primeras horas de la tarde. Estará abierta de 18:00 a 23:00 en el Barco Pirata, para niños entre 4 y 10 años, y costará seis euros.

Jazzaldia: Paz, amor y sirimiri

La fantástica actuación de Elvis Costello y The Imposters cerró una jornada que consiguió esquivar la lluvia
 
“Y Costello, el rey de la América”, le cantaban como homenaje los chicos de The Pogues en su archifamoso tema “Fiesta”. Y mucho de eso hubo en la actuación del segundo Elvis más famoso de la historia. Un hombre que ha conseguido ser una etiqueta propia en las tiendas de discos (que aún quedan abiertas), consiguiendo tocar mil y un palos musicales en unas creaciones que solo podían venir con su firma. Pero cada cosa a su tiempo, porque hubo bastantes cosas interesantes en la zona gratuita delJazzaldia. Por ejemplo, la actuación de Belako.

Los de Mungia no se arrugaron ante la apuesta ni frente los 4500 espectadores presentes. Son el hype del momento, la primera banda vasca que tocaba en el Escenario Heineken en un horario tan relevante. Quizás ese honor le tuvo que haber correspondido en su día a Delorean, pero de hipótesis no viven los festivales.

Belako ofrece una insultante y contagiosa energía juvenil, lo que les hace construir canciones muy diversas. Dos chicas y dos chicos que le pegan al rollo new wave, con momentos bastante punks cuando ellas tomaban el micro y un final de concierto muy discotequero que apunta al futuro con mucha esperanza.
Sin abandonar los aciertos locales, guiamos nuestros pasos al Escenario Único/ Coca Cola. Allá se plantaron los pinchadiscos y voceras hiphoperos del Gallinero All Stars.en lo que fue su tercera actuación del cartel, dado que a la tarde habían realizado dos pases en la zona del Naútico. No les se notó el exceso de actividad

Como suele ser normal en este tipo de eventos, la función comenzó con una sesión de música pinchada para caldear el ambiente y animar a un personal que, dada su juventud, pasó de sentarse en las sillas allá plantadas y corrió a apelotonarse en la primera fila.

Los sonidos derrocharon estilo, abandonando el habitual ritmo machacón del rap norteamericano para abrazar una finura más afrancesada (por definirlo de alguna manera, no me peguen los puristas), potenciando el lado danzarín y clásico en este estilo, Sonaron tonadas de aires neoyorquinos noventeros o basadas en el digitalismo de finales de los setenta. Ese estilo que ahora vuelve con fuerza gracias a la recuperación de la obra de Giorgio Moroder.

Y tras la atractiva introducción llegó la hora de la no menos chula sección rapeada. Afortunadamente alejados del machismo USA en estas lides, el par de raperos donostiarras ofreció mucho arte en los fraseos y gran ingenio en las canciones, demostrando muchas tablas hasta cuando tenían pequeños errores a la hora de lanzar sus grabaciones. Los presentes aplaudieron su versión-homenaje del Stayin Alive de los Bee Gees, retitulada “Sobreviviré”

Y quién también parecía sobrevivir era el zarauztarra Makala, muy presente en la plancha de eventos del jueves. Nosotros le cazamos con banda, antes de su momento DJ en la zona del puerto. La Makala Jazz Funk Band sonó vibrante y abrasiva en la mejor de las acepciones de la palabra. El autor guipuzcoano decidió alejarse del micro durante buena parte el concierto, ofreciendo el cuarteto ejecutante una contagiosa sucesión de pegadizas melodías que a veces se relajaban con acierto. Como acertada fue la aportación de Ohian Lopetegi, la voz femenina que subió al escenario.

No Güeif Quartet cerraba la oferta llena de gente nacida por nuestras tierras, El cuarteto de Musikene defendió las músicas contemporáneas que dan nombre al festival, Mostraron maestría y aires refrescantes como los del patrocinador que daba nombre a su tablado, el Escenario Frigo. Un momento distendido perfecto antes de atacar el torbellino de la noche, Mr Elvis Costello y sus Imposters. Una pena que no nos visitara con su Spinning Wheel Tour, la gira en la que los espectadores y el azar determinan las canciones a interpretar. Pero entendemos los rigores horarios y masivos de un festival tan popular.

Sin la masificación inaugural de la actuación de Jamie Cullum, pero con una asistencia más que importante, cifrada por los promotores en unas diez mil personas, el británico tuvo un arranque imparable. Sin apenas relajo fueron sonando “I can’t stand up”, “High fidelity”, “Radio radio” o la sensacional “American gangster time”, mientras el publico miraba el sirimiri que se colaba en las imágenes que emitía la pantalla gigante del escenario Heineken.

Los espectadores, con un ojo puesto en la actuación y otro en la parranda, rezaban para que las cuatro gotas ocasionales no afectaran al magnífico espectáculo de electricidad ejecutante y emocional que estaban viendo. Cualquiera diría que a Costello (y a sus socios, que comparten quinta de mili) le quedan meses para cumplir los sesenta años.

La lista de canciones se tranquilizó en su zona media, sección en la que destacaremos las interpretaciones de “Shipbuilding” y la eterna “She”. La primera fue el detallazo del festival. Con la sola compañía de un piano, el autor dedicó la composición a todas las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de Compostela ocurrido la víspera. Chapeau, Elvis.

Y tras el paseo relativamente más calmado y la dedicatoria a su esposa Diana Krall, quien el domingo actúa en nuestro festival, llegó la tempestad final. “Red Shoes”, el homenaje a Prince y su magnífico “Purple Rain” y la ejecución de “Peace, Love and Understanding”, obra de otro elegante gafapasta, Nick Lowe. Un broche final perfecto para noventa minutos de genialidad creativa. Y las nubes nos dieron un respiro. Esperamos que la bonanza climática se mantenga el resto de días festivaleros.