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Juan Luis Etxeberria Entradas

«Loreak eta zauriak»: un buen homenaje

Intérpretes: Joserra Senperena (piano), Xabier San Sebastián (voz, guitarra), Beñat Gaztelumendi (voz), Quico Pugès (violonchelo). Lugar: Patio de Tabakalera (Donostia). Día: 05/06/2021. Asistencia: Lleno, unas 200 personas.

¿No les dan miedo los conciertos homenaje? A mí me dan pavor. Sudores fríos, oiga. Ese mimetismo confundido con respeto a un icono de la cultura, esa repetición que tan poco aporta teniendo el original grabado en un disco. Pero todo depende de quién monte el sarao. Y los cuatro autores que ayer se subieron al tablado del Patio de Tabakalera (por cierto, qué buen txoko) supieron honrar, aportar, acercar y reconstruir las canciones de Xabier Lete.

No hizo falta artificio ni meterle bombo a la mezcla. Solo cariño y calidad. La que atesora Xabier San Sebastián, guitarrista y voz principal que tomó el papel de cantante clásico. A ratos tierno (“Seaska kanta”) y otras protestón (“Izarren Hautsa”), destacó en los temas melancólicos (“Xalbadorren heriotzean”, “Heriotzaren begiak”) y se desmelenó con el resto de sus compinches en la soberbia “Ni Naiz”.

La sorpresa, relativa, llego con bertsolari Beñat Gaztelumendi. Afilado, irónico y ácido (como suelen serlo los de su arte) en los interludios que completaban las canciones, fue un puntazo verle cantar en una “Langile baten seme” llena de swing. El par de músicos restantes, Senperena y Pugès, tuvieron su gran momento en la instrumental “Haizea dator Iparraldetik”. Aportaron su granito de blues a “Gizon arruntaren koplak”, viajaron al fado portugués con “Habanera” y se pegaron un gustazo “Beatle” en la propia “Gu eta kantuak”. El resultado: inmejorable, echando mano de las gemas del pasado para rehacerlas con destreza. Y ante eso no hay nada que objetar.

María Arnal y Marcel Bagés: cinco estrellas

Intérpretes: María Arnal (voz), Marcel Bagés (electrónica), David Soler (guitarra), Marta Torrella (voz), Helena Ros (voz). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 04/06/2021. Asistencia: lleno, unas 400 personas.

Nuestros más afamados cocineros pían día sí y día también que sus platos se basan en los dietarios de las abuelas. Luego, afortunadamente, en las visitas a sus restaurantes uno no se encuentra un ajo flotando. Aprendieron de aquellas fórmulas para reinventar la cocina actual. Y tú sales de su local con cara de haber tocado el cielo.

Algo así se podría decir de María Arnal, Marcel Bagés y los músicos que les acompañaron ayer de Donostia. Cinco estrellas, cuadriculadas bajo un ring de luces, que dejaron boquiabierto al personal. Su mensaje también fue moderno con sabor a clásico. En las voces brotó el folk montañés, los sones mediterráneos y el flamenco que, por darles una pista, nos acercaba a Rosalía aunque con mucha más elegancia y sutilidad.

El fondo llegó oscuro, bramante, digital y a veces hasta urbano y tecno. Ahogaban los sonidos entre brumas. Con bases graves y casi oníricas. Y una polifonía vocal arrebatadora e impactante. Fue tal el asombro y el gozo que cuando llegaron los temas más conocidos de su listado estos sonaron casi mundanos. Y en realidad andan muy lejos de serlo.

Sobre todos los elementos se alzó ella, María Arnal. Una sirena brotando del mar. Un prodigio vocal que domina las canciones y baila sobre las estrofas con absoluta maestría. La reina de una función de emociones sutiles pero perennes que, sin duda alguna, quedará como uno de los mejores actos de este 2021.

Publicado en El Diario Vasco

J.Largo: la otra Donostia

J.Largo: la otra Donostia

Intérpretes: J. Largo (voz), Eazy-G (voz), Chef Drez (DJ), Frank Juncho (ritmos), Rig3l (voz). Lugar: Tabakalera (Donostia). Día: 29/05/2021. Asistencia: lleno, unas 70 personas

A veces los mundos se cruzan. La San Sebastián del paseo costero se encuentra con el grito del barrio. El centro cultural acoge la rabia de los parques. El pop que tenemos por bandera se sorprende ante la irrupción de nuevos estilos como el trap, un subgénero del rap que se originó en la década de los 90 en los Estados Unidos.

Así sucedió el sábado con la actuación que cortaba la cinta a los más de sesenta eventos que va a tener Kutxa Kultur Gauak, El trap de J.Largo (Jon Usabiaga) fue el primero de los actos culturales que se celebrarán, hasta finales de septiembre, en la cuarta planta del donostiarra edificio de Tabakalera.

Largo, cuyo mote puede venir de su altura cercana a los dos metros, se trajo a todo su equipo a la cita: dos chavales que se encargaban del sonido y varios colegas al micro para que le completaran o tuvieran su espacio de lucimiento. Unos y otros se apoyaron en los bombos graves (“Aquafina ”), los sintetizadores oscuros (“Bussin”) y los disparos sampleados. Las melodías iban del hip-hop más clásico (“I Like”) a los bailes más “reggaetoneros” (“Písale”) o románticos (“Automatic”). Mezclando castellano e inglés con total naturalidad. Y se agradecieron los fraseados en euskera de Rig3l en la pieza “Etsaia”. Fue una hora directa, contundente y con un sonido global bien pulcro.

En el camino de vuelta a casa el txistulari del pasadizo de Egia tocaba una de Green Day y la mezclaba con un tema clásico euskaldun. Hay muchas “Donostias”. Y todas están en esta. Solo hay que afinar un poco el oído.

Publicado en El Diario Vasco

Taburete: pop parrandero

Intérpretes: Guillermo Bárcenas (voz), Antón Carreño (guitarra), Daniel Guadaño (bajo), Simón Cordero (batería) y otros cuatro músicos. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 28/05/2021. Asistencia: lleno, unas 600 personas.

Famosos por cuestiones musicales y de las otras, el grupo Taburete llegaba al Kursaal donostiarra tras algunos retrasos por la pandemia. Y lo hizo por la puerta grande, con todo el taquillaje vendido. Frente a ellos la rama más adolescente, femenina y acomodada de nuestra pirámide poblacional. Uno de los mejores públicos si lo que quieres es que te canten todas las estrofas de tu pop latino, canallita y, a veces, rockero.

Hubo mucho de todas esas etiquetas durante el concierto, con un “Willy” Bárcenas que sudó la camiseta en sus carreras y cantos. Un animal de escenario, vestido como los surferos del cercano muro de Sagüés, teatral en los giros vocales, con la energía y la soltura de un cantante de Karaoke a última hora. A su vera se colocó el otro socio conocido del combo, Antón Carreño, sonriente y emotivo en sus tonos más personales (“Ella”).

Gustaron los éxitos de la formación (“Sirenas”, “Walter Palmeras”) pero también hubo baladas con final épico (“2018”) y carga emocional (“Mamá”), guiños a la tamborrada local, paseos por el ukelele que ni Jack Johnson (“Calçots & Mangos”), piezas de canción ligera (“Caminito a Motel”), arrebatos mejicanos (“Brindo”) y temas que serían un pelotazo en el Festival de San Remo (“Mariposas”).

Publicado en El Diario Vasco

Rafael Berrio: fabulosa despedida

Intérpretes: Joserra Senperena (teclado), Fernando Neira (Bajo), Karlos Aranzegi (batería), Joseba Irazoki (guitarra) y 15 invitados más. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 19/05/2021. Asistencia: Unas 250 personas.

Los homenajes que Donostia le está ofreciendo a Rafael Berrio, compositor fallecido hace un año, se cerraban con este concierto – que esta noche repite el pase- en el Teatro Victoria Eugenia. Un espacio que contó con un escenario sobrio bien acompañado de imágenes y muchos amigos y amigas recordando la obra del honrado.

Sobre una banda de apoyo de auténtico lujo desplegaron todos y todas su calidad y elegancia. De la lista de distinguidos invitados nos quedamos con el acierto de Abraham Boba escupiendo “Niño Futuro”, la gozada de la voz de Petti cantando en euskera “Simulacro”, la elegante versión de “Dadme la vida que amo” a cargo de Tulsa, la energía de Mikel Erentxun en “Tu nombre en los labios”, el precioso aire blues de Paul San Martin (“Una canción de mala muerte“) y la bohemia que ya no existe de Diego Vasallo (“Cómo iba yo a saber”). Al cierre la banda tocó una aún más afrancesada “Mis Amigos”. Broche fenomenal de un concierto al que le lloraron las melodías.

Publicado en El Diario Vasco

Alice Wonder, Iñigo Serrulla: pop de salón

Intérpretes: Alice Wonder (guitarra, piano, voz), Iñigo Serrulla (guitarra, electrónica, voz). Lugar: Teatro Principal (Donostia). Día: 08-05-2021. Asistencia: lleno, unas 250 personas.

Alice Wonder e Iñigo Serrulla ofrecieron ayer en Donostia una tarde distinta y emocionante. El donostiarra Serrulla se plantó con su estudio de grabación casero – y sus cómodas chancletas- para mostrar sus amores por el R´n´B norteamericano moderno y sus pregrabados cariños al soul y el folk. Impresionó su forma de cantar libre, potente y apasionante. Poco aditivo sonoro le hace falta a ese entonar tan perfecto. Rejuveneció una canción de Txomin Artola y con el cantante local Gartxot Unsain completó un tema vital y radiante.

La madrileña Alice Wonder llegó aún más liviana: piano, guitarra, y algunos efectos para las voces. Cercana y afable, la autora llenó de explicaciones los interludios de sus temas. Con la guitarra pudo sonar a una cantora folk rota y a oscura intérprete de taberna. Al piano se acercó al soul británico o Radiohead, por dibujar algunas pinceladas.

Sus cantos bailaban desde el pop más popular y el rock hasta el sentimiento de Sen Senra y otras formas más “reggaetoneras”. Una mezcla muy personal que encantó a un público que despidió su colección de “dramas”, como la propia cantante definió sus obras, con una salva de aplausos.

Iñaki Salvador: un día feliz

Intérpretes: Iñaki Salvador (piano), Gonzalo Tejada (contrabajo), Borja Barrueta (batería). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 30/04/2021. Asistencia: lleno, unas 250 personas

El mundo celebraba ayer el Día Internacional del Jazz, y la capital guipuzcoana se unió a la fiesta con el concierto de Iñaki Salvador en formato trío. Un conjunto que honró, alegró y disfrutó con sus versiones de las obras de grandes autores. Quizás por esa emoción el autor principal comenzó con el “Gracias a la vida” de Violeta Parra. Una pieza que inauguró el ímpetu optimista que tendría la noche.

“Windows” de Chick Corea inició la gozada grupal, permitiendo ver al contrabajista Gonzalo Tejada, el Cabo de Hornos de la cita, sujetar los envites de sus socios. Iñaki Salvador fue a ratos el niño feliz del escaparate de Bengoa, rebosante de fuerza y alegría. Y otras, el autor asentado que recibe el galardón Donostiako Jazzaldia. El batería Borja Barrueta maravilló en una noche que se pintó diversa y gentil en sus manos. Los tres compinches navegaron con la emoción de viajar por unos mares que bramaban bravos y tersos cada poco tiempo.

Plenos de belleza y romanticismo atacaron el “Questar”, de Keith Jarrett. “Bolivia” de Cerdar Walton trotó entre el swing travieso y las teclas de la bossanova. “Laurie” de Bill Evans se inundó de melancolía. La “Ezpatadantza” voló libre de ataduras. El par de temas propios no desentonaron en el conjunto: “Mind” tuvo rápidos diálogos y breves paradas para tomar aire. El posterior “Branka 2” homenajeó a los bares donostiarras que han apoyado los conciertos más jazzeros. Y de propina nos cayó un bolero. En resumen, fue un buen homenaje.

Marta Soto: la cantera de los grandes

Intérpretes: Marta Soto (guitarra, voz), Juanma Montoya (guitarra). Lugar: Kutxa Kultur Plaza (Tabakalera, Donostia). Día: 23/04/2021. Asistencia: lleno, unas 70 personas

Exitosa en las listas de ventas de discos y aplaudida por autores como Alejandro Sanz y los Pablos (Alborán y López), la andaluza Marta Soto presentó ayer en formato acústico sus canciones en Donostia. Unas creaciones que mantienen las hechuras y los giros de los miembros de la Superliga del pop nacional “mainstream” ya mencionados.

Agradecida por poder volver a subirse a un escenario tras seis meses en el dique seco, la onubense demostró una gran voz (“Miénteme a la cara”) entre el océano de baladas interpretadas. Mostró gran querencia por el deje sureño y anduvo rápida para salir de los pequeños problemas de sonido (“Tantos bailes”). Su compinche guitarrero estuvo fino en los arpegios (“Hoy en el metro”), se disfrutaron las pequeñas desviaciones (“Podrás contar conmigo”) y la gente cantó bajo la mascarilla las melodías más pegadizas (“Volvería”).