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Eri Yamamoto: el voto ganador del Jazzaldia

La sonrisa y el buen hacer de Eri Yamamoto siempre serán bienvenidas en los conciertos más cercanos del festival

Previsiones, estimaciones, porcentajes. Alegrías y temores. Sentimientos ya caducos el lunes con los resultados en la mano. El domingo electoral fue un día de tensiones. Por eso se agradeció el concierto que el Jazzaldia montó en el Museo San Telmo, un fabuloso escenario para los pasajes más íntimos.

La protagonista fue Eri Yamamoto. La conocimos en 2019 con el coro Easo, y ya entonces nos enamoró. Su pase de ayer solo confirmó nuestras sensaciones: la cita mañanera fue un paréntesis de sonrisas y buena música.

Las presentaciones en perfecto castellano de Yamamoto (“he estado aprendiendo castellano en una web”, dijo) fueron muy risueñas. Con una autora que invitaba la concordia y al optimismo mientras dedicaba su energía creativa a los momentos más duros de la pandemia. Como cuando tocó hablar del ataque a la gente asiática en Nueva York que ella misma sufrió en sus carnes en el único tema cantado de toda la velada (‘A Woman Wit Purple wip’).

Durante buena parte de la cita contó con el apoyo del pianista Bruce Barth, viejo conocido del festival. Juntos y revueltos ofrecieron piezas que viajaron entre el jazz y el rag. Abrazando el brinco (‘You are Welcome’) y sonando tan vitaminados (‘Smile Smile, Smile’) como vitalistas (‘Life’).

Ya en solitario la autora le dedicó una bella ‘Kyoto’ a su ciudad de origen y viajo a los claroscuros apoyando su mano sobre las cuerdas del piano (‘Internal Beat’) en melodías que vocalizaban como un ser humano (‘El Sol’). La salva de aplausos final y las colas en el puesto de ventas de discos confirmaron que la visita de Eri fue un nuevo éxito.

Publicado enCríticas de conciertos

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