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Mes: octubre 2019

León Benavente: Un exitoso rugido

Intérpretes: Indian Feathers, Leon Benavente. Lugar: Casa de Cultura de Intxaurrondo (Donostia). Día: 26/10/2019. Asistencia: lleno, unas 500 personas.

“No son leones pero saben rugir”, dice el reflexivo tema “Cuatro monos” con el que el cuarteto León Benavente quiso empezar su abarrotado concierto de Donostia. Un evento que llevaba más de un mes con todo el papel vendido y que se presentó repleto de cuarentones dispuestos a disfrutar de una noche sin niños – “Acabo de dejar a mis hijos con su abuela y he venido volando”, dijo uno a nuestro lado- o de reverdecer pasiones festivaleras pasadas. A ellos, los “viejóvenes”, van dirigidos los nuevos guiños musiqueros: “¿Recuerdas cuando fue la ultima vez que escuchaste a los Smiths, a la Velvet o a los Can?”, del corte “Aún no ha salido el sol”. Y, si me apuran, ese cruento “Ayer salí” que le dedican a la resaca.

La fórmula de León Benavente, esos sonidos motorizados y repetitivos que permiten la expresividad de su voz principal, ha ido variando pero sin alejarse de los aciertos iniciales. En Intxaurrondo se aplaudieron los viejos éxitos “Ánimo valiente” o “Estado Provisional”. Vítores que se extendieron a piezas como “Volando alto” y su fusión de rap y música de baile. “Disparando a los caballos” pareció un tema franco en su carga política y social. Y siguiendo con Franco, pero Battiato, apuntaremos su influencia y la de los Pixies en el fenomenal “La canción del daño”. La elogiada “Como la piedra que flota” reverdeció los sonidos sintéticos. “La Ribera” sonó a Depeche Mode mientras confirmaba al cantante Abraham Boba como dueño y señor del escenario. Y hubo más obras, pero no más espacio para alabarlas. Así que con la mención a la vitalista “Gloria” cerramos la crónica de una cita tan dorada como el telón que recubría el tablado.

Bertín Osborne: Bertín lindo y querido

Intérpretes: Bertín Osborne (voz) y su banda. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 20/10/2019. Asistencia: Unas 1100 personas.

Uno, perdido en los términos taurinos, no sabe si la feria de Osborne de ayer en el Kursaal fue de dos orejas o de vuelta al ruedo. Pero las caras de satisfacción de las “bertiniebers”, señoras – y algún señor- que le chillaban de “guapo” para arriba durante sus piezas, indicaban que el concierto del famoso personaje iba a ser un recuerdo que esa noche se llevarían a la cama (el recuerdo digo) con una sonrisa de oreja a oreja.

Idéntica o similar mueca a la que gastó durante buena parte de la cita Norberto Juan Ortiz Osborne, “gure” Bertín. Persona afable, campechana, con retranca pero sin pasarse ni una vez de frenada. Un cantante que dejó que sus doce mariachis dieran inicio a la velada con un breve “Guadalajara” para luego apuntarse al ‘Amanecí en tus brazos’ de José Alfredo Jiménez y la popera y añeja “Necesito una amiga”.

El madrileño alternó ese populoso registro mexicano con otro de piano-bar. En dúo sonaron, en formato “medley”, el sorprendente “This Land Is Your Land’ de Woody Guthrie, “Amor mediterráneo”, “Buenas noches señora”, “Release me” (Elvis Presley) y un “New York New York” (Frank Sinatra) que le permitió disfrutar de los tonos más elevados. Con “Venezuela” quiso defender las bondades de aquel país. Y el corte “Por debajo de la mesa” fue la perla escondida por su extraño discurrir, con ese entonar sentido a veces cercano al flamenco.

Ya con los “mariacheros” a todo trapo se atrevió con el italiano (“Caruso”), contó una historia de su encuentro parrandero con Frank Sinatra antes del clásico “My Way” y la lista se llenó de un carrusel de éxitos: un “Te Quiero te quiero” al que le imaginamos tremendas orquestaciones, “Me canse de rogarle”, el vitalista “Yo debí enamorarme de tu madre” o la archiconocida “Mexico lindo”. En el duelo tabernario “Llegó borracho el borracho” hizo de beodo cuando tocaba para despegar después con “Ay Jalisco no te rajes”(Jorge Negrete). La melosa “Échame a mí la culpa” de Albert Hammond y el éxito “El Rey” (la de “con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero”) cerraron los noventa minutos de un concierto muy dinámico y sin apenas pausa con un cantante que encandiló a los presentes.

Fenomena: Un festival de afortunados experimentos

El festival Fenomena celebrado en Hondarribia contó con atractivas mezclas musicales y actuaciones de gran calidad.

El festival Fenomena hondarribitarra nos permitió ayer gozar de una de esas fusiones difícilmente repetibles: unir sobre un mismo tablado a El Niño De Elche, Joseba Irazoki y Ruper Ordorika. Fue el gancho del festival, el evento que más gente reunió, el que más barullo creó en la barra del bar y sus alrededores. Pero no fue el único acto. La tarde-noche de ayer estuvo llena de actuaciones gratuitas organizadas por Fenomena Kultur Elkartea y el Ayuntamiento de Hondarribia.

El cartel comenzó a las once de la mañana con los talleres para niños en las terrazas del Puerto Deportivo de la localidad guipuzcoana. Un espacio más amplio que la anterior base de operaciones del certamen, los jardines del Kasino Zaharra. No fue la única mejora: las actuaciones se celebraron en una carpa para hacer frente a las adversidades meteorológicas. No hay que olvidar que el año pasado una borrasca echó por tierra parte de la programación.

La fiesta sonora propiamente dicha comenzó a las cuatro de la tarde y corrió a cargo del combo madrileño Patio Rosemary. Más cercanas a las Runaways que al grupo Dover, su propuesta llegó llena de rabia y melodías, con momentos cercanos a Los Pixies o los Sonic Youth de Kim Gordon. La familias se estiraban en la cercana campa. Algunos preparados, con mantas aislantes. Otros de forma relajada, mientras sus hijos corrían por la zona. Un aplauso a quienes colocaron a niños y niñas unos cascos aislantes para la escucha de los conciertos, que fueron los menos.

Flavio Banterla cogió el testigo y lo subió a la estratosfera. Sus canciones fueron siderales, repletas de elegancia y buen hacer. En formato trío – mas una violinista que echó una mano en algunos pasajes- y con una felicidad contagiosa, sus piezas sonaron a medio camino entre Franco Battiato y los Flaming Lips. Unos tonos llenos de fuerza y con una voz sobresaliente que confirmaron la potencia festivalera de esta propuesta única.

Y llegó la mezcla de Ruper Ordorika, Joseba Irazoki y Niño de Elche. Comenzó Ordorika con sus suaves tonadas (“Martin Larralde”), composiciones soleadas (“Haizea Garizumakoa”) y algún que otro ímpetu (“Hondartza Galduan”). La tradicional “Zazpi Nobio” hizo de gancho con Joseba Irazoki.

El músico de Bera voló después libre. Presentó cortes de su último disco, el instrumental “Ez-Nostalgia”, ofreció un “Ahorik ahora” de tintes rafaelianos, brindó cortes country y salió a capela (“Blue Cristal Fire” de Beñat Achiary). Su enlace con el Niño de Elche nos deleitó con una arrebatadora versión castellana de “Txoria txori” que musicalmente podría ir en una banda sonora de Win Wenders. El cantaor flamenco se lanzó después a interpretar dos canciones en solitario. La inicial “Mercados” confirmó la tremenda voz de este autor de Elche. La posterior obra, cantada sin acompañamiento, mostró la vertiente más heterodoxa de este creador.

Esta fiesta a tres se cerró con un par de temas juntos. El primero ensanchó el “Fas Fatum” de Ruper Ordorika con un Irazoki bailando entre punteos de guitarra y un cantante mediterráneo ofreciendo preciosos giros de voz. El posterior y casi indistinguible homenaje al “Deep Song” de Tim Buckley fue una parranda de alegrías. A su fin los cántabros Los Estanques y el grupo australiano Datura4 fueron los encargados de dar carpetazo a un festival que tuvo una gran respuesta popular.

Miguel Poveda: Fiesta flamenca

Intérpretes: Miguel Poveda (voz), Jesús Guerrero (guitarra), Paquito González (percusión), Londro (coros, palmas), Carlos Grilo (coros, palmas), Choro (baile). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 06/10/2019. Asistencia: lleno, unas 900 personas.

Llenazo hasta la bandera el de ayer para disfrutar de Miguel Poveda y sus compadres en el Teatro Victoria Eugenia de la capital guipuzcoana. Un evento de dos horas que acabó con la gente en pie y que comenzó de forma espectacular: los homenajes que Poveda le hizo a Federico Garcia Lorca fueron emocionantes, con una voz potente y sentida, llena de giros y matices, robusta y conmovedora.

Un entonar que destacó en piezas como la orgánica “Alba”, la bella “El poeta pide a su amor que le escriba”, la sencilla “Carta a Regino Sainz de La Maza” y la atractivamente tensa “El Silencio”. Obras ejecutadas con la banda en formato escuadrón flamenco -todos en línea- y un cantaor que se expresaba con todo su cuerpo. Verle cantar con el micro a la altura del ombligo fue un ejemplo bastante visual de su poderío. La microfonía parecíó en ocasiones más una deferencia que una necesidad.

La lista siguió por melodías tradicionales andaluzas repletas de sentimiento (“Donde las dan las toman”), guajiras de amor templado (“Café Sabroso”), preciosas malagueñas y unas alegrías gaditanas con un bailaor desatado y todo el equipo a pleno motor. Hubo espacio para homenajear a los grandes (“A Lole Y Manuel”), tirarse al tango con “Déjame llorar” y honrar a Manuel Alejandro con un festivo “Voy a perder la cabeza por tu amor”.

Donostikluba festibala: Fiesta de guitarras

Intérpretes: Maren, The Young Wait, Sua, Lukiek. Lugar: Centro Cultural Intxaurrondo (Donostia). Día: 03/10/2019. asistencia: unas 150 personas.

El festival Donostikluba, siempre atento a las propuestas más frescas del panorama nacional, montó el pasado jueves una fiesta inicial repleta de sonidos eléctricos. Arrancó Maren, joven autora que ya controla las tablas con soltura. Tan explicativa como siempre en los interludios y con una escenografía “instagramer” que chocaba con la rudeza de los amplis y las baterías presentes, sus piezas defendieron la dulzura de las cantautoras clásicas. Listado en el que debemos incluir a Russian Red (esos cantares…) aunque la autora vizcaína quizás no sepa ni quién es. ¡Los 2000 ya son algo “retro” para la chavalería actual!

Los posteriores The Young Wait dieron un concierto sublime, con unas canciones que surfeaban sobre los Estados Unidos melódicos y guitarreros. Los del Matthew Sweet, Tom Petty y los Jayhawks. Los guipuzcoanos también dejaron brotar su pasado macarra con piezas más blues de punteos más largos. La suma de unas y otras fue como para quitarse el sombrero.

Tras ellos llegaron SUA con una cantante principal plena de energía y unas composiciones oscuras, frescas, amateurs, bailongas, directas y coreables. Hubo pop y hubo punk a lo L7. Dicen las biografías que SUA nace a la sombra del grupo Belako. Y quiso el cartel que uno de los miembros de la mencionada banda de Mungia, el risueño guitarrista Josu Ximun Billelabeitia, cerrara este primer día festivalero con su banda Lukiek.

Menuda gamberrada de grupo se ha montado Ximun. Su trío Lukiek convirtió la casa de cultura en un gaztetxe de tonos desmadrados, punk destartalado, rock cavernícola, reggae, puntazos heavys, efectos de voz y algún despiste suave. Más allá de que se parezcan a Husker Dü o Nirvana lo que vimos en Donostia fue un colaje, una parranda, un despiporre embrutecido.

El festival giraba al rollo urbano (trap, reguetón, hip hop y similares) en sus siguientes jornadas. Ayer mismo destacaba la presencia de Cecilio G mientras el taquillaje de hoy se agotará para ver a Kaydy Cain (Pxxr Gvng).