A nadie se le escapa que León Benavente es una de las bandas del momento. Llenan salas, están presentes en casi todos los festivales musicales – en total sumaran unos 150 conciertos este año- y consiguen congregar el aplauso de la crítica y el público.
Los primeros pudimos fijarnos en el currículo de los autores para el primer aplauso, dado que cuentan o contaban con carreras en solitario (Abraham Boba, el cantante), o son miembros de conjuntos relevantes en el mundo independiente (Schwarz, Tachenko, o ese Nacho Vegas que hizo de elemento adhesivo entre ellos). Pero al plumilla hay que darle carnaza, y León Benavente lo ha conseguido.
Tras la sorpresa del debut la formación ha publicado el disco “2” (y un EP llamado “En la selva”). Ambos son la continuación natural a aquel primer paso. Porque donde aquél sorprendía, este reafirma. “Comenzamos esta andadura sin tener ningún tipo de bagaje como grupo”, nos cuenta el guitarrista Luis Rodríguez. “Tras una extensa gira nos nutrimos de toda esa experiencia e hizo que lo tuviésemos un poco más claro a la hora de afrontar la composición de “2”. Creemos que ahí reside una de las claves”.
La nueva colección cuenta con muchos aciertos, sin perder nunca de vista la apisonadora propia del kraut-rock que les caracteriza, ya sea por lo martillador (el single “Tipo D”) o por lo espacial (Spacemen 3 se manifiestan en varios momentos de “Nuevas Tierras”). También llama la atención momentos como la “metacanción” titulada “Habitación 615” o la historia de ”Aún no ha salido el sol”, una letra que viaja entre la melancolía y el esperanzador futuro. “¿Recuerdas cuándo fue la última vez que escuchaste a los Smiths, a la Velvet o a los Can? ¿Sigues sintiendo algo así de grande? ¿Sigues sintiendo algo de verdad?”, cantan en dicho tema. Un ejemplo del terreno en el que se mueven sus líricas, en algún lugar entre la ironía, el retrato certero de la escena o la crítica social.
Quizás por ser uno de los pocos grupos “indies” nacionales que lo hacen, se suele destacar el componente de denuncia social que imprimen a sus letras. Composiciones que, sin enclavarse en la canción protesta, ponen el foco en problemas políticos diarios. Rodríguez se muestra aperturista ante nuestra afirmación. “Es algo muy bonito que ocurre con las canciones. La gente las hace suyas y les imprime un enfoque personal. Esto hace que sea muy difícil hablar sobre un sentido único en ellas”.
El nuevo trabajo es su estreno con la multinacional Warner (“Creemos que es una ventaja disponer de la fuerza de una multinacional que nos apoye en nuestro crecimiento”) y se grabó en los estudios Garate de Andoain. “Una de las razones principales por las que nos decidimos por él fue que en dicho espacio se grabaron discos que nos gustaban mucho (algunos de Manta Ray, por ejemplo). El hecho de que el estudio estuviese un lugar tan bonito y algo aislado creímos que favorecería la concentración, como así fue. Otro atractivo que desconocíamos pero que descubrimos una vez allí fue lo bien que nos alimentaron. Una gozada…”.
No es su único nexo con Euskadi: Joseba Irazoki ha grabado arreglos bastante marcianos en este último álbum. “Somos fans de todo lo que hace. Su aportación, una de las guitarras de “Gloria”, ha sido una de las colaboraciones más frescas y certeras que hemos visto en mucho tiempo”. Y reafirman hermandad con La Buena Vida y posteriores (AMA, Amateur). “Tenemos muy buena relación con ellos. Irantzu Valencia, por ejemplo, colaboró magistralmente en nuestro debut”.
Nos despedimos de él pidiéndole pistas sobre su futuro. “Una de las cosas que más nos interesa es investigar, no repetirnos, entretenernos y divertirnos con nuestro trabajo. E intentar ir siempre un poco más allá a nivel de composición o sonoridad. Si esto va acompañado con un crecimiento del grupo, pues mejor que mejor. También nos gustaría seguir con el trabajo que llevamos años realizando en Latinoamérica”.
Sentimos necesario guardar un espacio para los teloneros Pet Fennec, agrupación donostiarra capitaneada por Urko Eizmendi que próximamente sacará su primer disco. Una banda que une melodías y guitarrazos poperos como pocas por estos lares. Fuertes en directo y muy detallistas en sus grabaciones, conciertos como el del pasado festival Double Check los confirman como una de las formaciones más importantes de este 2017.
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