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Los siete magníficos

Fue el día soñado para muchos. Al menos, para las 600 personas que llenaron la donostiarra sala Gasteszena. Y como todos los días soñados, estuvo a punto de no serlo. “El de hoy sería un buen capítulo del libro de anécdotas en esto de montar conciertos”, nos contaba uno de los gestores de la Sala Dabadaba, promotores del evento.

La narración podía haber empezado explicando cómo se gestó este show, hace dos años, cuando dicho organizador se quedó fuera de un concierto de Brian Jonestown Massacre porque la cola para acceder al recinto era de cientos, miles, de personas. “Yo te montaré un concierto en Euskadi”, dijo el muchacho. “Hazlo”, le respondió la banda en twitter. Y hasta el miércoles pasado. Día en el que la fila parea retirar entradas era larga, mas no tanto. Nuestros vecinos franceses aprovecharon la cercanía, y la ausencia de “massacres” por Iparralde, para acercarse a nuestra capital. No exageramos si afirmamos que media sala se expresaba en el idioma de Gainsbourg. Aquello parecía un domingo de pintxos por nuestra turística Parte Vieja.

Y como buenos guionistas nos dejamos la mejor pieza para el final, el mensaje que Anton Newcome, cabeza pensante de estos BJM, publicó en su twitter el miércoles a la tarde unas horas antes de tocar. “Un día interesante” decía el norteamericano afincado en Berlín, mientras se veía un montaje de fotos del cantante con batas bastante conocidas para los locales, las del Hospital Donostia.

Al patilloso cantor le dio un cólico y nuestra sanidad obró el milagro para que pudiera subirse al escenario a currar. No empleamos el término laboral de forma gratuita. Al acabar una de las tonadas de la noche Newcome comentó por el micro “creo que nunca hemos tocado esta canción tan mal. Chicos, aquí hemos venido a trabajar”. El imprevisto sanitario fue una de las razones por las que las 34 canciones tocadas la víspera en Barcelona se quedaran en 130 minutos sobre las tablas. Bastante tiempo para lo fastidiado que se suele estar con esos cálculos serpenteando por el cuerpo.

La certera inyección curativa nos permitió gozar de los siete magníficos (músicos). Con 3 guitarristas que muchas veces rasgaban instrumentos de doce cuerdas para ampliar aún más la onda sonora. Sin olvidar al ídolo de entre todos ellos. ¿El cantante? Paparruchas. Todo el mundo en la sala soñó con ser Joel Gion, el “Mr tambourine man” de la banda. Allá plantado, en medio del escenario, en un papel principal, sin hacer otra cosa que agitar la pandereta y fumar. Todos quisimos la única persona del mundo no clásico que se gana la vida de esa manera (Bez de la banda Happy Mondays podría ser la otra, pero estamos hablando de temas serios)

En bastante buena armonía los músicos jugaron a alterar los estados de la mente con la escucha de las ácidas melodías que ofertaban, herencia directa del “verano del amor” y la Velvet underground. El sitio creativo que debería ocupar la formación Spacemen 3 si hubieran seguido editando álbumes. En directo Brian Jonestown demostraron porqué en este estilo sucio y repetitivo, un camino en el que es tan fácil resbalar hacia el tedio, ellos son los mejores.

“Anemone” sonó maravillosa hasta sin la voz de Tess Parks. “Who” fue pura sicodelia rockera. ““Open heart surgery” (muy adecuada el miércoles de Urgencias) se expandió preciosa por el garito, mientras “When jokers attack” remarcaba el lado ensoñador y “shoegazer” de la formación. “Whatever happened to them?” fue un buen ejemplo de su vertiente más impactante, con esos aires de sucia “road movie”.

Así hasta las mencionadas dos horas, en perfecta comunión con los espectadores -quienes se hicieron con todos los posters del evento disponibles en los alrededores de la sala-. No había más que verlos pedir como locos otra canción al acabar el concierto, mientras Newcome se dirigía hacia el autobús de la gira con su asistente en busca del descanso necesario. “I´m fine” (“estoy bien”), volvió a tuitear el enfermo el jueves a la mañana en su cuenta para tranquilizar a sus seguidores. Y nosotros, Anton, y nosotros. Gracias por tu concierto.

Publicado enCríticas de conciertos

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