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Jazzaldia 2016: El domingo se convirtió en el nuevo sábado

El festival gozó de su enésimo éxito de público en unas actuaciones que permitieron gozar del jazz y los sones latinos.

Las bondades del calendario nos han regalado un sábado más en el Jazzaldia. Siendo el lunes no laborable por cuestiones de santoral, la programación habitual de este día de descanso descansó lo justo. Y por eso se disfrazó de “víspera de fiesta”, con muchos eventos llenos de vitalidad situados a lo largo y ancho de las zonas gratuitas del festival.

Un buen ejemplo han sido los conciertos de la Plaza de la Constitución, el Escenario Skoda que ha viajado entre el jazz y el soul. Y el blues, apuntamos, porque ayer también se llenó en el concierto de Paul San Martin y Romain Gratalon. La gente, que parece no tener casa, volvió a responder de manera masiva. Nunca piensen ustedes que una explanada o una terraza están llenas de gente. Siempre cabe uno más. Como en el metro de Japón.

Algo más cercanos, desde Burdeos (Francia), llegaban los cuatro socios de la Edmond Bilal Band al escenario Coca Cola, quienes repiten aparición esta noche en idéntica zona. Fueron la opción más oscura y nocturna de la tarde. En la Terraza Heineken asistimos a un pase único en diversidad, el de la cantante británica Eska Mtungwazi. Colaboradora de las travesuras sonoras de Grace Jones, Bobby McFerrin y Cinematic Orchestra, su voz fue el protagonista principal de un concierto algo difuso. No lo decimos nosotros, lo dicen nuestros entrevistados. La madrileña “pero pon que nacida en Don Benito, Badajoz” Raquel González opinaba que “más allá de una voz espectacular, el conjunto no me entusiasma. Me gustaron más los Rural Zombies de la noche del sábado”. En similar cuerda se posicionaba el irundarra Jesus Miguel Gimeno. “Es muy borroso lo de esta señora, muy disperso. Le falta unidad al conjunto. Me ha gustado la parte de raíz jamaicana, pero esa sección desgraciadamente se ha acabado muy pronto”. No todas las opiniones parecían tirar por esos derroteros. La cantante se hartó de saludar a fans y sacarse fotos con ellos en el paseillo que había entre el escenario y los camerinos.

En el Escenario Frigo sonaban los Swingpapers, enésima formación surgida de las aulas más jazzeras de Musikene. A algunos de sus músicos ya los fichamos la víspera como integrantes de Half Quartet Plus Two. Su show del domingo fue bellamente enrevesado, un buen compendio de temas ajenos y propios, una elegante mezcla de estándares y derrapes. La gente abarrotó el lugar, y más de uno echó de menos haberse dado un poco de crema solar en el cogote, porque el sol picaba que daba gusto. Es normal olvidarse de esas cuestiones protectoras. Tampoco es que estemos muy acostumbrados a ver en plenitud esa bola de luz que suele salir a veces en el cielo.

En la carpita FNAC los chicos del grupo donostiarra Howdy promulgaban sus amores por la música norteamericana de raíz. A saber, el folk, el country y los rasgados bluegrass. La Broken Brothers Brass Band acababa su romería ocupando el Escenario Frigo. Llegaba el turno de despedir el gran escenario arenero y verde, que ya no cuenta con actuaciones hoy. Ayer la cosa se despendolaba con el concierto de Grupo Fantasma. Una formación que ya había encantado al respetable la tarde anterior. Ahora, con más espacio y mayor volumen, la respuesta fue aún mayor. Y cientos de personas se entregaron a la celebración de su mensaje mezclado y transfronterizo, con mucha cumbia y salsa en los ingredientes sonoros. Bien azuzados por el micrófono principal, que no paró de animar a la gente a que diera palmas o hiciera ruido. Imposible no acordarse de Tito Puente, con esa percusión en primer plano visual y sonoro. Y siempre amaremos las bandas que saben usar de rechupete las secciones de viento, como fue el caso.

La noche y el tablado se cerraban con la actuación de Charles Bradley, uno de los platos fuertes del Jazzaldia 2016. Si nos permiten seguir con la idea del sábado repetido, podríamos afirmar que Bradley bien pudo ser la segunda parte del Nick Waterhouse que nos hizo vibrar en este mismo emplazamiento la noche del sábado. Ambos aman, defienden y dan lustre al soul y el rhythm and blues.

Publicado enReportajes

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