Saltar al contenido

McEnroe: ”Nunca he sentido que fuéramos un grupo triste”

Los getxotarras presentan esta noche su disco más luminoso.

“¿Estáis bien? ¡Que os ha salido un álbum casi alegre!”. La pregunta, mezcla de sorpresa y cierta alarma, sale de mi boca de forma atropellada, como cuando uno responde al anuncio de un pequeño accidente. McEnroe, el grupo que mejor ha sabido vestir en castellano las tensiones emocionales en el último decenio, inicia su último trabajo “Rugen las flores” (Subterfuge, 2015) con unos tonos llenos de vitalidad cromática e ímpetu vocal.

El habitual cantar arrastrado suena más resuelto y cercano, se intuye a los The National más concretos y a la Velvet Underground más enérgica, se disfruta del calor del sonido “americana” en “Coney Island” o la ensoñadora “La electricidad”. Poco a poco, según van transcurriendo los cortes, el barco vuelve a tomar los ya conocidos y acertados derroteros: Creaciones de seis minutos a las que no le sobra ni una décima de segundo, y perlas sonoras tituladas en esta ocasión “Como las ballenas” o “El puente”. Sin olvidar el bello contrapunto de Miren Iza en “Esta misma sensación de soledad”. Puro Tindersticks. Las viejas armas, tan bien dispuestas como siempre.

Pero el susto de la felicidad ya ha entrado en nuestro cuerpo. Ricardo Lezón, cantante de la banda vizcaína, me tranquiliza: ‘Ahora te puede sonar así de optimista, pero la verdad es que estas composiciones se gestaron durante una época muy jodida y sin embargo lo que brotó fue precisamente la luz que nos quedaba. Llevábamos tres años en una especie de pausa en la que tocábamos poco y ademas nos habíamos alejado físicamente aún más. Y mira, este es nuestro CD mas luminoso. Hasta “Caballos y Palmeras” me resulta una canción llena de brillo“. Quienes vean felicidad en el barro estarán de acuerdo con la afirmación. “Estamos muy contentos con el resultado y nos encanta tocarlo en directo. Aunque también me gustaría apuntar que, por mucho que nos lo digan, nunca he sentido que McEnroe fuera un grupo triste’.

Lezón, que también ha tenido tiempo para montar el combo Viento Smith y editar su primer libro de poemas, responde desde La Casa Noroeste. Una casa rural situada en la más tranquila Castilla y León de cuya comodidad pueden dar fe algunos ilustres vascos. ‘Por aquí han pasado Luis Benito – Unodos Producciones-, Alfredo Niharra, Miren “Tulsa” y una expedición de rockeros bilbainos comandados por Javier Corral «Jerry». Juanra “Moonpalace” amenazó con visitarnos, pero por ahora nos toca esperarle. La Casa es un lugar muy tranquilo al que venir a relajarse, olvidarse de tecnologías disfrazadas de avances y disfrutar de la compañía de los demás. Desde aquí se ve todo de una manera distinta’.

Lo que no ha cambiado, y le damos las gracias por ello, es el enfoque “amateur” del grupo. Por más que el número de asistentes a sus conciertos no pare de crecer. ‘Llamarnos aficionados es una forma de decir que McEnroe es una parte brillante de nuestras vidas que nos ofrece una satisfacción brutal y nos ayuda a vivir pero sin depender de ello. Supongo que también influirá el hecho de vernos poco, ser amigos antes que compañeros de banda y no habernos puesto jamas mas meta que la de disfrutar y hacer canciones que nos emocionen. Muchas veces el poco tiempo que tenemos lo dedicamos a tocar cosas nuevas que nos van saliendo más que a ensayar los temas de los directos‘. La ventaja de esta forma de enfocar la vida musiquera es que así es más sencillo, y honrado, conmover a todos los demás.

Ricardo nos guiña desde el secano a modo de despedida. Sus palabras traen una brisa de certeza. ‘Me gusta Donostia, esta cerca pero lejos de casa, huele a mar y es preciosa. Hemos tocado allí cuatro veces y todas fueron igual de bonitas’.

Publicado enEntrevistas

Sé el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *