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Mes: mayo 2012

Diego Vasallo: La vida raspa

Treinta minutos después del pitido -con perdón- inicial de la final de la futbolera Copa del Rey, Vasallo y sus compinches subían al tablado del donostiarra garito Le Bukowski. La gente le esperaba impaciente en las hileras de sillas que se habían dispuesto para la ocasión. Fans que pasaban de pelotas y camisetas. Asistentes que giraban la cabeza para mirar con gesto de desaprobación a quien hablara con un volumen algo elevado. Poco importaba que el parlanchín fuera famoso (que los había) o no. Quien osara romper la magia del autor donostiarra sería castigado con una fulminante firma de ojos.

El ‘Contacto en Francia’, nombre del trío acústico que acompaña en esta gira a Diego Vasallo, complementa y alegra las tonalidades tristonas del compositor. Sus vocales quedan más arrabaleras con el juego de dos guitarras y un contrabajo siempre juguetón. Un amigo, presente en el concierto madrileño de esta serie, llegó a afirmar sorprendido que “el autor parece hasta pasárselo bien sobre el escenario. De verdad, que te juro que se divierte y todo”. Damos fe de que la frase pareció cumplirse en todas y cada una de las quince canciones interpretadas y el terceto que cerró el bis de regalo.

Tonos que abarcaron desde lo inicios con Cabaret Pop, sus primeros pasos lejos de los históricos Duncan Dhu, hasta sus más recientes composiciones. Melodías cantadas con esa mezcla de manta y lija, una voz raspada que se aclaraba a la hora de presentarse o hablar entre canciones. Un hilo que juega a sobrecoger más allá del tono y la letra. Porque las sílabas interpretadas son tristes e íntimas, nocturnas y personales. Elaboradas con un patrón atractivo y añejo. Lejos de las tontadas que unos y otros cantan en los soportes más populares hoy.

Diego Vasallo: Canciones resucitadas

Uno se imagina a Diego Vasallo, bajo esa apariencia tranquila y aparentemente reservada, como un pequeño hervidero de excitaciones. Entiéndanme, su música ha sido – al menos hasta esta noche- un constante viaje hacia el interiorismo expresivo. Como si fuéramos bajando de manera gradual y manual la luz tenue de la lámpara hasta quedarnos casi en tinieblas.

Su antiguo socio en Duncan Dhu, Mikel Erentxun, opinaba que ‘Canciones en ruinas’, su última publicación, era un disco “tenso, áspero, desnudo, seductor. Muy Johnny Cash, Tom Waits”. Diego está de acuerdo. “Creo que tiene razón en los adjetivos. Es crudo y sincero. Lo de las comparaciones con grandes nombres siempre es arriesgado. Espero que suene a Vasallo”.

Siempre lo ha hecho. Desde aquellos juegos de corte británico de Cabaret Pop, denominación con la que comenzó a caminar en solitario. Hasta este último CD. Y la nueva reconversión, anunciada en la hoja promocional como un intento de “resucitar las canciones. Hacerlas revivir y dejarlas, si aún pueden, oscurecer la luz de las farolas”.

Lightships: «Electric cables»

Gerard Love, el compositor más terso de Teenage Fanclub, sigue la brecha abierta por su socio Norman Blake y publica disco en solitario. Un trabajo en el que da rienda suelta a su vertiente más relajada y ensoñadora, vaporosa y sicodélica.

A medio camino entre el brío de los Fanclubs y el relajo de The Pastels, con detalles soul y varios hits, Love sigue mostrando una habilidad innata para redondear melodías.