Saltar al contenido

La Habitación Roja: Pop de reloj

Hay un axioma no escrito -y sí muy aplaudido- entre las bandas británicas. Sea cual sea su añada, su trayectoria profesional y sus variaciones de estilos, componentes o melodías, ninguna formación que se precie debe superar los 50 minutos de concierto. Dicen que ése es el tiempo que se puede atender de manera activa a lo que escucha sin pensar en sus quehaceres de mañana.

A esta cuestión se le pueden poner mil trajes en las variadas tertulias de barra. Pero si esa máxima es válida en el país del eterno pop naciente, qué les voy a decir sobre estas tierras nuestras. Sobre todo si eres indie, alternativo, paralelo a la industria masiva o como quieras etiquetarte. Mismo da que tengas ocho discos (caso de La Habitación Roja) o que estés aún gateando, como es el caso de los guipuzcoanos Peachy Joke. Hay que ser claro, conciso. Y breve.

Los de Tolosa lo fueron. Presentaban nuevas pintas melódicas y textiles, abandonando el pop rock medio británico medio norteamericano para abrazar cual oso el blues rock de carretera y manta. Su viaje existencial a Barcelona, buscando el profesionalismo ejecutante, les ha movido un pelo hacia los garitos con redecilla delante del escenario y mucho traqueteo guitarrero. Nada nuevo por estos pueblos, pero si se hace bien es gozoso.

La Habitación Roja arrancó dando buen ejemplo de sabiduría. Con temazos como soles para agarrar del cuello a los espectadores y dejarles con la boca abierta. Sacudiendo la tenue irrelevancia de su nuevo disco con una puesta en escena intachable. Dando un puñetazo sobre la mesa para reivindicar sus virtudes.

Claro que, en caliente, el dolor no sale hasta transcurridos unos minutos. Unos 50, canción arriba canción abajo. A partir de ese momento, y potenciado por un postrero bis excesivamente acústico, los temas de los valencianos comenzaron a sonar ligeramente repetidos. Un déjà-vu melódico que hizo sacar los galones a los fans. El resto fue poco a poco volviendo a la tierra (traducción: abandonando la sala), pensando en sus obligaciones diarias o rellenando mentalmente su maleta de Semana Santa con bañadores y rebecas.

Publicado enCríticas de conciertos

11 comentarios

  1. El Jukebox

    Allá que te voy:

    En mi infinita inocencia, creía que subir a un escenario era lo mejor que le podía pasar a un músico, pero ya veo que no es así.

    ¿50 minutos de concierto? Deben estar de broma. Pero si hasta los bluesmen octogenarios tocan durante más tiempo. En el fondo, detrás de todo esto creo que se oculta el profundo tedio que algunos grupos se producen a sí mismos, no digamos ya a los demás. Y no nos engañemos: quien aburre en cincuenta minutos, aburre en quince, quién sabe si incluso antes. Supongo que todo esto es un hijo del politono y una derivada del aburrimiento del disco, concebido como una canción single y nueve de atrezzo.

    • Juan Luis Etxeberria

      bienvenido, señor. Primer visitante, espere que extienda la alfombra que nos ha pillado con los tickets colgando aún.
      Demasiada densidad en su idea. Cada oración parece esconder 15 más. Y por eso me despisto un pooc.
      De acuerdo con lo de quien aburre en 50 puede aburrir en 15, por empezar por algo. Pero tambien hay quien en 15 deja buen sabor y luego ya….pues eso, que mejor que se hubiera dejado los preliminares o todos acabamos hacemos jerseys con la mente 😀

    • Juan Luis Etxeberria

      Y sigo pensando que lo mejor que le puede pasar a un músico es que haga canciones.

  2. El Jukebox

    Eso último, ¿es cierto? ¿No es mejor interpretarlas? Bueno, no sé, igual estoy equivocado. Ahora que lo pienso, creo que he leído declaraciones de músicos tanto en un sentido como en otro, pero a mí al menos creo que me gustan más los músicos de directo. Por otro lado, hay grandes músicos versioneros. Bueno, no sé.

  3. El Jukebox

    No, si a eso me refiero: a que hay músicos no han escrito canciones o que ya han renunciado a hacerlo, pero que noche a noche se suben al escenario que cualquier club para hacer música.

  4. Jurasik punk

    Pues yo siempre he pensado que el mejor concierto es el que te quedas con las ganas de volver a ver al grupo. Para mi 45 minutos y 2 bises. Si te ha gustado y tienes oportunidad de verles otro día volverás.
    Es algo exasperante un concierto de uno de esos grupos que no hay forma de bajarlos del escenario y acaban llenando la barra.

  5. mikel k

    Pues la verdad que yo estuve en ese concierto , y la Habitacion Roja son un grupo que me gustan mucho , de hecho me apetecia verlos muchisimo .
    Pero me parecio un concierto espeso , bueno en un principio , pero segun iba concurriendo me empezaron a pesar las piernas.
    Encambio disfrute mucho con los teloneros , no los conocia pero me parecieron un grupo fresco con muchas ganas y con muy buenas ideas. Y lo mas importante es que supieron animar a un publico estatico y poco entregado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *