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Mundumira: Un paseo por otras culturas

Miles de personas disfrutaron en un ambiente familiar de las actividades que el festival celebrado en Aretxabaleta ofreció en su día más importante.

El sábado a la mañana abandonamos Donostia con la maleta llena de prendas impermeables. La capital guipuzcoana era un aguacero constante, y los 73 kilómetros que la separan de Aretxabaleta, sede de la tercera edición del festival de culturas del mundo Mundumira, parecía indicar que los nubarrones también guardaban agua para el interior de la provincia.

Pero los locales parecían tener bula climática. Más tarde descubriríamos, ya inmersos en los eventos, la razón de la bonanza en uno de los paneles de la exposición fotográfica Cielo, Infierno, Himalaya. La frase a la que los promotores de evento (La revista Euskal Herria, la promotora musical Gin&Tonic y las áreas de Cultura y Turismo de la Mancomunidad de Debagoiena) han rezado internamente: «¿No veis que las nubes están oscuras? Aún así, la luz las atraviesa e ilumina la tierra».

Aparcamos en uno de los parkings provistos por la organización y dirigimos nuestros pasos a la Feria de Artesanía situada en la calle Mitarte. Alhajas de todos los colores y tamaños convivían con jabones naturales e infinidad de juguetes infantiles de elaboración casera.

En una de las esquinas del paseo nos topamos con un escenario. La banda Euskobalcanic estaba acabando su actuación. Las chicas del grupo Albala, especializadas en bailes mediterráneos, esperaban su turno. La música, uno de los puntos fuertes del Mundumira, estaba presente con formaciones de distintos puntos del globo: Brasil, India, Bulgaria, Cuba, Cabo Verde.

Pinturas y dibujos

Entramos en la calle Durana. En su primer tramo se situaban los puestos de ONGs. Tampoco faltaron puntos, aún más alternativos y fuera de la propuesta organizativa, que solicitaban de manera directa ayuda para las gentes necesitadas: Suramericanos vendiendo distintas ropas, africanos desplegando su Top Manta

En la organización Calcuta Ondoan los niños se pintaban la cara con témperas y dibujaban alegres bocetos primigenios. Ellos fueron los verdaderos protagonistas de la versión diurna del Mundumira. Llenaron el área infantil que los organizadores poblaron de juegos y teatros. Los carritos se agolpaban (contamos hasta 30) en un parking espontáneo situado en la Herriko Plaza.

En nuestro paseo por la abarrotada calle Domaña visitamos las tiendas de Comercio Justo, proyecto que promueve una relación comercial equitativa entre productores y consumidores. Como Condolezza Rice no nos miraba, nos hicimos con un paquete de café cubano.

Llegamos a la zona denominada Sabores del mundo, en la que abundan los carteles con el término «ecológico». El pan de amapola, los licores caseros, las pizzas de harina de escanda y las tortas de azúcar de caña precedían a una cafetería en la que se presentan infinidad de tipos de infusiones.

En una de sus sillas nos topamos con Maite Elosua, una joven amante del te tántrico que se mostraba encantada de que «la organización monte este tipo de ferias. Te permite probar y comprar alimentos sanos, hechos en casa, que de otra manera no puedes conocer».

Cerca del eterno puesto de talos vimos una pequeña prensa sidrera que ofrecía sidra dulce recién elaborada. Obadayah, el encargado de realizar el proceso, no es muy amigo de otros tipos de prensa. «Bueno, ya que me has pillado, tendré que responderte. La que ves es una prensa en miniatura, la única que hay por la zona. Con ella los miembros de la asociación Twelve Tribes nos recorremos bastantes ferias locales». Muestras en la que seguro que también son asiduos los responsables de Kebabs y creperías presentes en el lugar.

Raperos palestinos

Llegamos a la Herriko Plaza, lugar en el que se celebraban las actuaciones musicales más importantes. Espacio en el que nosotros vimos la preciosa actuación de Tomas San Miguel y las proclamas territoriales de los raperos palestinos de DAM antes del reventón final de Kiko Veneno.

La Feria de Montañas y Turismo ubicada en la plaza presentó una buena afluencia. La oferta turística se potenció durante el Festival con salidas montañeras y distintas visitas guiadas. Los organizadores del Mundumira se mostraron muy satisfechos con la asistencia global a la edición 2007. La estimación se hará en miles, aunque el sábado a la tarde no se aventuraban a la hora de dar números oficiales.

Publicado enReportajes

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