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Abba – The Show: Baúl de los recuerdos

Interpretes: Katarina Nord (voz), Camila Hedren (voz), Johan Löfgren (guitarra), Finn Sjöberg (guitarra), Martin Hakansson (teclados), Ulf Andersson (saxofón) y 11 músicos más.Día: 02/03/2006. Asistencia: lleno, unas 1800 personas

“Buscando en el baúl de los recuerdos, cualquier tiempo pasado nos parece mejor. Volver la vista atrás es bueno a veces, mirar hacia delante es vivir sin temor”. Así cantaba, entre “uuuhs”, nuestra eurovisiva Karina en aquel superéxito popular de los años 60.

Y yo no podía quitarme ese estribillo de la cabeza tras asistir a la primera de las dos abarrotadas sesiones que la populosa formación de los suecos “ABBA – The Show” ofrecieron ayer noche en el donostiarra Auditorio Kursaal.

“Abba – The Show” es lo que se conoce en el mundillo como una banda tributo que ejecuta en directo canciones de un grupo de éxito. Una banda-homenaje como las que tocan en su hotel de vacaciones o en las fiestas del barrio, sí, pero en este caso repleta de quilates y especializada en una única formación con innumerables números uno de de ventas hace 30 años.

Viaja el conjunto con la excusa de contar con dos miembros originales de la banda. No, no son ni las cantoras Frida y Agnetha ni los músicos Björn y Benny, que habrán apadrinado el proyecto y descansan plácidamente en sus hogares de tejados nevados.

A Donostia llegó un dúo de acompañantes originales de la banda: Ulf Andersson fue el saxofonista y flautista en la mayoría de las grabaciones del cuarteto escandinavo, y el guitarrista Finn Sjöberg grabó su instrumento en innumerables canciones de la banda sueca.

Ambos músicos se guardarán para sí varios momentos relevantes a lo largo de la velada. El saxo suena estiloso en casi todas las intervenciones, aunque convierte el popurrí de canciones tocado al principio en una especie de videoclip de La Década Prodigiosa. Y Sjöberg destaca y potencia los momentos sinfónicos de Abba cuando el foco le ilumina.

Es precisamente el señor de las seis cuerdas el único que se evade de salir al escenario de impoluto traje blanco. Tras una introducción con sonidos de helicóptero, comienza la fiesta remember.

Las dos cantantes salen perfectamente caracterizadas en los cuatro cambios de traje que realizan en cada actuación. Sus voces serán, bien complementadas con las dos coristas del fondo, de lo mejorcito del concierto. Muy lograda también la vestimenta evocadora del guitarrista, que recuerda con su camiseta abierta y su rubia peluca el look del músico original.

Con un escenario plano con tres altillos en los que se ubican el batería, la percusión y los músicos de cuerda, la banda comienza a ejecutar los innumerables aciertos compositivos que se encuentran en los discos de Abba. En la tercera canción llega “Take a Chance on me”, y la quinta desata, con “Voulez Vous” los momentos soft-pop que tanta fama le dieron a los cuatro suecos.

Con semejante repertorio, una banda tan numerosa y la calidad exhibida, es difícil errar en el homenaje. “Dancing Queen” pone en pie por primera vez a los asistentes (hasta cinco veces se levantó el público, lo nunca visto en el magno cubo), y allá que viajamos atrás en el tiempo, entre melodías de toque funk, suaves momentos pop y algún que otro brío rockero.

“Mamma Mia”, “Gimme! Gimme! Gimme!”, “Money, Money, Money”… Menuda batidora de canciones exitosas las que se marcaron Björn, Benny y compañía en sus días alegres. “Fernando” y “Chiquitita” vuelven a levantar el auditorio, que se desmadra del todo (es un decir) con Waterloo. La visita al baúl de los recuerdos, vista la respuesta del auditorio, fue espectacular.

Publicado enCríticas de conciertos

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