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Mes: marzo 2006

Les Enfants Terribles: Luciérnaga pop

Fiestorro de aires soviets el de mañana a la noche en el Guardetxe donostiarra: Se denomina Misha Party. Sí, como el osito ruso de las olimpiadas. Habrá sesiones de DJ a cargo de El Chico Tóxico e Iñaki Iñarra tras los conciertos previstos.

Porque actuarán los catalanes MEGAafonía, cuyo tema “Han tapiado la puerta del Razzmatazz con todos dentro y nadie se ha dado cuenta” ya está haciendo de las suyas en los círculos modernotes. Compartiendo escenario estarán Les Enfants Terribles, el nuevo proyecto musical del Funny Bone Juan Egía.

Hablamos con él para que nos explique los vericuetos de esta propuesta de aires melancólicos y ochenteros. Este proyecto, pilotado junto con otros miembros de Funny Bone y Natural Proyect, se aleja diametralmente de la formación en la que participaba el señor Egía.

Para empezar, aquí todos tienen sobrenombres. El de Juan es luminoso: Chico Luciérnaga.“ Huracán (Estanis de Natural Proyect) y yo nos conocíamos de nuestra experiencia en Funny Bone. Nos juntamos para este proyecto en noviembre de 2003. En 2005 entraron Jabalín y Puñal, nuestra base rítmica. Juntos grabamos la pasada primavera nuestra primera maqueta ‘El calor solar de los Hombres’. La estrenamos de manera mundial mañana en Donostia”.

Curioso el nombre de la banda, tomado de una obra de Jean Cocteau. Donostia tampoco es que se caracterice por tener muchos ‘chicos malos’.” Para nosotros, ser ‘enfants terribles’ es tener una actitud creativa y valiente. Hablando de nuestra ciudad, podemos afirmar que Donostia es elitista, impecable y diabólicamente perfecta“.

Vamos a lo que suena. En lo musical ahora todo es más ochentero, sin que eso implique subirse al carro del post-punk. “Vivimos el revival más interesante, por enriquecedor, que he conocido. Ideológicamente se ha perdido algo que había en los 80 musicales. Cada vez que veo un vídeo de alguna actuación de aquella época, alucino. No sólo había frescura, había una inocencia insultante de lo pura que era”.

En Les Enfants Terribles se intuyen amores por bandas como New Order y The Cure en las ensoñadoras canciones. Pasión especialmente remarcada en el bajo de la inicial “Vamos Juntos” y su continuación, “Siempre lo hago”. “Muchas gracias por la comparación. Rendimos adoración a esas dos bandas británicas que has nombrado”.

¿Y que me decís de aquellos donostiarras, La Dama Se Esconde? La relajada forma de cantar de Juan Egía, mucho más suelto y certero que antaño, les acerca al dúo guipuzcoano y a otros personalísimos cantores como Carlos Berlanga. “Berlanga era un gran compositor de melodías pop, en solitario o en Dinarama, al que no se le ha rendido el culto que se merece. En lo referente a las letras de las canciones, es cierto que ya no soy tan críptico como antes. Las letras cuentan emociones intensas que he vivido, expresan ilusión y desencanto a partes iguales. Me siento emocionado. Las canciones de LET son pequeños himnos, descargas desfibriladoras”.

Esos pequeños himnos harán las delicias de los amantes de las tonalidades pop oscuras que se acerquen mañana a su concierto y los que consigan la maqueta de la banda. El disco oficial deberá esperar un poco.” Hemos empezado a mover la maqueta, pero vamos poco a poco. Las compañías independientes tienen buenas intenciones, pero creo que han perdido su intuición y su valentía. Lo bueno es que el futuro son los conciertos. Y me alegro, porque un grupo no es nada si no toca delante de su público”.

Espanto: «Miedo a las cosas normales»

Un, dos tres, responda otra vez. ¿Cuantos grupos de Logroño conoces que hagan un pop tan sencillo como arrebatador? Ninguno. Hasta ahora. El dúo Espanto viene para hacer luz a nuestras sombras. Porque su segunda maqueta, por mucho que el nombre asuste, es una maravilla.

Grabada con pocos medios, las cuatro canciones que contiene este Miedo a las cosas normales reviven nuestros fantasmas más positivos.Aquellos que hacían que nos llamaran sosainas cuando vibrábamos con la ingenuidad y exquisita sobriedad de Aventuras de Kirlian y la inmediatez del pop imberbe de La Buena Vida. O cuando veíamos caras raras al decir que Esclarecidos eran una buena banda de pop terso y lánguido.

El grupo maneja golpeos del Django Reinhart de los créditos de Woody Allen. (Daltonismo). Hay mucha dulzura a lo The Legendary Jim Ruiz Group en la canción que da titulo a la demo (Miedo a las cosas normales) y en ese tributo encubierto a Galaxie 500 que es Don Juan.

El cierre con Las mantas certifica una exquisitez inusual, con esa temática de amor de andar por casa, que es al final por donde andamos todos. Si mantienes ese espíritu ensoñador, con amores hacia el pop suave e ingenuo que no tonto, Espanto son tu grupo.

Abba – The Show: Baúl de los recuerdos

Interpretes: Katarina Nord (voz), Camila Hedren (voz), Johan Löfgren (guitarra), Finn Sjöberg (guitarra), Martin Hakansson (teclados), Ulf Andersson (saxofón) y 11 músicos más.Día: 02/03/2006. Asistencia: lleno, unas 1800 personas

“Buscando en el baúl de los recuerdos, cualquier tiempo pasado nos parece mejor. Volver la vista atrás es bueno a veces, mirar hacia delante es vivir sin temor”. Así cantaba, entre “uuuhs”, nuestra eurovisiva Karina en aquel superéxito popular de los años 60.

Y yo no podía quitarme ese estribillo de la cabeza tras asistir a la primera de las dos abarrotadas sesiones que la populosa formación de los suecos “ABBA – The Show” ofrecieron ayer noche en el donostiarra Auditorio Kursaal.

“Abba – The Show” es lo que se conoce en el mundillo como una banda tributo que ejecuta en directo canciones de un grupo de éxito. Una banda-homenaje como las que tocan en su hotel de vacaciones o en las fiestas del barrio, sí, pero en este caso repleta de quilates y especializada en una única formación con innumerables números uno de de ventas hace 30 años.

Viaja el conjunto con la excusa de contar con dos miembros originales de la banda. No, no son ni las cantoras Frida y Agnetha ni los músicos Björn y Benny, que habrán apadrinado el proyecto y descansan plácidamente en sus hogares de tejados nevados.

A Donostia llegó un dúo de acompañantes originales de la banda: Ulf Andersson fue el saxofonista y flautista en la mayoría de las grabaciones del cuarteto escandinavo, y el guitarrista Finn Sjöberg grabó su instrumento en innumerables canciones de la banda sueca.

Ambos músicos se guardarán para sí varios momentos relevantes a lo largo de la velada. El saxo suena estiloso en casi todas las intervenciones, aunque convierte el popurrí de canciones tocado al principio en una especie de videoclip de La Década Prodigiosa. Y Sjöberg destaca y potencia los momentos sinfónicos de Abba cuando el foco le ilumina.

Es precisamente el señor de las seis cuerdas el único que se evade de salir al escenario de impoluto traje blanco. Tras una introducción con sonidos de helicóptero, comienza la fiesta remember.

Las dos cantantes salen perfectamente caracterizadas en los cuatro cambios de traje que realizan en cada actuación. Sus voces serán, bien complementadas con las dos coristas del fondo, de lo mejorcito del concierto. Muy lograda también la vestimenta evocadora del guitarrista, que recuerda con su camiseta abierta y su rubia peluca el look del músico original.

Con un escenario plano con tres altillos en los que se ubican el batería, la percusión y los músicos de cuerda, la banda comienza a ejecutar los innumerables aciertos compositivos que se encuentran en los discos de Abba. En la tercera canción llega “Take a Chance on me”, y la quinta desata, con “Voulez Vous” los momentos soft-pop que tanta fama le dieron a los cuatro suecos.

Con semejante repertorio, una banda tan numerosa y la calidad exhibida, es difícil errar en el homenaje. “Dancing Queen” pone en pie por primera vez a los asistentes (hasta cinco veces se levantó el público, lo nunca visto en el magno cubo), y allá que viajamos atrás en el tiempo, entre melodías de toque funk, suaves momentos pop y algún que otro brío rockero.

“Mamma Mia”, “Gimme! Gimme! Gimme!”, “Money, Money, Money”… Menuda batidora de canciones exitosas las que se marcaron Björn, Benny y compañía en sus días alegres. “Fernando” y “Chiquitita” vuelven a levantar el auditorio, que se desmadra del todo (es un decir) con Waterloo. La visita al baúl de los recuerdos, vista la respuesta del auditorio, fue espectacular.