Concierto de Bassmatti y Vidaur en Hondarribia: Jump!

Retorno al Uxoa hondarribitarra, esta vez con Yon Vidaur, para ofrecer uno de los últimos conciertos de este año alrededor de “Aproposito”. Un crescendo de chispazos y fundidos que acabo siendo uno de los más divertidos que hemos dado hasta hoy.

En pleno montaje del equipo de voces, piedra angular sonora del evento, escucho un “hey!” de Yon, seguido de un petardazo suave y opaco, y humo saliendo de la mesa en cuestión. Genial, nos quedamos sin amplificación. Y eso que era el equipo de repuesto, que el original se había roto la semana anterior.

Yon y yo empezamos a improvisar, pensando en un repertorio B en acústico, enchufados a un monitor autoamplificado allá presente que, al rato, descubriríamos que no funciona. La cosa va mejorando. Nos empezamos a reír. No por no llorar, sino por la sucesión de infortunios. Tenía un interés personal en ver cómo acababa esto…. 

Asier, un amigo presente y manitas, tiene una idea que a un patán como yo no se le hubiera ocurrido nunca a un tipo de letras como yo. Cambiar el fusible fundido de un equipo a otro. Saca del bolsillo un destornillador del tamaño de un meñique, abre las cajas y se pone a ello. Mientras yo saco algunas letras de internet para ampliar la propuesta acústica, las carreras de Yon y él buscando enchufes para hacer pruebas recuerdan al traslado de un trasplante de corazón. Sorprendentemente (para mí), el cambio funciona.

Enchufamos los elementos y… una de las dos pantallas exteriores no funciona. Que siga el show en la pista central del circo, amigos. La única conectada se coloca tras mi cabeza, para felicidad futura de mi otorrino. Y funciono de pantalla entre ella y el micro, cosa que se me olvidará luego entre temas, cuando me agache a beber un vino.

Y todo esto hizo que, en vez de agarrotarnos, nos soltáramos más. El concierto fue muy divertido, hasta el punto que no pude reprimir unas risas cuando una guitarra entro bailada donde debía. La gente como loca, oye. En la terraza del bar digo,a tope de gente con plumíferos y fumando. Dentro, algunos seguidores y los que venían a pedir para salir a fumar. Alguien dijo que éramos La Banda del Titanic. Otro que éramos como el DJ de los baños del Privilege. Nosotros a lo nuestro, tocar y pasarlo bien, llegando casi sin pensarlo a la hora completa de concierto.

Ay, si Yon hubiera hecho el salto de David Lee Roth que había ensayado durante toda la semana frente al espejo del local, aún me estaban recogiendo los pedazos…

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Giorgio Bassmatti

1 comentario

  1. Mnkn

    El techo era demasiado bajo para ese salto.

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