Resumen del concierto de Altxerri 2023

Autor: Juan G. Andrés

Aún de resaca emocional (la otra se lleva mejor, la experiencia es un grado y pasar de la K al whisky seis grados) aprovecho este espacio para darle las gracias a todo whisky.

Hay que empezar por el Altxerri, que ya cierra sus puertas para convertirse, a partir de mañana, en un local vacío. Durante dos años ha sido un oasis, otro de la marca Daba, donde hemos podido ver autores de pequeña fama e inmenso catálogo – no, no hablo de mí, claro- en la cercanía y cariño de una sala coqueta. En lo que a mí se refiere han sabido pulir mi sonido hasta límites estratosféricos. Que los asistentes digan que ha sonado mejor que bien es solo culpa del técnico.

Seguimos por los músicos – no, no hablo de mí, claro-. Asier Martín es la alegría de vivir, el ruiseñor que todo lo canta, el teclista que se presta a todo, una de las personas que más me anima a seguir haciendo esto, el improvisador que mejor casa con mis arranques. El chanteur que, como todos los colaboradores, eligió la canción que quería cantar. En su caso, para variar del año pasado que hizo “puertas entreabiertas”, hicimos “Carros y Carretas” en un momento inaudito en mi carrera musical, enlazando 3 canciones seguidas.

Lo de Oier Aranzabal es para hacerle un monumento. Me permitió cumplir un sueño en mi vida: Ser el espectador de un concierto en el que una persona que adoro en lo musical y extramusical toca una canción mía. “Bizitza Erdia” fue una delicia folk, sentida, emotiva y emocional. Mi sueño es que esta embajada pueda, en un futuro, hacer que busque el hueco en esa agenda imposible para que sus Lou Topet vuelvan.


Sebastian Salaberry, el hombre tranquilo, debía aparecer en la canción del Dabadaba. Un tema extensible a todos los sitios de conciertos que van quedando en la ciudad. No es fácil sacar el saxofón de su funda, pero su amabilidad y maestría hizo brillar la canción. Ya no puedo imaginarla en otra compañía.

Luego hubo gente que estuvo al otro lado de la barrera. Javier Sánchez me regaló una letra, y con ella hicimos lo que pudimos. La lírica era domable, claro, la música fue a buscar a los Love, se encontró con Belle And Sebastian y acabó cerca de Melendi. Creo que le vi sonreír al acabar de tocarla – igual era por el guiño anterior a un tema de AMA, no sé ;)- , así que no le debió parecer mala adaptación. Es una de las candidatas a ser grabadas este 2024 que entra en breve.

Mención especial a Arrate, que sin ella nada de esto sería posible.

Y luego vosotros, todas vosotras, conocidas o llegadas de Málaga y que caen en el concierto y al acabar me llenan de flores. Vuestra carcajada, vuestra atención, la cercanía durante y después, vuestra educación y silencio – no joking– me elevan hasta límites insospechados. Sois el último eslabón, además de todos los mencionados, de eso que puede llamarse “la formación de Bassmatti en directo”. A veces pienso que todo esto solo puede pasar en Altxerri. Y por eso me da vértigo el concierto del año que viene. O lo que vaya a haber, que igual no es un concierto propio 😉

De verdad, soy el tío más feliz del mundo. Hago lo que quiero, las veces que quiero. En los sitios que quiero (coño, que fui en bus público a la sala), y me encuentro al lado y enfrente con gente maravillosa que me reafirma en mi forma de pensar: Yo no dije que supiera hacerlo, tan solo que tenía ganas de intentarlo

Acerca del autor

Giorgio Bassmatti