Por si hay dudas, que yo no las tenía: ganó el. A los puntos. De sutura que me dieron.
Tras el buen sabor de boca bergarense decidimos montar una segunda fecha del cartel compartido en Donostia. Sin apenas tiempo y con el Bukos aún sin arrancar, agradecemos sobremanera la oferta de BO para tocar en el KAI de la parte vieja donostiarra. Desde aquí nuestro aplauso y saludo oriental tanto a él como a los gestores del bar.
Otro sitio coqueto. De los nuestros. Acercamos un par de amplis y los colocamos en la esquina. El orden de canciones fue intercalado: Civil cantaba una, y yo otra detrás. Probamos rápidamente, teniendo a Asier B Hips siempre cerca para los ajustes momentaneos, consistentes básicamente en subirme el volumen de voz hasta casi el acople.
En esta ocasión no hubo sorteo. Quise llevar las canciones más nuevas (las de la semana pasada, como decía un Brandy Hip el día que grabamos la última en su casa), que son más lentas y recogidas. Claro que nunca las había tocado con -tanto- Jose Cuervo, que impone lo suyo.
Me gustó mucho el concierto, y el desparrame final, con las más nueva («Diazepam») y la versión de Bright Eyes featuring Eminem. Se me olvidó la canción de Kevin Ketchup, pero no la instrumental en euskera.
El fin de fiesta, irrepetible, tuvo a Asier Brandy Hips cantando a medias «Puertas entreabiertas».
Para lo de Civil Love ver post del concierto anterior. Le canturreamos sus stringfellows, le hicimos corillos de fondo, nos morimos de envidia. ¿Eso último les suena, no?
Después nos perdimos en la noche, que era el cumpleaños del promotor, BO. Y nos hicimos fuertes en el Eiger de lo viejo. ¿Que no lo conocen? Ya están tardando, rufianes
