Control mental. Y físico.

«You can never be strong, yo can only be free». Es parte del estribillo de «Game of Pricks» de la banda Guided By Voices, tema que anoche versionearon a las mil maravillas y alegrías  los chicos – debía faltar la chica oriental, aunque poco se lloró su ausencia- de Telekinesis, la banda de Michael Benjamin Lerner.

No han sido los primeros en honrar a los GVB, ni serán los últimos, porque el tema es un solete: cálido y repleto de (buena) UVA. Y puede definir esa deliciosa hornada inacabable de grupos popero-guitarreros que vienen desde Estados Unidos. Será un ejercicio de estilo. Pero…¡vaya estilazo si se hace bien! Como suelo decir, si en Norteamérica le pegas una patada al suelo y salen 500 grupos como estos, aún quedan 499 por venir.

Dispuestos en una primera linea del escenario, Lerner se lleva todas las miradas. Porque canta como si te hubieras tragado un cassette de los Beach Boys. Y toca la batería cual Diós hindú. La combinación más dificil que conozco. Suelto y tranquilo, con mucho flow. Me acordé del Adam Schlesinger más Fountains (Coast of Carolina, Tokio , Imaginary Friend) y mas Wonders (Ankward Kisser), con versiones más directas e impactantes que las de su disco del debut telequinético.

The singing drummer estaba bien acompañado de un bajista y, algo menos, un guitarra de peinado Misfits (the band) que podría ser la próxima ficha en abandonar el barco si hiciera falta – que no digo que lo haga-. Curioso, es una banda de pop guitarrero, pero la guitarra tiene menos protagonismo del habitual.

Antes que ellos, en una acepción exclusivamente espacio-temporal, actuaron los chicos de Thee Brandy Hips, calentando motores para la relevante actuación del Primavera Club. Importante para ellos, y para todo el resto, que descubrirá al señor grupazo que se ha convertido. El de ayer fue un concierto sencillamente espectacular, con unos temas nuevos, 3, que son inmejorables, mucho mejores que los grabados en el recomendable «We Are Love» del que se despiden.

Entiendo que miren atras con cierta distancia ya. Hasta han adaptado y convertido en impepinables algunas viejas canciones. Es tal la gema que tienen entre manos, con picoteos africanistas y del dance británico de los 90, que van a despegar como un jodido Soyuz.Y si la vertiente más bailarina ha pegado este BobBeamonazo, a saber qué pirueta mortal nos espera con su lado más Hummingbird y popero, al que las buenas lenguas (lo único que tenemos por ahora) acercan a los Shins.

Me uno, eso sí, a la marea que pide que se pasen al castellano como idioma cantor.