Con la botella de Fundador

De menos de 100 mililitros y y bien empaquetada junto con el resto de mis cremas hidratantes, claro está. Que luego la azafata se lanza al pimple y apunta la salida de emergencia al cruce de sus pantorrillas y ya está la francachela montada.

Sí, amigos y conocidos, me marcho a Nueva York. Pocos días. Siempre son pocos. Me llevo muchas felicitaciones y la envidia del Topo robaposts, que eso no lo consigue cualquiera del castigador urbano.

Tengo ya varias compras en mente, entre las que se incluirá algun artefacto sonoro más bien poco moderno. Caerá alguna guitarra, y espero que un autoharp si está al alcance. El summun se llama Synthaxe, pero es una bizarrada muy cara.

Luego todos esos elementos se pasaran años, meses y días sin salir de la funda, pero siento la satisfacción del coleccionista de arte, voyeur de obras que no puede tocar.

Voy sin guía de viaje. Espero que las energías me lleven por calles soleadas y sin maleantes, y por clubs nocturnos rockeros, poperos y sin malos rollos. No hay conciertos elegantes a la vista, pero en alguno nos dejaremos caer.

Recuerdo un amigo que siempre que salía de viaje (sí, el traslado también afectaba a los recorridos del autobús nacional) hacía un pequeño testamento donde supongo legaba sus pertenencias y se despedía de sus queridos. Yo, que apenas tengo nada propio y lo único que tengo pendiente son dos tortas a recibir, entenderán que no haga nada similar.

Pero admito que una de las razones de este post es trasmitirles mi terror a volar y mi deseo de no ser parte de ese minúsculo porcentaje mundial de catástrofes aéreas. Porque la hipocondría se tiene, no se adquiere.

Así que, o nos vemos en 10 días o nos vemos en más. 😀

11 comentarios en «Con la botella de Fundador»

  1. Los autobuses nacionales son peligrosísimos.

    Ya me contarás que guitarra te has pillado al final.

    Buen viaje, y mejor regreso!!

    PD: Autoarpa ya!

  2. Pasalo bien love, pierdete por las calles… compra poco, que luego te registran mucho, te deshacen la maleta y no hay dios que la haga en plena terminal como cuando le pones la rodilla encima en la habitación del hotel!( te imagino en un Doble Decker )

  3. Disfruta de las vacances!!
    y a ver que tal te va con el agente de aduanas, el simpático de dos metros de altura con manos como raquetas de tenis.
    Seguro que despues de pasar ese ratito intimo, llegaréis a algo cercano al amor.

  4. Mide tus palabras, txabal, o los miami de broo te recibirán en el JFK.
    No era un robo, era un homenaje.
    No era envidia, era admiración.
    Y no son 10 días, es un leve pestañeo. Verás como mañana ya estas posteando de vuelta… Envidia dice… grrajvgesjfejklahblucfvb…

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