Amor a primera vis(i)ta

Lo suyo había sido amor a primera vista. Un flechazo. Como cuando descubres a Mondrian o sueñas con hacerlo en la cocina de una casa de Le Corbusier. Entrar al aula de “conceptualización del espacio ambiguo en la sociedad del capitalismo vegano” y enamorarse fue todo uno.

Compartían ideas y deseos. Hasta se compraron un solo diccionario de español para poder traducir en común los textos de los enunciados de los exámenes: “establezcan lazos con otras esferas del pensamiento y conecte con contextos no habituales de las prácticas artísticas. La respuesta debe ocupar una hoja y abarcar toda la nube post industrial”.

Se sabían diferentes, pero eso no les suponía ningún problema. Tampoco es que fueran los reyes del mambo (música latina aplastada por los blancos y sus modas burguesas), que su hablar era un idioma poco conocido por el vulgo menos subvencionado. Pero ellos lo pasaban estupendo. Se excitaban leyendo folletos vanguardistas, y sus vacaciones siempre estaban marcadas por happenings, videoinstalaciones y actuaciones de carácter no violento en el mobiliario urbano. Se inventaban palabras, que como con las máquinas tragaperras daban premio económico en formato de residencia o colaboración transfronteriza: “idealizacionizarse”, “paisajismo cultural directivo”, “subarrendamiento artístico ocupacional”. Hasta intentaron llamar “VHS” a su perro. Ese humor fino, cuántas alegrías les daba.

Y llegó el gran día. La boda. Ese momento inolvidable. Así, en la entrada del centro de arte contemporáneo, se dieron el sí rodeados de gafas y perros enanos en brazos de sus dueños.

“Anatilda, ¿quieres ser mi atmósfera apropiada, mi entorno estimulante, uno de los muelles que estructura y atraviesa el proyecto de mi vida?”

“Si, querido Cletovio, fomentemos el tejido territorial en común, fortalezcamos el contexto, hagamos sesiones abiertas generadas a partir del proceso de investigación”

La lluvia de confettis de colores (elaborados desde una perspectiva globalizadora a la vez que regional) dio comienzo a la fiesta que se extendió hasta altas horas de la madrugada.