«This Band Is So Gorgeous!»: ¡Gao que sí!

En Occidente el punk tiene caducidad. Quien sabe si por su largo recorrido, porque queda lejos su origen y razón de ser (aunque estos días parezcan ideológicamente buenos para recuperarlo, no se asusten si ahora tocan la batería con un Ipad) o porque pasados los 40 – “Midnight/midlife Crisis”, como afirmará en este film el batería de Sham 69 – queda ligeramente ridículo, como de anuncio de coches caros.

En Oriente el punk es la atracción que acaban de poner en el barrio. La chica nueva que ha llegado al cole. Una tendencia ingenua y vital, con preferencia por la diversión frente a la subversión contra al imperio, y el tinte y la mecha frente a la heroína evasiva. Una cosa ínfima para el Aparato de Estado, lejos de aquella primera incursión brit en los reinos de Mao, a cargo de Wham! (“British rockers” para la prensa local) y sus mechas y sus desmayos y sus detenciones por bailar.

«This Band Is So Gorgeous!» presenta la mezcla de estos dos mundos gracias a la gira del grupo punk “Sham 69” por tierras chinas. Y como miscelánea tiene todo lo que suele tener este tipo de aventuras. Como esa ridícula necesidad de analizar de manera superficial una cultura, sintiendo algo de pena tertuliana por la pobreza del país. Ni que las afueras de Birmingham fueran La Moraleja, colegas.

O bajarse del avión para una estancia de un par de semanas con el deseo de “sentir el país, hablar con la gente de la calle, saber su realidad”. En China. Dos semanas. Un momento que eclosiona con la sobreactuada visita a la Plaza de Tiananmen.

También hay partes de “Un País en la MoChina”, con largos viajes en tren, hoteles mejores y peores y punkies cincuentones comiendo con palillos y tomando un café “mientras sienten miradas que aún muestran el viejo odio o recelo hacia Occidente”.

Bueno, nada de esto es muy flagrante en la cinta que recoge esta serie de conciertos bizarros «sin ninguna canción entera en la peli» de Sham 69 por la república roja. Un paseo guiado por la voz zen de su batería, actuaciones repletas de chicas chinas en tugurios y salas algo mejores, cabreos internos, y una alegría que todo lo inunda, la de Ray Gao (¡Gao que sí!), el joven tour manager local que les monta idolatrado su primera visita al país. Su vitalidad se muestra a prueba de datos económicos, y el loop “Today the sound boss not good, tomorrow yes” es todo un gancho fresco. ¿Acaso el punk no era tocar aquí y así y ahora?

El final ofrece un cierre bien bonito que imagina el amor eterno entre Gao y Sham 69 hasta que….la peli la caga con las letras finales. Aunque será difícil que la cacen siquiera en internet, no suele gustar desempolvar el último minuto. Pero es, y siendo benévolo, un momento ridículo. Un gesto muy poco punk.