Qué se nos ha perdido a nosotros en una fiesta como esta

No les quepa duda. Soy un mustio, un tieso, un joven viejo de esos a los que el anuncio de coca cola (el de Spandau Wham) se dirige en modo crítico al comienzo de su versión larga.

Curioso y económico el cariño que nos tienen los publicistas, porque tampoco creo que sea casualidad que un maldito anuncio de pañales le baile el agua a la peli de Cazafantasmas, con 3 renacuajos luchando contra una gran gota de agua fantasmagorica.

Pero hay más pruebas de que este mundo loco no es para mí. Por ejemplo, no le veo la gracia a que el single nuevo de Celtas Cortos se llame «40 de abril». No sé, no me rio lo más mínimo, y la urticaria interna que siempre sentí por estos músicos sigue plenamente activa sino potenciada hasta límites epidémicos.

Tampoco le veo gana alguna a reunirme en espacios en los que «hay que estar», . Curioso el movimiento social, que promueve a grandes billetadas las carreras de largo recorrido pero, en el caso de promociones televisivas karaokeras de corto reciorrido, ven menguada su asistencia desde los viejos estadios hasta las actuales tascas de barrio y firmas de discos en sitios tan potentes como….un supermercado.

Aunque entienda que eso de los «have to go» sea un doble juego. Porque luego bien que bajamos a Madrid a ver a rechonchos cantantes de platea o señores con asistentes para ir dándole a los pedales. Por más que esté absolutamente convencido que la visión no empañará la belleza de mi imagen cerebral.

Será que intento escaparme (con resultados dispares) de esta eterna revisita a un pasado en el que éramos niños felices y ahora somos tristes pero ricos habitantes.

Off-topic: Otro signo de que entramos en la edad Grecian 2000 es que empieza a tronarnos que el niño le pida ayuda al padre cuando ha ganado un monton de pasta trapicheando y que la ley sea igual y justa para todos. Sobre este último punto, y para evitar malentendidos, me extenderé en el futuro.

5 comentarios en «Qué se nos ha perdido a nosotros en una fiesta como esta»

  1. Y Dios (o sea, yo) bajó a la tierra y miró a los años pasado y vio que eran malos. Pero Dios estaba de buen humor y decidió reírse de sus criaturas e introdujo el virus de la nostalgia. Y así fue como nación el revival. Y Dios miró, vio que estaba bien y descansó pensando en que ÉL nunca podría tener nostalgia de nada.

  2. Sí, pero no. Hay rumores de que en el canal heaven (TDT) echan todo el rato anuncios de cuando Judea era maravillosa y Jesús un pipiolo con la gorra calzada a medio lado

  3. De la Biblia apócrifa:

    Dios creo a Kevin Shields y le dijo: «evangeliza tú, que a mí me da la risa». Y Shields tardó en comprender la palabra del Señor y, después, no oyó otra cosa.

    De las bienaventuranzas apócrifas:

    Bienaventurados los gordos, porque de ellos será el regreso de Morrissey.

  4. repuntualizando, con todo el respeto a la palabra divina (de la muerte): Bienaventurados los hispanos, porque suyo será el regreso de Steven Patrick. Es realmente alucinante ver los conciertos del chanteur en EEUU. Miles de miles de miles de hispanos entre la asistencia. Extraño…

  5. El plagio a Ghostbusters, esa cima de la cultura cinematográfica, ya me lo he olido en esos anuncios, aunque este que dices de CocaCola no lo he visto, hasta que lo guguelado y encontrado en http://www.metacafe.com/watch/1496393/

    Efectivamente, el tiempo pasa, pero descuida, que si necesitas Grecian 2000 es porque conservas pelo: a los menos canosos, directamente se nos cae. No somos nada comparados con el hirsuto Bassmatti, por ejemplo.

    Más señales: hace dos años pase unos dias de vacances familiares en Las Vegas. El tópico nos hace creer que aquello es tutto Elvis y pa ná. Todo muy ochentero, y hasta grunge; es una gozada pasear por los casinos entre neones y salones de tragaperras escuchando The Smiths, Nirvana o los Lemonheads. Siempre que seas inmune al juego, claro, que de eso se trata, de atacar nuestro bolsillo consumidor.

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