Norte y Sur


El documental ‘The Black Power Mixtape 1967-1975’ es un excelente, demoledor e inédito montaje sobre la revolución negra norteamericana observada y realizada por periodistas suecos durante ocho años. Las entrevistas son las más crudas y sinceras jamás vistas, gracias a que la televisión sueca no tuvo que pasar por el filtro de la censura americana de la época, permitiendo a los norteños crear un documento histórico imprescindible. A pesar de todas sus virtudes, a la salida del cine algunos espectadores se preguntaban qué pinta un documental no musical en el Dock of the Bay.

Para presentar la siguiente película Asier Leoz introdujo a Fermín Muguruza hilando el discurso del documental anterior con el pasado musical del vasco, de cómo éste adoptó muchos de aquellos slogans para la causa de Euskal Herria. Por desgracia, en el documental ‘Next Music Station: Morocco’ no hay ningún reflejo del espíritu combativo del creador de Esan Ozenki.

La cinta es un paseo epidérmico por diferentes estilos musicales del país magrebí, con un estilo formal más propio de Canal Viajar que de un director implicado en la búsqueda de voces y sonidos disonantes. Quizá la mayor traba sea la conductora del documental, la sugestiva Oum, más interesada en empatizar y crear buen rollito con sus entrevistados que en extraerles algo de jugo.

Así se nos muestra un Marruecos como oasis de la primavera árabe, donde la falta de libertad de expresión, la pobreza, o la situación de la mujer son temas tan preocupantes para sus artistas como en cualquier país europeo. Claro que cuando se entrevista a una diva como Karima Skalli -algo así como la Pantoja de Marrakech- uno no puede esperar nada más que el halago fácil.

A lo mejor el país africano es tal y como lo retrata Fermín -o Oum, o quien quiera que lo haya dirigido- y puede que la intención de su autor fuera realizar una exploración estrictamente musical, pero si el cine documental sólo puede dar esto de sí en manos del eterno explorador comprometido, me quedo con las ficciones de ‘Nadie sabe nada de gatos persas’. La misma Oum afirma que “el artista es el observador contemporáneo”, pero si esa -algo pretenciosa- cita fuera cierta, en su boca y ese contexto suena a slogan de camiseta.

En detrimento del tercer documental, ‘Queen – Days of our lives’, optamos por acercarnos al concierto de Slim Cesna’s Auto Club, un grupo idolatrado por Jello Biafra (muy fan también de Negu Gorriak, por seguir hilando), que volvió a recuperar el sonido sureño del primer día. La banda parece formada por los descartes del álbum familiar de los King of Leon (véase el docu), unos rednecks que hacen countrypunk para telepredicadores galácticos. Lo increíble es que podían sonar simultáneamente a los Corizonas, a The Beasty Boys, a The Riff Truckers, o incluso, a Thee Brandy Hips!

Autor: Angel Aldarondo