Lo principal, el Principal.

Arrancamos con el primer de los dos textos que le vamos a dedicar tangencialmente al concierto del Bill Callahan del pasado sábado en Donostia. En este primer capítulo, abordaremos la conveniencia de recuperar los usos musicales del Teatro Principal donostiarra para conciertos de este tipo.

Tras su derribo en 1930 se levanta el edificio que hoy conocemos. Actualmente es sede de una programación estable de teatro así como de las actividades de La Semana de Cine Fantástico y de Terror y Nosferatu”. Así define la página oficial de Donostia Kultura su emplazamiento de la parte vieja donostiarra. Y esos son actualmente sus usos habituales: Cine y Teatro. La música, por distintos motivos, voló hacia otros lugares: Kursaal, Teatro Victoria Eugenia, Gasteszena, Casas de Cultura,…

Siempre aplaudiremos la propuesta frente al local, la posibilidad de ver un acto interesante o atractivo frente a las posibles pegas/virtudes del espacio seleccionado. Por ello, frente a decisiones de otro tipo (necesidad de ocupación, posibles comodidades), nosotros elegimos el Teatro Principal como tablado ideal para las músicas suaves, no estridentes, poco eléctricas.

Porque la sonoridad del Principal es mucho menos brillante que la de su primo Victoria Eugenia. Y qué decir del Kursaal, la fiesta del resplandor. Espacios reinaugurados con las más modernas novedades y que buscan abarcar de manera sonoramente ideal el mayor número de actos: Operas, Cuartetos Barrocos y conciertos de Estadio encajados en cubículos más pequeños por la crisis.

Nada que objetar. Mejor abarcar el mayor número de actividades. Es preferible emplear materias de espectro abierto, maderas de amplio empaque sonoro y materiales que se adapten tanto a las modas actuales (sonido luminoso, agudo y bien elevado de volumen) como a los actos más “antiguos”.

Pero eso no debe cegarnos y abandonar nuestras gozosas particularidades. Miren sino a Inglaterra o Madrid, donde no tienen reparos a la hora de recuperar los viejos teatros para eventos melódicos. Quitando sillas para mayor dinamismo – y ocupación-. Y, esto es lo importante, aprovechando los detalles auditivos de esas maderas ya ennegrecidas, esos telones roídos o los asientos de gruesos respaldos. El espacio ideal para, por ejemplo, la tersa dulzura y elevada contención emocionante de Bill Callahan. Como lo fue para la actuación de Lambchop.

Lo decíamos antes tangencialmente. Entendemos perfectamente que los nuevos espacios sean multidisciplinares. Que deban justificar una inversión fuerte con una ocupación constante. Y no pedimos que ahora todo se haga en el Teatro Principal. Tan solo solicitamos que se tengan en cuenta las virtudes de los antiguos espacios públicos.

9 comentarios en «Lo principal, el Principal.»

  1. yo creo q es un sitio totalmente a reivindicar y recuperar, bonito, con encanto, y buen sonido.

    además q abriría el abanico de artistas que podrían pasar por donosti.

  2. Eso! Que hay que ver qué bien sonó el concierto de Bill Callahan…si parecía que nos cantaba a cada uno de nosotros…o que estábamos inmersos en la profundidad de su garganta…

  3. Fíjate qué bien quedaría un Ron Sexsmith en el Principal, ahora que viene a Bilbao. Por ejemplo.

  4. Sí, creo que son esa serie de conciertos más delicados, no muy masivos, de sonoridad personal (el siguiente post va de eso),…los ideales para este teatro

  5. O Richard Hawley, por seguir soñando. Ya está usted tardando con ‘Lo principal, el Principal: el retonno’.

  6. no se olviden de los posibles teloneros/as (ejem…me incluyo en la lista) locales y de alrededores que también saldrían ganando, entre otras muchas cosas, una alta autoestima 🙂

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