Going underground

Primeras visitas, alguna de ellas muy satisfactoria, al Dock of The Bay, festival que invadirá de música proyectada nuestra capital donostiarra durante toda la semana. Un certamen que este año ha calado más que la lluvia caída. Las primeras sesiones rozaron el lleno del Teatro Principal. Y la proyección de hoy de Janis Joplin ha agotado taquillaje – a la espera de las entradas de urgencia que promotores planean sacar hoy-.

Dock 16 se estrenaba con Cant Stand Losing you, la visita del guitarrista Andy Summers a su grupo The Police. Fotos, ensayos, viejas grabaciones, estudios de grabación en el Caribe y el gélido caminar de una gira de reunión – horripilante eso de acabar un concierto y meterse directamente cada uno en su limusina- sobre una banda que llegó a la cima del mundo para, una vez más, acabar sus miembros en la antípodas de la amistad. La película incluye uno de los momentos del certamen, el del karaoke en Japón. Y si no te gustaba Sting después de esta película lo odiarás, no tanto por la visión del guitarrista sino por el retrato de megaestrella.

Cuánta diferencia con el dedicado a los Jam “The Jam: about the young idea“. Aún siendo británicos, no hay Commonwealth que los empaste. La película del trío de Woking tiene un ritmo velóz que hace que los 90 minutos de duración pasen en un vuelo. Como las canciones de la banda, puro nervio punk de cortinajes soul. Cada uno de los integrantes aparece entrevistado por separado – los litigios aún perduran, al menos en la mente- y el film cuenta con aportaciones más o menos anónimas de gente a la que los Jam le ha cambiado la vida. Hay escritores, fotógrafos, fans orientales, guionistas, músicos, directores de publicidad, actores (Martin Freeman) y alguna que otras sorpresa, como el papel del “nipple erector” Shane Macgowan en el devenir de la banda.

Viendo las dos es sencillo sentarse a pensar en el poso que uno y otro han tenido en nuestra vida. Mientras Police pudo ser la forma de integrarnos en la sociedad popular, The Jam fue la forma de pulir nuestra diferencia y capitalizar nuestra rabia juvenil. The Jam era la banda que te daba ganas de montar un grupo, escribir, o leer poemas. Police el grupo con el que ligar en los bares de bolas de espejo.