Eres el mejor, Amat

Siempre es curioso el momento de leer un libro. Depende de tantas cosas, más allá de las letras, que las mismas oraciones te pueden purgar o condenar. Sorprender hasta el punto de pensar que te han estado mirando por una mirilla. Kiko Amat no falla.

Lo primero que me chocó de “Eres el mejor, Cienfuegos” fue la temática. No tanto por ser más o menos manida, sino por caminar a pocos pasos del protagonista de “La Gran Belleza”, película que vi esta semana pasada. Con sus diferencias, clarostá: Lo que en Roma era sofisticación en Barcelona es arrabaleo. Kalimotxo, no Martini. Caídas a los socavones, no cálidos paseos por las aceras. El segundo paralelismo lo encontré con el “Fantasmas” de Palahniuk- recién entregado en la biblioteca- y su forma de nombrar de manera despectiva a los personajes. Capullo Capullez. Un guiño, sin duda.

Cienfuegos ejemplifica de manera demasiado cruel la crisis de los 40, el salto sin red hacia atrás, que todos hemos sentido en carnes propias o pieles cercanas. La primera hoja del texto ya marca a fuego la línea argumental principal. El resto es tan fácil como dejarse caer.

Quizás por la edad elegida, quizás porque el autor ya gasta esos años, la prosa popera no es tan fresca como en “Rompepistas” (a todos los gustan más las maquetas, Amat, hazte cargo). Pero sí más aguda y afilada. Algo más agria, pero porque las crisis mandan. El trasfondo paralelo se apoya en un 15M que, como el protagonista, acaba de manera ideal. Lástima que esto solo sea factible en el caso de Cienfuegos.

PD: En la lectura del libro se han escuchado con mayor o menor atención canciones de Bill Ryder Jones, MBV, Bassmatti & Vidaur, Elliott Smith, AMA, Max Richter, Nick Drake y Looper.