El bukos por montera

Llenazo absoluto para ver el show «El mundo por montera» de Rodrigo Cuevas en Donostia dentro de la programación del Poltsiko Antzerkia municipal. Un programa que, al menos en este pase, hizo honor a su nombre y se metió a la gente en el bolsillo. La cuesta de Egia se enfiló esperando que abrieran la puerta del histórico bar para presenciar el segundo pase del autor astur, quien ya atestó la sala Altxerri la víspera.

Ya imaginábamos que habría gente al calor – literal, qué sofoco- del Bukowski donostiarra, pero aquello parecía el primer día de venta del Iphone X o las viejas hileras para hacerse con un ticket de un evento en un estadio. Algo que, sin mucho problema, bien podría hacer este agitador folklórico, El Prince de Vericiu.

Huelga decir que cuanto más coqueto y cercano sea el sitio más se disfrutará de Cuevas y sus brincos linguísticos despendolados. Ya le vimos en la terraza de Tabakalera merendándose con patatas el hierático aplaudir guipuzcoano cual chuletón de sidrería. Y le imaginamos triunfador en el escenario principal de las fiestas de Oviedo. ¿Mas por qué sale victorioso sea cual sea el campo, como una Lorena Álvarez de las tierras altas?

  • Porque reinventa la tradición. Esta frase, que queda siempre bien en las biografías y presentaciones de los eventos, se cumple en este caso. Emplea el cuplé para desmelenarse, canta cosas de los vaquerus con solo un pandero, muestra el suyo entre bailes imparables para recuperar una fábula. Y lo hace de idem, sampleando a Tino Casal, soltando un tecno o recuperando historias eternas de amores y desencuentros.
  • Porque el hombre derrocha humor en los temas y entre ellos. Inclasificable en el sentido de que es transgresor y educado, libre pero galán, ácido pero certero. No da puntada sin hilo el condenado, buscando las cosquillas de la gente, vacilando con arte y esmero y recuperando ideas -naturales, orgánicas, comunicacionales, amorosas- un poco olvidadas con un ingenio sin par. Defendiendo los morreos, las rondas (cantoras) y la vida calmada. Él, que es un guindilla social.
  • Porque se la sopla el idioma. Ahora que el bable/asturianu está tan manido por gente que no lo hila el autor se canta varios temas en dicho idioma sin que la gente deje de gozarlo. Afortunadamente los actos culturales más interesantes siguen lejos de las charlas de los políticos. Y qué decir de su tema en euskera, un hit absoluto mundial global supraterrenal justo y necesario.
  • Porque canta de manera espectacular. Que el encaje y la chanza no les impidan ver el bosque de tonos elevados y afinados que salen de la garganta de este gran cantante.
  • Porque aguanta los pases. El primero sorprende, y los siguientes confirman sin dejar de divertir. Teniendo la habilidad de cambiar frases y pareados de un día a otro. La única pega: quizás por el calor reinante, por ser domingo o por no estar nosotros de pingo, las dos horas se me hicieron un poco largas. Pero no duden que iremos a su siguiente cita. Nunca viene mal que le espabilen a uno entre risas y antiguas tradiciones modernizadas.