La belleza de las esquinas

ibon rg

En lo que pronto será, nuevas leyes mediante, un escenario para un cortometraje que hable sobre el pasado cultural de nuestra región actuó ayer el artista sestaotarra Ibon RG (o “errege”, “rey”, como tuvo a bien presentarle el speaker inicial). La Bodega, taberna hernaniarra que aún aguanta los envites turísticos de los sidreros, se engalanó para una de las pocas citas culturales que a día de hoy organiza. Pocas, sí, pero muy selectas.

Ibon, hasta ahora lugarteniente de grandes autores (Mursego, Xabier Montoia) y con una magna carrera en los mundos de la improvisación y la experimentación ajena a los ojos más mundanos, acaba de publicar “Hil Zara”, disco doble que reparte sus vinilos entre los cantos a capela y las canciones de ligera instrumentación.

Un concepto que en el homenaje a Artze  y marcado por su sombra, resultó más… ¿violento? ¿extremo? pero que en La Bodega, ya (con)centrado, fue una auténtica maravilla. Porque Ibon ha hecho un disco distinto. Precioso. Y no tan agresivo en directo como se pudiera intuir. Es puro, en el sentido de crudo y sencillo. Sushi para nuestros oídos.

El autor alternó sus sones entre sentadillas al piano y erguidas vocalizaciones puras (+ algunos sonidos que venían de un cliente jugando al «bingo» del bar). Y es en los bordes, las esquinas, donde más se goza de Ibon – y de la vida-. Por distinto, por elegante, arriesgado, vivo y propio. Con unos cantos sin micro en los que su cuerpo también habla, farfulla, se contorsiona ligeramente, tararea o modula. Con una gran voz, recia, potente, que permite que sus entrañas hablen. Tripas que a veces aúllan y otras reconfortan con un pop maravilloso. A veces lo que nos estimula es escapar de lo habitual, y ahí está Ibon para acompañarnos.

Quienes sufrimos de “horror vacui” interpretativo llenamos los huecos que quedaban más allá de su tono para imaginar cantos rusos, operas, coplas y otros estilos que el pueblo llano ha empleado para expresar sus inquietudes. La cosa funcionaba, como funciona si no haces nada de eso, te paras a disfrutarlo y te lanzas a las raíces de la Euskadi tradicional, esa que, de alguna manera, ibon está retocando, amoldando e implosionando con sus nuevas pedaladas. Con sencillez y franqueza. Inspirado(r). Sin imposturas ni efectos añadidos. Por eso (también) se disfruta de sus conciertos. Ibon ha levantado la mano y nos saluda con este primer álbum que permitirá un placer sano y excitante.

Si eres autor y no sales de uno de sus conciertos queriendo que Ibon te produzca el siguiente disco es que no tienes sangre. Ahora tocará preguntarle a él cómo se pronuncia bien su nombre artístico, y añadirle en la nueva remezcla o versión de «eusnob».

Ibon Rg “Hil Zara” se puede adquirir en Repetidor y en los conciertos del autor