Entrevista a Cohete: Llévalos a tocar a tu boda

A las puertas del concierto del trimestre, Marlon Brandy pilló por banda a los Cohete y les hizo un taco de preguntas que ríete del pavo que presenta el Debate sobre el Estado de la Nación.

Vamos sin mayor dilación al tema, no sin antes adelantar apesadumbrados que nos fue imposible entrevistar a los ocupados Espanto…

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Entre todos los grupos que están reverdeciendo el indie nacional, Cohete representan la parte más divertida y festiva.

El primer disco de estos madrileños es una colección de canciones que no se acaban, que van y vienen llenas de melodía y vitalidad, dibujando estrofas que cualquier otro querría para sus estribillos.

En composiciones de dos minutos les da tiempo a jugar con descaro, de citar a XTC y los Soft Boys, a parecer a veces los Feelies tocando “fa Cé-La” o a rivalizar en frescura con Vampire Weekend cuando éstos olvidan África y juegan a ser genios del pop pequeño.

Existe además cierta irrevencia lírica, un descaro e ironía muy madrileños en las letras, jugando como muy pocos con las frases hechas y las imágenes de lo cotidiano. Tocan este sábado en la Casa de Cultura de Okendo, junto a los también imprescindibles Espanto, en la que para servidor es una de las grandes citas musicales del año en Donosti. Además, puedes descargarte su disco (y su EP previo, producido por Ibon Errazkin) por la filosa desde su Bandcamp.

Se va a cumplir un año desde que salió el disco. ¿Cómo habéis vivido estos 12 meses? Desde fuera se ve como el trabajo de una hormiguita, haciéndoos poco a poco hueco en el panorama.

Urs: 4 hormiguitas para ser exactos, a las que le falta la reina que les dice dónde ir. Pero el camino es el destino, o algo, no nos hace falta hormiguero… y nos han tratado muy bien, por lo general.

Enrique: Han sido 12 meses increíbles; mejor imposible.

Os leía alguna entrevista en la que hablabais de una actitud muy natural. Y creo que el disco lo es, pero de forma muy curiosa, huyendo sobre todo de estructuras obvias. ¿Esta forma de hacer canciones no responde a un pacto previo, en el sentido de «vamos a intentar a hacer las canciones así»?

Urs: El pacto es que nunca habrá pacto. Las canciones han salido así, algunas sin esfuerzo, otras con mucho pero sólo se dan por concluidas cuando se sienten a gusto y sin camisa de fuerza. Es lo que entendemos por natural.

Enrique: No somos nada pragmáticos a la hora de componer ni de arreglar. Nos sale de manera natural llegar al local con una canción, enseñársela al resto, tocarla un poco para ver cómo le sienta al grupo y acabamos las que más nos gustan. Incluso cuando una canción está más que acabada y grabada, le buscamos las vueltas para que no sea siempre igual, vamos sacando arreglos, voces… algunas de repente empiezan a flojear, otras repuntan.

Veo que no siempre lleváis al directo la sección de vientos. ¿No se resienten las canciones? En el disco acaban siendo ingrediente fundamental.

Urs: Je, nos tememos que sí se resienten un poco, aunque también creemos que se valen por sí solas, sin arreglos. El caso es que nos gusta más tocar con vientos, pero no puede ser siempre. La economía manda.

Rodri: No sabes el buen rollo que nos da poder contar con ellos. Siempre que se puede, metales, ¡sin duda!

Enrique: En cualquier caso hemos tocado con vientos prácticamente en casi todos los conciertos del último año.

No he visto que se resalte mucho en las críticas que he leído, pero me parece que a las partes instrumentales les dais una importancia total, tanto como a las melodías de voz. Pienso en «Matrimonio», cómo van llevando los vientos la canción de estrofa a estrofa, o «Yo siempre gano».

Urs: La melodía es importante, sea de voz o no. Es cierto que en el disco no hay un predominio total de la voz y en general nos gustan las melodías múltiples. Pero también puede ser que eso cambie en el futuro, no se sabe, no lo sabemos.

Enrique: A mí me parece que se puede decir lo mismo con voz que sin voz. Hay partes que necesitan silencio, dejar que cada uno se imagine lo que sea. Como cuando se grita eureka, yuju o hurra, que no quiere decir nada más que ‘alegría’. Un arreglo bonito deja abierta al oyente la interpretación de lo que está pasando. A mí me gusta eso y lo aplico sin pensarlo dos veces.

Ya que vais a tocar en Donosti, la pregunta toca: ¿cómo fue la conexión con Ibon Errazkin? ¿Os influyó para Cohete vuestra participación en «Pío-pío»?

Urs: Ibon ya nos dio algún consejo sabio en la grabación de nuestro primer EP y anteriormente le gustó nuestro grupo precursor Detergente (de hecho, sospechamos que más que Cohete), así que la conexión ya existía. Ibon es un crack, venga a cuento o no, y nos encanta lo que ha hecho en el pasado y lo qué hace en el presente. Y otra cosa: nos gustaría tener un fan dueño de un bar de pintxos en Donosti, a ser posible. Gracias.

Enrique: Grabar con Ibon y Teresa fue muy divertido y es curioso ver cómo trabaja cada uno en su asunto, pero en cuanto a método no hay mucho que yo pueda trasladar a lo mío. Son las canciones lo que influyen de verdad y bueno, aun cuando no solemos tratar de imitar a nadie, sería imposible tratar de copiar lo de Single. Son los mejores.

Rodri:  Es amigo desde hace tiempo y lo demostró echándonos una mano con la grabación y mezcla de “Simulacro EP”…como hay buen rollo, poco después participamos Enrique al bajo y Rodrigo a la batería en la grabación de uno de los temas de “Pio Pio”, ¡una obra excelsa!, como Teresa y él.

Urs: Y otra cosa: nos gustaría tener un fan dueño de un bar de pintxos en Donosti, a ser posible. Gracias.

Las letras me dan la sensación de que tienen un pie en lo cotidiano, pero el otro lo hunden hasta la rodilla en el surrealismo. La formula es perfecta en mi opinión, pero, ¿cómo lo veis vosotros? ¿Qué os inspira para hacerlas?

Urs: Tú lo has dicho, no se pueden definir mejor. La vida cotidiana también es cierto que puede ser muy surrealista, aunque suene a tópico y parezca una contradicción. Aunque en el fondo creemos que la parte no-costumbrista de nuestras letras tiene más amor por el juego y por las imágenes que surrealismo, pero bueno, habría que mirar cómo lo define el diccionario… Las ideas para las letras pueden venir de la necesidad de desahogarse, de una frase que has oído en el autobús, de un artículo de periódico, de una entrevista.

¿Y qué opináis sobre lo del toque tropical que dice tanta gente? Yo, si lo veo, es de forma muy tangencial y, en todo caso, a la manera en que lo podían tener Orange Juice o así.

Urs: Opino que opino cómo tú. La única canción dónde veo algo «tropical» (que por otro lado es cómo decir «africano», un sinfín de músicas muy diferentes entre sí) es El Club Cocina, y eso que no estaba pensado que saliera así. Orange Juice por otro lado no me parecen tropicales en absoluto, si son de Glasgow.

Enrique: Manuel Machado, que es cubano, fue el trompetista en todas las canciones, y eso le da cierto aire tropical. Si me apuras, a veces me sonaba más a rollo Tijuana Brass, que era una bonita mezcla de dos mundos.

Rodri: Todo lo que nos gusta es siempre honesto y muchas veces vitalista, y lo tropical, aún con muchos matices, suele tener un punto de frescura, así que algo se nos habrá pegado. Estamos montando una banda para banquetes…

Si no os importa, me gustaría detenerme en algunos detalles del disco. El primero, así más global, es la secuenciación. ¿Le distéis muchas vueltas? Creo que las canciones tienen el orden perfecto, mejoran el conjunto.

Urs: Oh, gracias amigo. Le dimos vueltas pero no muchas.

Enrique: Creo que fue Ramiro el que lo tuvo claro. Pasó un boceto de orden, creo que cambiamos una por otra y ya está.

Rami: La verdad es que pensamos el orden en función del vinilo, viendo cuales eran buenos principios y finales de cara. El resto de las canciones fueron acomodándose como fichas de Tetris. Creo recordar que solo hubo una pequeña permutación de temas, lo demás fue consenso absoluto.

¿Con cuántas pistas llegasteis a trabajar? A veces descubro guitarras que se me habían pasado en las 15 (!!!) primeras escuchas.

Urs: Jaja, ¡si has escuchado el disco más veces que nosotros! Es difícil decir, porque acumulamos mucha basura en las pistas también, cosa que tienen en común con nuestro local de ensayo. Así, pistas que se quedaron, buf, pueden haber llegado a las 30, diría yo. ¡Dios mío! El próximo disco en cuatropistas, eso está claro. «Súbeme el piano» y «Pero si me tapa el punteo, infeliz» es un diálogo que ilustra bien el ambiente en algunas fases de la mezcla.

Enrique: Había muchísimas pistas grabadas, herencia del desorden reinante en las sesiones de grabación, donde no había un técnico Führer que dijera ‘Fuera, no vale’ o ‘bien, lo tenemos’. Vamos, que no había técnico, sólo nosotros tocando y usando el ratón a la vez. Pero al final no hay tantas arriba. Hay algunas automatizaciones y aparte de las guitarras, pues muchas voces y vientos por doquier también.

¿De qué trata «El plan»? Tiene uno de esos versos que decía, de darle una vuelta de tuerca a lo cotidiano («tus quejas las quiero por escrito»).
Enrique: Es un diálogo de besugos entre jefe y empleado. El besugo mayor es el jefe, claro.

«A veces es mejor no pensarlo tanto» es casi un himno generacional. Al menos lo ha sido en mi cuadrilla, llevamos un año cantando con optimismo eso de «basta ya de seguir el dictado de la mala costumbre» y lo de «hay que empezar algo nuevo». Supongo que es el impulso juvenil ese de romper con todo.

Urs: Romperlo todo es un impulso muy catártico, aunque tan juvenil no va a ser en nuestro caso, siendo todos nosotros treintañeros. Preferimos que sean otro más jóvenes que lo rompan todo a nuestro comando, es más seguro. Era un letra más autoreferencia, pero si la gente se lo toma como un himno generacional está muy bien. Qué cosa más rara.

Enrique: Es una canción que no tenía letra y que veníamos tocando desde hacía siglos de manera instrumental, haciendo papapa para dar a entender por dónde iba a la melodía de voz. Cuando estábamos a punto de acabar el disco, con toda la rabia de querer acabar ya y de dejar de retrasarnos, salió esto. Es una mezcla de varias ideas, en cualquier caso.

Parece además un disco divertidísimo de tocar en directo. ¿Pensáis en pasarlo bien al tocar cuando componéis? Hay veces que sale bien una canción con tres acordes, pero  luego es muy aburrida de tocar.

Urs: No, lo de componer es menos consciente en este sentido…pero sí, lo pasamos bien, no con todas las canciones por igual pero sí. Aunque también te lo puedes pasar en grande con una canción de tres acordes.

Enrique:  Yo me aburro mucho si tengo que tirarme toda una canción con 3 acordes, sobre todo si no canto. Lo nuestro es juguetear, buscarnos las vueltas, respondernos… genera un poco de tensión, porque es un arma de doble filo. Cuando quieres soltarte y dar un guitarrazo, no es tan fácil.

Es un disco del que estar muy satisfecho, pero, ¿tenéis alguna espinita clavada?

Urs: Estamos cubiertos de espinitas pero satisfechos. Las voces nos gustaría que hubiesen destacado un pelín más en alguna ocasión, a alguna canción le falta un poco de garra… en fin, es imposible hacer el disco perfecto.

Enrique: El sonido es muy mejorable. Las voces, como dice Urs, quedaron algo ocultas después de la masterización y no hubo tiempo ni dinero ni ganas de volver a mezclar. Hacerlo no creo que hubiera supuesto un gran cambio en la apreciación del disco. Bueno, mi madre juraba en arameo cuando lo oyó y dijo que la batería estaba altísima, que no se entendían las voces… A ella le gustaría un remix/remaster, je. Decía algo como ‘tanto tiempo para esto’. Jojo, qué razón tiene.

¿Qué os llevó a la autoedición? Las circunstancias han cambiado, tenéis nombre y supongo que ahora ya no os faltarían las ofertas. ¿Repetiríais?

Urs: Ahí te equivocas, no hemos tenido ni una oferta hasta ahora, ni decente ni indecente. Lo que sí tenemos es distribuidora, algo bastante importante, como creemos. Así que, sí, sí repetiremos si no hay alguna oferta muy suculenta en la mesa.

Enrique: Ya no sé que pensar. A veces pienso que es como el dilema de una empresa al contratar a un ejecutivo parado que está en la cincuentena. Quizá no crean que somos capaces de… qué sé yo, dar el callo, o puede que sea una simple cuestión de gusto. O bueno, será que pedimos un pastón. Nos complica la vida en ciertos aspectos, pero en otros estamos bien cubiertos. Contratamos lo que hace falta, el resto lo hacemos nosotros.

Sigo vuestra página en Facebook, y todo lo que recomendáis tiene un corte más o menos clásico, desde Dr. John a Jerry Lee Lewis. Me encanta, manejáis influencias que en general todo el mundillo indie desconoce e incluso llega a despreciar, lamentablemente.

Urs: ¿Quién es el blasfemo que desprecia a Dr. John? Nombre y dirección por favor. Es cierto que hemos puesto mucho rocknroll clásico, habrá que variar un poco más.

Enrique: Sí, ya nos han dicho varias veces que en el Myspace sólo hay influencias clásicas. Nos gustan bandas modernas también, pero sobre todo hay que respetar a los mayores.

Y, para terminar, ¿es el momento dorado del indie nacional? Pienso en Cohete, Punsetes, Charades, Extraperlo, Triángulo de Amor Bizarro, etc etc… Yo no recuerdo propuestas tan distintas y tan ricas en un mismo momento en España. ¿Qué os ha gustado últimamente?

Urs: Uy, lo del momento dorado lo dicen mucho y lo han dicho mucho en el pasado, es difícil decir. Nos ha gustado mucho el último disco de Bigott, por ejemplo. Los Claveles nos encantan a algunos… Hay muchas cosas que no hemos escuchado todavía. Sin embargo, tan variado no veo el panorama, ahora mismo no se me ocurre a nadie totalmente inclasificable.

Autor: Marlon Brandy

10 comentarios en «Entrevista a Cohete: Llévalos a tocar a tu boda»

  1. Gran entrevista, Marlon…
    Mola que hagan autocrítica, a mí también me pareció que las voces se oían en segundo plano… Ayer, sin ir más lejos, me di una vuelta por la calle escuchando el disco con cascos, y costaba un huevo distinguir las letras.
    No queda del todo claro si en Donosti actuarán con metales pero yo también lo veo imprescindible. Constituyen, al menos, el 37% del encanto del disco…
    Pues eso, lo dicho: zorionak!

  2. A mí no me molesta lo de las voces así. De hecho creo que hasta lo prefiero. Me pasa igual con el de Klaus & Kinski 🙂

    Y gracias!! Nos venom allí, no?

  3. Mmm… No tengo ni idea de casi nada, y mucho menos de producción musical, pero me sigue pareciendo bajo el volumen de las voces, a veces tengo que hacer un esfuerzo por entender lo que cantan, ¡y lo hacen en castellano! También es cierto que soy un poco duro de oído…
    ¡Nos vemos allí el sábado…! Si es que salís vivos hoy del Bukos.. 😉

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