El maldito individualismo del siglo XXI

De acuerdo hasta en los puntos y coma

El otro día actuaron The Bats. Aunque odio esta calificación, este combo es una banda verdaderamente mítica.

Mítica y representativa de un pasado no muy lejano, cuando las guitarras se utilizaban para crear canciones preciosas. Cuando las voces se mezclaban con las melodías para ofrecer auténticas gemas.  The Bats nunca habían pisado suelo español.

Y, por fin, mi sueño se hizo realidad. The Bats venían a las puertas de casa. Un momento único. Llega esa fecha y, mira tú por dónde, coincide con un partido de fútbol importante. Pero no debería haber sido un impedimento para ver la sala llena a rebosar

Nada de esto ocurrió. Muchas de las personas que deberían haber estado allí decidieron quedarse en casita. No lo entiendo. No sólo deberíamos vernos en la obligación de apoyar iniciativas sino que, moralmente, ningún amante del POP debería haberse perdido este acontecimiento.

Y la cosa no acaba ahí. Últimamente he acudido a sitios minúsculos en donde se han celebrado eventos esenciales (Fiestas Birra y Perdiz, por ejemplo) en donde, prácticamente, estábamos allí los amigos de siempre.

¿Qué narices está ocurriendo? No sólo me mosquea el desinterés por descubrir propuestas innovadoras e interesantes, algo que se plasma en toda su crudeza en la bajada impresionante en las ventas de discos, sino que incluso las actuaciones y la capacidad para atraer nuevo público a este tipo de reuniones se está haciendo cada vez más difícil.

He estado dando vueltas en mi cabeza sobre el por qué de este penoso reconocimiento a este tipo de acontecimientos y he llegado a la conclusión que la culpa de todo ello es el maldito individualismo del Siglo XXI.

Hubo un tiempo en donde en esta ciudad había programas de radio seguidos por todos, en donde se pinchaban una y otra vez los temas interesantes y servían de escaparate a, entre cosas, los conciertos que se organizaban. Pero ahora no existe nada de eso.

Hay una atomización de webs, de radios, de consumo personal e individualizado de los productos que no reúne a las personas, sino que las aísla en un entorno en donde sobra la información y falta el espíritu colectivo. Vivimos en un en un mundo de despersonalización, de pseudónimos, de comentarios anónimos, de desprecio a todo y todos.

Estamos en un entorno en donde no valoramos un disco, una canción o un concierto en su justa medida, en donde las modas son cada vez más efímeras y los hypes duran lo mínimo.

Y así no vamos a ninguna parte. Ya es tarde para lamentarse, porque los conciertos ya han pasado, pero luego vendrán los lamentos y las penas cuando la gente se acuerde de aquella sala que cerró por falta de apoyo colectivo.

17 comentarios en «El maldito individualismo del siglo XXI»

  1. Totalmente de acuerdo ahora mismo es bastante dificil reunir a gente para este tipo de eventos «de familia» o «exclusivos». Parece que la gente prefiere ir a Festivales multitudinarios, con muchos artistas, mucha gente …
    La verdad yo siempre he preferido los eventos «de familia»; algunas veces es dificil acudir a ellos por temas laborales, distancias, fechas etc.
    Pero creo que gracias a internet y su difusión se podria informar de estos eventos. Quiero pensar que todavía quedan «personas del rollo».
    La peor enfermedad del Siglo XXI es ésa que diagnosticas, espero que los creadores de tales eventos no pierdan la ilusión.

  2. maldito progreso!!!
    y eso lo escribe un blogger? de verdad que no entiendo esos pucheros postmodernos, «la culpa de todo la tiene el maldito individualismo». La culpable eres tu, srta Pulla, y tu Love, y yo, y yoko-ono, pero no el «individualismo». Menos ciberpataleta, el que no comulgue con la evolución que venda su módem y cambie el mundo, aunque solo sea el suyo.

  3. iba a preguntarte lo mismo.
    lo he repasado por si acaso, y parece escrito en 1988 por un adolescente.
    quizá me estoy pasando, pero es que mis aitonas viajaban para visitar a sus familiares y amigos, costumbre que murió con el maldito invento del teléfono!
    y el invento del vinilo? de pronto la gente ya no iba a salas de conciertos, se compraban los discos y se quedaban en casa, qué horror…

  4. La verdad es que los Birra y Perdiz tampoco ponen mucho empeño en anunciar y difundir sus «eventos». De uno de los últimos -en Barcelona- me enteré a posteriori. Y la página web da la sensación de que la tienen medio abandonada. Qué pena, sobre todo por los grupos.

  5. Pero la verdad es que la gente sólo quiere macro conciertos, macrocenas y macroestupidez en general. Besos!!

  6. aparte de cuestiones sobre que cada uno elige libremente como administrar su tiempo libre (que, recordemos, es escaso), no entiendo muy bien ese rollo de maldito individualismo, me parece un cliché!!!

    precisamente el rokanrol, y todas sus derivaciones (el POP especialmente) son la quintaesencia del individualismo, y no digamos el hecho de tener un blog!! todas esas cosas que nos hacen diferentes de los demás y llevarlas como bandera, no son acaso un claro ejemplo de individualismo?? Qué es preferible, un comunitarismo completamente uniformizador??? El espírito colectivo que pueda encontrarse enlos conciertos y en las escenas en general, no son más que individualidades afines!! y si se trata de afinidades cada vez más minoritarias, pues el problema es otro!!

    tengo la impresión de que la cuestión no tiene nada que ver con el individualismo, digamos apatía, digamos indiferencia… pero es que no tiene nada que ver!!!

    además la nostalgia suele ser mala compañera… tampoco es cuestión de rememorar los tiempos en los que conseguir música era complicadísimo, digo yo!!!

    saludos críticos 😉

  7. es la idiosincrasia del indie-vidualismo.

    me pregunto cómo afectan los ters últimos párrafos en los fans de Estopa.

  8. algo parecido ocurrió con Maga hace unos años en donosti, se anunció el concierto y al final se suspendió por falta de venta de entradas, una lástima.

  9. Me encantan las apreciones aquí vertidas.

    En primer lugar, me ha gustado que traten el tono del post como de «berrinche adolescente», porque, realmente, es lo que siempre he pretendido: mantener esa especie de TEENAGE ANGST que nunca debería perderse, si no queremos convertirnos en seres aburridos, conformistas y acomodaticios algo que, por otra parte, es la vía que parecen seguir los jovencitos actuales: la ley del mínimo esfuerzo, lo más fácil, el todo hecho.

    De todas formas, algo me dice que muchos de los que se han sentido aludidos de una forma u otra son aquellos que tienen callos en los dedos de utilizar los servicios de descarga gratuita de lo que sea (sin comprar el artefacto físico después, claro está) y los que jamás saldrían a la calle a un evento musical más o menos minoritario por pura vaguería.

    Todo ello en aras del progreso, claro está…

  10. Y vino Dios y dijo:

    Los neoluditas se disfrazarán de antiguos revolucionarios y caerán presos de la falsa nostalgia e imaginarán un pasado de colectivismos, maniobras sociales revolucionarias y conciertos underground a los que iba todo dios (los otros dioses).

    Y en su pecado se convertirán en los amish del indie.

    (Del libro de los dolores de ser puro en el corazón)

  11. amen.
    si los neoluditas esos tomarán la forma de quinceañeras repartiendo estopa (barkatu K jauna) en un blog de gafapastas, bienvenidas sean.

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