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Etiqueta: The Limiñanas

Andoaingo Rock Jaialdia: Rock and Roll en la plaza del pueblo

En la exitosa nueva edición del festival musical destacaron los conciertos de El Drogas y The Hanging Stars

“Vamos a tocar un rock and roll a la Plaza Mayor”, cantaban Tequila en su éxito de 1979. Y cerca, muy cerca de la Goiko Plaza de Andoain, en la explanada de la Nafarroa, volvió a celebrarse ayer una nueva edición del Andoaingo Rock Jaialdia. Un certamen de entrada gratuita que busca acercar a esta villa guipuzcoana algunas de las formaciones más interesantes del mundo guitarrero.

El sábado arrancó con la actuación matutina de diversas formaciones musicales guipuzcoanas (Natural Project, John Dealer & The Coconuts, Ramada Inn) en distintos espacios del pueblo. Pero fue pasado el menú y la sobremesa cuando el programa sacó los galones. La banda navarra Melenas fue la encargada de cortar la cinta con el clima del caracol (lluvia y sol) sobre nuestras cabezas.

Ellas fueron la oferta más juvenil del cartel –y probablemente del lugar-. Su música llegó oscura, vaporosa, cavernícola a ratos, garajera y directa. Las canciones, de corte pop, fueron aplaudidas por un respetable que confirmó la idea de que si la banda es atractiva poco importa la hora a la que se les programe. Tras su despedida llegaron los londineses The Hanging Stars. Un grupo al que las melodías maravillosas se les caen de los bolsillos. Su country dulce y distinguido llegó vitaminado, con cierta chulería británica en los cantares (Paul Weller) y cortes que a veces eran campestres y otras más sicodélicos. Siempre con los sonidos de la Costa Oeste norteamericana (Crosby, Still & Nash) en la mente.

Tras lo ensoñador llegó lo enrevesado de la banda -gailu. Con un par de andoaindarras en su formación (Mikel y Eneko, de los Ábrego de gran raigambre en el pueblo), la propuesta del combo viajó más libre que una hoja en un vendaval. De fondo lineal y gran relevancia de una voz que buscaba la sinuosidad, sus tonos fueron del hardcore a la música de baile.

Esta crónica de urgencia viajó hacia el papel con los primeros guitarrazos del concierto de Enrique Villareal “El Drogas”. El pamplonica anunciaba una actuación en la que convivirían canciones propias con otras de Barricada, siendo la suya la presencia más urbana y cazallera del certamen guipuzcoano. Quedaban aún por salir Parlor Snakes y el nombre más afamado de la cita, The Limiñanas. El grupo francés, una formación impactante y sideral, fue el encargado de estirar el cierre del Andoaingo Rock Jaialdia hasta las primeras horas de la madrugada del domingo.

Andoaingo Jaialdia 2017: una celebración rockera

El festival guipuzcoano celebra su décimo aniversario con una fiesta en la que destacan The Bevis Frond y Ebbot Lundberg.

Parece que fue ayer cuando la Nafarroa Plaza de Andoain acogía lo que sus carteles definían como “una gran noche de rock”. En aquella primera edición se podía encontrar una muestra de todo lo que vendría después, esa mezcla de aciertos locales, pelotazos nacionales y bandas de gran fama internacional: The Maharajas, The Dirtbombs o Lisabo inauguraban el evento.

El resto de años entre aquel y este que nos toca vivir volvieron a unir estrellas foráneas (The Chesterfield Kings, Roy Loney, The Pretty Things, The Undertones, The Bellrays) con lo mejorcito de nuestra casa (Lie Detectors, The Lookers, Jupiter Jon). Y todo por la patilla, gracias al Ayuntamiento de Andoain y el resto de colaboradores.

Para este año, y por el mismo precio, Andoaingo Jaialdia se trae a unos suecos que adoran a Los Pekenikes y bandas que han colaborado con miembros de New Order, en un cartel que arranca a las 18:00 horas y se extiende hasta primera hora de la madrugada.

La jornada del sábado arranca con Belarminak. El cuarteto presenta su álbum “Haztearen izerdia”, un trabajo que encabrita las calmadas melodías con las que les conocimos. Tras ellos llegará el grupo Peralta y su veneración por el legado del rock clásico americano, el power pop y el folk.

La leyenda rockera australiana Penny Ikinger tomará el escenario andoaindarra poco antes de las ocho de la tarde. La dama se ubica en algún punto entre las “femmes fatales” del pop y la rabia de los sonidos distorsionados. El ahora sexteto francés The Limiñanas arribará después con un marcado aire sicodélico que ha ido suavizándose con elegancia. En “Malamore”, su última publicación, colaboran Pascal Comelade y Peter Hook (New Order), y sus canciones las remezcla Andy Weatherall. Casi nada.

The Bevis Frond es uno de lo nombres potentes de la noche. El histórico compositor inglés Nick Saloman lleva más de veinte discos en la maleta. En todos ellos este sexagenario borda melodías que le sitúan entre Jimmy Hendrix y el sonido de la costa oeste norteamericana, pero con ese toque británico tan característico en estas lides creativas.

Y como cierre de la jornada llegan Ebbot Lundberg & The Indigo Children. El que fuera miembro de bandas tan importantes como Union Carbide Productions y The Soundtrack Of Our Lives regresa a Euskadi para presentar “For The Ages To Come”, un delicioso CD folk-rock de amplias miras. Como curiosidad, el disco cuenta con una versión de Los Pekenikes, “Cerca de las Estrellas”. Su actuación será un más que digno cierre para esta edición de la arraigada fiesta guitarrera de la que se puede volver en bus de línea ( TSST -“los verdes”- cuenta con servicios nocturnos para viajar entre Tolosa y Donostia cada media hora).

Locura underground

Intérpretes: Los Punsetes, Mark Sultan, Mujeres, The Limiñanas, Fasenuova, Bananas, The Garden, DJ Katza. Lugar: sala Gazteszena (Donostia). Día: 8 de febrero del 2014. Asistencia: unas 500 personas

Deliciosa majadería la que propusieron los chicos de Ayo Silver para esta nueva edición del Lurrazpiko Festa, certamen que ofrecía numerosos conciertos por doce euros. Y echando un repaso a lo visto y oído, creo sinceramente que para poder actuar en ese cartel se debe realizar un examen de capacidades. Y suspenderlo, claro. Porque las músicas subterráneas fueron de todos los colores, con Los Punsetes y The Limiñanas como soberbios ganadores de esta reunión no competitiva.

Si el viernes la gente se dejó ver por el DOKA para disfrutar de la rabia de Juventud Juché y la elegancia popera de Los Claveles, el sábado la sala Gazteszena del barrio de Egia anduvo cerca del llenazo para disfrutar de las ocho bandas propuestas. Arrancaron The Garden, dos hermanos tarumbas que tocaban bajo y batería de manera milagrosamente acompasada. Pronto tendrán más noticias de ellos, que van a ser imagen de Yves Saint Laurent. Bananas retornaban a los escenarios después de diez años. El grupo encabezado por Germán Carrascosa ofreció lo esperado. Igual hace un decenio su rock descacharrado nos sentaba mejor, pero fue un concierto bastante digno dentro de su indecencia sonora.

Y hablando de mentes perjudicadas, lo de Mark Sultan fue de otro planeta. Un hombre orquesta que se cascó una actuación sin apenas paradas. Su estilo creativo tiraba hacia el rockabilly, el surf o la esquizofrenia, pecando de intensidad. Todas las penas se diluyeron con la fantástica actuación de los madrileños Los Punsetes, quienes ofrecieron un set perfecto encabezado por la hierática presencia de su cantante Ariadna. Una pose que a unos les parece sexy y a otros pone de los nervios. Sus nuevas canciones, esas que van a entrar a grabar ahora y que compondrán su cuarto álbum, tienen muy buena pinta. Y los pequeños hits (“Dinero”, “Alférez provisional”, “Tus amigos”) sonaron de rechupete, siendo su concierto el momento de mayor llenazo de la noche.

Tras ellos llegaron Limiñanas, desde Francia y en exclusiva para el festival. El dúo se completó hasta ser quinteto en directo, ofreciendo una maravillosa sesión de pop. Unieron la belleza de Stereolab, el toque de Serge Gainsbourg y la emoción de Moon Duo. Un sorpresón que dio pie a la parranda con el grupo Mujeres, que no defraudaron. Su rock es contagioso y despreocupado, y sienta bien cualquier día de la semana.

Fue una pena lo de Fasenuova y su hora de aparición. Tras el chute de adrenalina previo, sus paisajes electrónicos quedaron algo cojos. Katza puso el cierre a la larga noche, proponiendo músicas extraterrestres hasta las seis de la mañana en una fiesta que muchos recordarán a lo largo del año como uno de los momentos más divertidos de la agenda. Tranquilos, ya queda un día menos para la tercera edición del Lurrazpiko.