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Etiqueta: Nøgen

Donostia Festibala: las nuevas generaciones responden

Lola Indigo y Nøgen destacaron en una primera jornada de un certamen variado dirigido al público joven

El renovado Donostia Festibala regresó ayer al Hipódromo de Zubieta dando un vuelco a su estilo. Su propuesta, que buscaba bajar la media de edad de estas citas, va del trap al pop comercial más adulto. ¿Y fue positiva la transformación del cartel?¿Hubo más gente que otros años? Imposible saberlo al detalle. La organización anunció que dará los números totales una vez finalizado el fin de semana.

El montaje físico del Festibala se aligeró respecto a ediciones anteriores. El meollo se ubicó de nuevo en el interior del óvalo, verde y algo mullido para nuestras posaderas. Un escenario grande y otro cubierto por una carpa ofrecieron las distintas actuaciones. A su vera se colocaron los baños, los puestos de comida de combate (pizza y perritos calientes. Nada más sofisticado que eso), una peluquería y una fuente para beber agua gratis.

El evento contó con mayoría de gente joven desde el arranque. Para muchos de ellos fue su primera “experiencia” en estas lides. Anette Egiguren e Iraila Urbieta, ambas de 16 años, llegaron desde Azkoitia. “Es nuestro primer festival, y nos han traído en coche porque volver luego es complicado. Tenemos el abono para los dos días y de hoy no nos vamos a perder a Lola Indigo ni a Nil Moliner. Una pena que haya tan poca gente aún”, afirmaron. El tiempo les confirmará que normalmente a primera hora no hay tanta gente viendo las actuaciones.

En la sección creativa la cinta se cortó con la actuación de Julen. Desde Eibar y en formato banda, su pop desvergonzado fue toda una sorpresa. Un estilo que tan pronto colaba el famoso “Happy” de Pharrell Williams como se tiraba a lo épico, picaba del glam, se acercaba a Izaro o paseaba por el funk. Cantando en los idiomas de la ESO (euskera, castellano, inglés), su optimismo vital fue un remarcable estreno.

“Nos ha gustado”, confirmaba Jessica Curto, la portavoz de un grupo de varias familias donostiarras que se acercó a Zubieta con sus hijos e hijas. Hay que recordar que los menores de diez años, una vez firmados todos los permisos de turno, acceden gratis al recinto. “En realidad nos han traído ellos, les encanta Nøgen. Nos gusta cómo está montado el evento. Estuvimos en su día en Igeldo, pero esto es otra historia. Solo esperamos que no llueva”. El cielo, digno de un cuadro de un pintor romántico, permitía todas las respuestas posibles.

Tras ellos llegó Andrea Santiago y sus melodías oscuras e íntimas con toques electrónicos, algún arrebato post-rock y bastante canción de habitación ahora más acompañada. El oiartzuarra Bengo tomó el relevo con su pop urbano euskaldun de sonido global y tiempo tranquilo. Se acompañó de algunos sampleos (Diplo, Nirvana, ¡el aviso de llegada del Topo a Oiartzun!), se acercó al Rock Radical Vasco – no fue su mejor tema- y confirmó que tiene tirón por nuestra tierra.

Nøgen fue la primera gran reunión popular del día. Su pop-rock con ukelele funciona muy bien en estos espacios amplios. Tirando para el country animoso, la romería actualizada, las baladas de grandioso final y el folk norteamericano más bailarín, el quinteto donostiarra despidió su año sobre los escenarios repartiendo felicidad entre un respetable que le coreó hasta las toses. Tras ellos Marlon demostraron que El Canto Del Loco y Pereza cuentan con buena sombra. El mensaje canallita y algo Cayetano del quinteto asturiano, ya conocido para los más paseados, continuó con la fiesta entre el público más juvenil que conectó con el mensaje despreocupado de la banda.

Lola Indigo llegó como un ciclón con un espectáculo mayúsculo. Desde el primer segundo el montaje impactó cual tormenta de verano con luces, bailes, canciones, pantallas, plataformas y movimientos. Su Trop (trap + pop) de variaciones latinas brilló y asombró en un show en el que no faltaron muchos de sus temas más conocidos. Lejos de esta crónica de urgencia quedaron los últimos minutos de Indigo, la parranda a dos voces de Arnau Griso y el cierre final con la actuación de Nil Moliner.

Nøgen: Cabalgata Folk

Intérpretes: Eider Saez (voz), Markel Idigoras (ukelele y voz), Alex Irazusta (guitarra y voz), Olatz Cuevas (bajo), Jokin Guilisagasti (batería). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 05/01/2020. Asistencia: lleno, unas 900 personas

La banda donostiarra Nøgen cerraba ayer la gira de su disco “Liv Til Døden” en un abarrotado Victoria Eugenia ante un público entregado. Niños y niñas que habían estirado la cabalgata, adolescentes que ya han pasado de los Reyes de Oriente y algún carroza (como el que esto firma) arropamos un broche final atractivo, vivo y muy entretenido.

En un escenario con hechuras de festival, un volumen bajo -pero más que suficiente- y unos vídeos que narraban el discurrir de la formación, el quinteto abrió fuego con un “D&D” para seguir con ese “Itzuli neri” digno de un anuncio televisivo y el “Marean” que hicieron para el festival Atlantikaldia. Sus letras en castellano, euskera e inglés ya estaban interiorizadas en unos espectadores que para el el sexto corte de la lista ya se habían puesto de pie.

Al folk saltarín y vivaracho de Nøgen se le añadieron algunos toques rock (“Keari”) y otros ensoñadores (“Anai”). Fue precioso el momento de la banda cantando un par de temas en el patio de butacas. Y gustó la versión de Deskontrol (“Duintasuna eutsi!”) con los cantantes del grupo punk homenajeado berreando sobre el escenario. La épica “Oxigenoa”, “Nora”, “Enarak” y el regalo final de “Gertu” concluyeron el set de un grupo cuyos miembros son los reyes – y reinas- en lo suyo.

Publicado en El Diario Vasco

Eraul: hay cantera

Intérpretes: Nøgen, Eraul. Lugar:Sala Dabadaba (Donostia). Día: 4 de noviembre. Asistencia: lleno, unas 150 personas.

El pop de nuestra ciudad/región sigue dando “jugadores” que permiten ilusionarse con el futuro. El pasado sábado pudimos ver las actuaciones que dos de estas jóvenes bandas, Nøgen y Eraul, ofrecieron en una sala Dabadaba llena hasta la bandera.

Abrió la cita el grupo donostiarra de letra noruega, situado entre el pop clásico radioformulero y el jolgorio de bandas como Mumford & Sons. En el quinteto destacó la potente voz de Ane Negueruela (pura escuela Sorkun) y la vitalidad que les daba tocar con un batería. Bien asentados en el mainstream, tienen todos los mimbres para ser “The Next Big Thing”, la banda que aparezca en los carteles de todos los festivales veraniegos.

Eraul es harina de otro costal. El grupo de Asier Beramendi presentaba su primer CD, “Iraultza”. Un trabajo que adapta su atrevida creatividad, ese vuelo libre, a formatos más conocidos. Y quizás hayamos perdido libertad compositiva, pero hemos ganado una voz mucho más confiada y enérgica. Su set acústico fue un gustazo, aunque su emplazamiento en mitad de la lista de canciones también permitiera degustar el murmullo de sus fans. La banda supo usar los instrumentos de cuerda hasta en las zonas contundentes, y dejó que los seguidores cantaran más de una estrofa en solitario, con un Beramendi emocionado y agradecido. Siguen siendo un grupo diferente, y en esa distinción se encuentra el disfrute.